Origen.

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Luego de salir del incendio, María se encontraba preocupada al no haber encontrado a Leo, quien se supone, que si era trabajador del centro, estaría impactado por ver ese lugar en llamas. Así que, a la mañana siguiente, pidió el día libre en la cafetería y fue al templo a ver si daba con él, pero en su lugar encontró al abuelo.

María- ¡Hey, Tao!

Tao- ...-El abuelo se gira para ver a María- Oh, hola,  María.

Un ambiente tenso se forma entre la preocupación callada de María y la tristeza ahogada del abuelo.

María- Ehm -Dice para cortar el silencio- ¿Sabe acaso dónde puedo encontrar a Leonhart?

Tao- ... Dudo que lo encuentres...

María- ¿Por qué lo dice?

Tao- Ven, tenemos que hablar acerca de distintos temas... Entre ellos de Leonhart.

María- ¿Le ha ocurrido algo? -Resalta su preocupación-

Tao- ... Sígueme.

Ambos se fueron caminando hacia la oficina del abuelo. Mientras tanto.

-Esther en su casa abre la puerta-

Esther- ¿Si?

X- ...-Una voz exhausta se queja con Esther- ¿Podrías ayudar?

Esther- ¡Oh, Yusi, han llegado, Leonoraa, ven a ayudarnos con el equipaje! -Agarra una mochila y una maleta de rueditas-

Jaime- ¡¡Yusimy!!

Rápidamente La mujer se gira para ver por que la niña ha soltado tan frenético grito y se da cuenta de que está peleando con su hermano por un paquete de frutos secos.

Yusimy- ... a... -Se acerca a ellos, les quita el paquete y en sus caras y para su asombro, lo abre y se comienza a comer los frutos- Vayan a llevar las cosas adentro. -Dijo con la boca llena-

Ambos jóvenes salieron caminando, el chico con una mochila y arrastrando una maleta de rueditas en el suelo. Mientras que la niña llevaba una tierna mochila pequeña en su espalda.

Luego de ellos entrar a la casa, Esther salió y se paró junto a Yusimy.

Esther- ... -Sonriendo- Eso fue radical.

Yusimy- ¿Quieres? -Extiende la mano en la que tenía los frutos secos-

Esther- No gracias.

Ambas quedaron en un silencio enorme.

Yusimy- ... ¿Has... Sabido de María?

Esther- Sí, está muy preocupada por ustedes.

Yusimy- Estos chicos no han dejado de preguntar por ella ni un día.

Esther- Y... -Dice con un tono de incomodidad y a la vez de recriminación- ¿Él vendrá también?

Yusimy- ...-Tragandose la indirecta junto a la pequeña molestia que había provocado- Si, él vendrá. ¿Lo puedes recibir?

Esther- No somos hermanas por nada.

Lerequin- Ya.

Jaime- Hemos vuelto.

Lerequin era un joven de estatura promedio, blanco  de pelo castaño alborotado, el cielo de la mañana estaba impreso en sus ojos, contaba con una nariz perfilada y unos labios finos daban el toque de perfección a su rostro. Era delgado, pero muy ejercitado y sus músculos estaban bien definidos. Vestía un pullover blanco y un pantalón azul oscuro que hacía juego con sus zapatos negros con listas blancas.

María y el Psicólogo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora