𝟎𝟓: 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐡𝐚𝐦𝐚𝐧'𝐬 𝐏𝐚𝐭𝐡【𝐏𝐚𝐫𝐭 𝟐】

81 13 8
                                    

"—No siempre tuve estas prótesis.

Hace años tuve un grave accidente que me costó mis piernas reales. No fue tan sencillo reemplazarlas con tecnología, y de donde vengo, se consideraron una... revolución.

Pero no se veían como ahora. Tuve otro accidente hace unos meses mientras resolvía asuntos en otras tierras, lo que casi hace que pierda la capacidad de caminar de nuevo. Un... socio mío me ayudó. Era Banuk, o más bien, lo es. Me operó y cosió estos cables en mi cuerpo para que ayuden a las nuevas modificaciones de estas prótesis, y así hacerme más apta para los retos futuros.

Además, me temblaban horriblemente las manos en batalla. Por lo que le dio un uso a los cables también por ese lado. Esa es la razón del por qué los tengo."

Eva trató de ser lo más breve posible en su explicación.  Al parecer sirvió, ya que Uailean la tomó en silencio y asintió. 
Bueno, era algo después de todo.

Después Uailean preguntó un poco más sobre lo ocurrido fuera del Tajo. Eva le contó, nuevamente, en resumen las cosas más importantes. Le dejó un mal sabor de boca rememorar esos sucesos en los que pudo haber muerto, junto a Aloy y los demás aliados. Y se dio cuenta de que no estaba preparada para abordar todo eso con alguien extraño. Por lo que se limitó bastante, aunque no tanto como para que Uailean entendiera.

El Banuk no dijo nada luego de que Eva terminara de hablar. Por su forma de mirarla brevemente, parecía comprender lo que sentía. Pero Eva no estaba del todo segura. No le gustaba compararse con otros con respecto al dolor.

Eva cosió el trozo de su abrigo rasgado luego de limpiarse la herida. Al parecer, sus cables estaban bien; Uailean corroboró el hecho, según lo que aprendió de parte de su hermano. No fueron dañados y Eva agradecía en silencio por esa pequeña suerte.

Siguieron el resto del camino casi en silencio absoluto. El clima fue empeorando poco a poco, haciendo que Eva se cubriera de nuevo la mitad del rostro con su pañuelo. Calculó que para pasado el mediodía tendrían nieve cayendo violentamente por todos lados. Tendría que apresurarse si no quería verse atrapada en medio de una tormenta.

Entonces, cuando cruzaron cuidadosamente un puente para no alertar a unos Quebrantahuesos en el agua, Eva reconoció esa zona. Giró su cabeza a la derecha, reconociendo más arriba la gran presa de Yellowstone. Le sorprendía que siguiera aún en pie y, al parecer, en funcionamiento, tras la catástrofe hace casi mil años. Pero algo parecía no terminar de cuadrar en el panorama. No supo explicarse qué era, y dudaba que Uailean lo supiera con certeza. Ese lugar era otra tarea agregada a su lista mental de cosas por hacer luego de desentrañar y resolver el problema principal de Ban-Ur. 

Caminaron durante una hora con un par de descanzos. Uailean se detuvo unos metros más adelante, a los pies de la montaña central de los Filos Helados. Había un gran arco de madera decorado con telas, piezas de máquina, y linternas de Chamanes a cada lado en forma ceremonial.

—La Senda está más arriba —informó—. Desde aquí ya no puedo acompañarte. Solo tú tienes el permiso de seguir subiendo. Nadie a parte de los Aspirantes debería... pero en este caso, pese a mi renuencia... creo que la excepción está más que justificada. 

Eva miró hacia el ascendente sendero serpenteante. Los banderines bailaban al fuerte ritmo del viento, y las pinturas geométricas parecían brillar bajo la luz grisácea. Para los aprendices que llegaban a esta última etapa, debía ser una experiencia única que los llenaba de gloria, y los hacía sentir que cumplirían con su meta. Culminar la Senda era un orgullo no solo para ellos.

Inmediatamente pensó en Oryn, y que él ya no podría hacerlo. Ya no podría subir, cruzar la Senda y demostrar lo que era, lo que valía para sí y su tribu. En cambio aquí estaba ella, a punto de hacer algo que no le correspondía y que significaba tanto para los Chamanes. Suponía que por eso Uailean se veía más tenso y ciertamente, con una expresión que forzaba a no caer en la rabia y la tristeza, por algo que debió pertenecer a su hermano.

»𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐎𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐄𝐕𝐀«「𝐃𝐋𝐂:𝐓𝐡𝐞 𝐅𝐫𝐨𝐳𝐞𝐧 𝐖𝐢𝐥𝐝𝐬」#𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora