𝓼𝓱𝓸𝓾𝓵𝓭

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Senpai observaba como el chico reptil se bañaba en las olas de la playa. El agua debía de estar helada a esta hora de la tarde, pero a él no parecía importarle. Jugaba con ella como si se trata de un niño que veía por primera vez el mar. Y en realidad, así era.

Pico.

Era el nombre del hombre que arranco su corazón y jugo con él como una bola de estambre viejo. Y tal como eso, lo dejo abandonado y a su suerte en la esquina más escondida y sucia de la casa.

Y Pico también era el nombre de la criatura a la que observaba. Al principio no lo creyó, paso por escenario tras escenario para llegar a una respuesta lógica. Esta debía de ser una broma, un montaje o algo similar. Una crueldad artimañada por sus viejos compañeros de escuela. La silueta del muchacho de piel verdosa asimilaba demasiado a la del peli naranja, y sin embargo, no era el mismo.

De hecho, eran muy diferentes.

Su Pico era intrépido, sagaz y manejaba su arma con una obscenidad natural. Su mirada vacía de puro alabastro escondía sus sentimientos de todo aquel que se fijara en ellos. La inmensidad de su silencia y su compañía misma. Su desdén, su indiferencia y su capacidad para balancear todo eso con el sentir humano. Eso, eso hacía que sus rodillas temblaran cada que se fijaba en él.

Este Pico, en cambio, parecía mucho más vacilante y cohibido que ¨el original¨. A pesar de su apariencia monstruosa, era capaz de notar la fragilidad y el miedo en sus facciones. Sus ojos corrían de un lado a otro, atentos y precavidos de cualquier amenaza que pudiera presentarse, y tal y como los del peli naranja, le devolvían una mirada vacía que encerraba mucho más en sus profundidades.

No sabía mucho de él y fue poco lo que compartieron. No había nada que decirse, no había nada que aclarar.

Pico devolvió la mirada hacia el mucho de iris cianita. ¨Te conozco¨ decían sus ojos ¨Te conozco¨.

Algo apenado, se alejó del mar y se sacudió a unos metros de él para quitarse el agua. Su actuar animal solo lo avergonzó más.

Camino hasta donde él y se sentó al lado de la roca, observando como el cielo ennegrecía y el viento huracanaba sus cuerpos. 

𝙖𝙡𝙘𝙖𝙣𝙩𝙖𝙧𝙞𝙡𝙡𝙖𝙙𝙤 (𝙋𝙞𝙘𝙤𝙋𝙖𝙞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora