/Se recomienda el uso de Google para reconocer las entidades que en este capítulo aparecen/
Los días antes del jueves, Leo se mantuvo en su rutina, hasta que ese día en la mañana, se levantó, le dió un beso a Angeliz que continuaba dormida a su lado. Tomó un baño, se vistió con un esmoquin fantástico que se notaba, sólo era para ocaciones especiales. Agarró una caja de cigarrillos y encendió su motor hasta partió hacia el Hospital.
La mañana estaba humeda, Leo iba a tal velocidad que juraba sentir las gotas del rocío chocando en su rostro. Los primeros rayos del alba decían: "presente" y se comenzaban a mostrar. Leonhart quiso estar en la playa junto a Angeliz para ver el amanecer.
Entró a la Ciudad y tomó una ruta corta para llegar más rápido al Hospital. Al llegar. Vió carros modernos y de lujo de todo tipo, había desde Ferraris hasta limocinas, pero había tres autos que destacaban y Leo los conocía.
En el amplio estacionamiento del Hospital se encontraba un Ferrari color negro, Leo lo reconoció por su matrícula
"2036TLCF"
Era el auto de Luci.
Había otro, está vez un Mustang, rojo vino. Su matrícula era:
"2074TBZT"
Y por último, un Mazzerati Azul cielo. Cuya matrícula era:
"2099TATT"
Terminando de analizar los autos y habiendo estacionado el motor, Leo entró y caminó por un largo y amplio pasillo hasta llegar al fondo, donde se encontraba una puerta y tras abrirla un pasillo más extenso. Ahora si, al llegar al final, Leo abrió una puerta idéntica a la anterior y se encontraba en una sala con una mesa extensa llena de personas que enseguida se abrió la puerta, todos posaron sus intensos ojos rojo infernales sobre Leo, quien se sintió aplastado por la presión de inmediato.
En una esquina se encontraba viéndole un joven que saltaba a la vista era introvertido. Alto, pelo negro alborotado nariz perfilada, vestido con un esmoquin y ya saben el color de los ojos.
Sentados en la mesa habían exactamente doce demonios, distribuidos por tres en cada lado de la mesa, demonios que Leo reconoció por el retrato de los libros que leía acerca de la demonología.
En la esquina cercana a la puerta del lado izquierdo, se encontraba Abigor. Llevaba, como todos, un esmoquin negro con corbata roja. Era de estatura promedio, viejo, de ojos saltones, nariz respingada y labios gruesos.
A su lado estaba el legendario Belial. Este llevaba su esmoquin, sólo que estaba roto en toda la parte sobre la cintura, dejando ver su pecho desnudo. Era un adulto, blanco, de pelo castaño y alborotado, nariz respingada y carácter fuerte y violento.
En la esquina superior izquierda, Berith, jugaba con una copa, volviéndola oro y regresandola a la normalidad. Era joven, rubio, de nariz perfilada y labios finos.
A la derecha en la esquina izquierda de la superior, se veía a Fénix prendiendo una que otra llama en la Palma de su mano derecha, como para asustar a Adramelech. Fénix era de estatura más baja del promedio, joven, pelo rojo, nariz perfilada y labios carnosos.
Más a su lado derecho, estaba Adramelech, al cual, si se movía mucho por el miedo al fuego, o se le caía una pluma de la cola o rebuznaba como un burro. Adramelech era de estatura promedio, ojos hundidos, joven, casi un niño, pelo azul, nariz perfilada y labios finos.
En la esquina superior derecha, Gomory miraba un juego de cartas que tenía sobre la mesa. Gomory tenía un aspecto de gitana, incluso su pelo negro recogido adornado por joyas.
En la esquina superior del lado derecho, Zaebos se estaba encargándose de los alimentos de su mascota, el cocodrilo Gary. Adulto, sensual, nariz respingada, labios gruesos y simpático a la vista de Leonhart.
Orias estaba frente a Belial, sólo que cada uno estaba en su mundo. Orias tenía el pelo azul oscuro, era joven, tenía su nariz respingada, sus labios finos y se encontraba jugando a formar nuevas constelaciones en un pedacito de noche.
Y por último en el inferior de la línea derecha, estaba Dagon. Discípulo fiel del Leviatán, jugaba a transformar y volver a su estado, el agua en vino y visceversa. Pelo rojo carmesí, adulto, ojos hundidos, labios gruesos y entretenido.
Sólo se encontraban de espaldas a Leo, tres personas.
En el centro frente a él, había un hombre de pelo entre rojizo y ónice, alto,entre joven y adulto, su esmoquin, negro como el de los demás, con un pañuelo rojo doblado en el bolsillo izquierdo del saco y su corbata era roja. Se volteó junto a otros dos para saludar a Leo y su rostro era bello. No tenía ni una marca, sus ojos rojos, tenían también un toque amarillento, resaltando el "infernal" en ellos, su nariz era perfilada y su boca perfecta.
A su derecha había un hombre casi igual sólo que su pelo era castaño oscuro, los ojos de este eran de un rojo un poco más opaco, pero mantenían su brillo. Su corbata y pañuelo eran carmelitas claros, nariz perfilada y labios gruesos.
Y a la izquierda, un hombre de pelo azul, sus ojos eran de un rojo calmado, brillante, pero calmado. Su corbata y pañuelo, también eran azules, pero este al contrario de los otros, tanta calma lo hacía ver atemorizante, y en nada ayudaba su bella y tranquila sonrisa.
Luci- ...-Sonríe- Llegaste, adelante, toma asiento.
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María y el Psicólogo
DiversosUna inofensiva chica es tildada de loca por la suposición que tenía de ser perseguida por un mal antiguo y poderoso, va a necesitar que un psicólogo interesado en su caso demuestre su increíble coartada. (CUALQUIER PARECIDO CON SITUACIONES DE LA VID...