El viento aulló con furia.
Las flamas de las grandes fogatas encendidas a cada lado del punto de partida bailaban al son del viento. Las banderas les hacían compañía. El globo en medio colocado como guía para los participantes del desafío era sujeto por varias sogas firmemente atadas al suelo con picos de metal.
Aratak ya estaba desde hacía rato al ser el principal organizador a la par de Ourea, pero ninguno interactuó con el otro. Apenas y se miraron.
Varios Banuk se amontonaron para presenciar el desafío. Kamut estaba alejado de ellos, solo interesado en una cosa. Naltuk también se encontraba entre la multitud para respaldar a Ourea. Los cazadores de Vigilia de Búho estaban presentes, y serían quienes llevarían por el Tajo el mensaje del resultado de ese encuentro.
Eva llegó tras Uailean. No usaron los Embestidores que Eva anuló para llegar a Confín del Canto, porque según el más joven, las máquinas no serían capaces de atravesar el escarpado camino hasta Figuras Glaciales. Y vaya que tuvo razón.
Con ellos vinieron sin falta los Acechadores. Uailean se quedó con los cazadores de Vigilia de Búho, y Eva ordenó tanto a Serkan como al trío de comunes que se quedaran con ellos. Una vez segura que no la seguirían, avanzó a paso seguro hasta Ourea. Eva lucía un aire distinto. Algunos incluso decían en susurros que se veía demasiado confiada, a pesar de ser una simple aspirante a punto de competir contra uno de los Caudillos más experimentados y respetados del Tajo.
Eva se detuvo a un lado de Ourea. La Chamán hizo un asentimiento en forma de saludo, el cual Eva correspondió. Aratak, por su parte, se movía de un lado a otro, casi como un animal inquieto. Al notar a Eva, se le acercó a paso firme.
—Forastera —dijo, antes de alejarse con un gesto que indicaba que lo siguiese.
Eva se apartó con él a un lado para hablar. De repente, Aratak parecía ligeramente preocupado. O eso aparentaba ante los ojos de cualquiera.
—Ya he superado antes retos similares. No te temo —dijo Aratak—. Pero esto... es una locura. No eres Banuk. No entiendes mis responsabilidades.
Hizo una pausa. Eva esperó paciente a que continuara.
—Te lo pido, de cazador a cazador. Retírate.
¿Perdón?
Se oyó más como una orden que como un pedido, y Eva casi se le ríe en la cara de puro coraje. Se controló y se limitó a mostrar una sonrisa tensa. Miró de reojo a Ourea, quien los observaba desde que Aratak comenzó a hablar.
Eva volvió su vista a Aratak, dando un paso al frente, manteniendo esa sonrisa que más que amable, era como una advertencia camuflada. No tenía sus modos activados, pero no los necesitaba en ese momento para mostrar su valor, y que también podía ser intimidante con pocos gestos.
—¿Entonces nos dejarás ir a Tambor del Trueno? —dijo, mirándolo a los ojos y sin titubear.
Aratak dejó caer su máscara de amabilidad.
—¡No has visto lo que hay ahí, forastera! No arriesgaré de nuevo la vida de mi hermana. —bramó Aratak directo a su cara.
Eva lo comprendía. Sabía exactamente cómo se sentía. Sin embargo, las circunstancias demandaban actos que a ninguno le gustaba. Y era la decisión de Ourea el de ir al frente con ella a enfrentar a HEFESTO y liberar a CYAN, si así salvaban más vidas de cazadores que Aratak estaba dispuesto a seguir sacrificando. Debía hacerlo entender que no podía controlar lo que su hermana hiciera o no.
Eva ya lo había aprendido, en dos tiempos distintos, y no por las buenas.
—Estamos perdiendo mucho tiempo —le cortó Eva, pasando de él y dirigiéndose al lado de Ourea—. Será mejor que empecemos, o el Maligno seguirá cobrando vidas inocentes.
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»𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐎𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐄𝐕𝐀«「𝐃𝐋𝐂:𝐓𝐡𝐞 𝐅𝐫𝐨𝐳𝐞𝐧 𝐖𝐢𝐥𝐝𝐬」#𝟐
FanfictionCorren rumores sobre sucesos extraños en el Tajo, las tierras Banuk. Ánimas que hablan, máquinas nuevas y más agresivas. Algo maligno que amenaza a Ban-Ur. Con todo lo que ya había superado con Aloy hasta el momento, Eva piensa que no sería tan...