Aratak siempre se despierta al mismo tiempo en que el sol salía en Ban-Ur, aún cuando no era visible por las nubes. Su reloj biólogo estaba más que bien entrenado para saber la hora sin mucha necesidad de ver la posición del sol. Como también, lo tenía perfeccionado para que saltaran sus alarmas cuando algo estaba fuera de lugar en su hogar.
La rutina de los días de luto no había variado demasiado, a clara excepción, de las historias que le fueron llegando de boca en boca por su gente. Historias de las increíbles hazañas de una forastera con piernas de metal, que recientemente habría llegado al Tajo. De pasar a dominar las arenas de los Terrenos de Caza, a ser partícipe principal de la caída del campamento de los Bandidos.
Aratak sabía exactamente a quién se referían. Estaba, de cierta manera, impresionado de que la forastera hubiera extendido su canción de tal forma en tan poco tiempo. Recordando esa charla que tuvieron la primera vez, vio potencial en ella. Pensó que le había dado ese empujón necesario para demostrar su valor. Sin embargo, le intrigaba por qué estaba particularmente interesada en el Tajo.
No hacía falta darle dos miradas para saber que era alguien en busca de algo en concreto. Pero, ¿Qué la llevaría a forjar una reputación en Ban-Ur?
Todos tienen un por qué. Una ambición. Normalmente, era algo que probar al resto. Pero esa forastera, a sus ojos, no se veía de esa forma. Sólo alguien que estaba en busca de algo... algo que la completara. Que llenara ese gran vacío evidente cuando uno se encontraba con sus ojos, que por un instante, parecieran mirarlo con desespero.
Una gran mujer, pero una a la que parecía faltarle alguna parte de sí misma. De esas personas que no sabías si sentir lástima por ellas, o mostrarles respeto por mantenerse aún de pie.
Mirando una vez más hacia el cielo, pensaba que la temporada de tormentas era más feroz con cada año que pasaba. El clima en Ban-Ur nunca fue especialmente compasivo, pero en la última década, el cambio era evidente. No solo eran las máquinas las que cambiaban su naturaleza. Su hogar también, de una manera más sutil.
Habló con sus cazadores más allegados, y quienes representaban a los Caudillos de los Weraks que se le unieron temporalmente, para poner en orden el plan del segundo peregrinaje a Tambor del Trueno. Irían una vez se cumpliera el plazo de luto, a la hora en punto cuando hicieron el funeral.
Sin embargo, su charla fue interrumpida ante las voces de otros Banuk fuera de Confín del Canto. Todas las miradas estuvieron puestas en la entrada, donde un centinela afirmaba que la cazadora de piernas de metal había vuelto, pero no sola, y montando un Embestidor.
Hubiera sido un absurdo comentario si no hubiera sido real. Ella volvió, sí, acompañada por el hijo mayor de Zantar... cuatro cazadores de Vigilia de Búho, y cuatro Acechadores, uno resaltando visiblemente dadas sus notorias diferencias con los otros tres. El silencio llenó Confín del Canto antes de que los murmullos estallaran, y Aratak los minimizara con una implacable mirada.
Ella se acercó, seguida por Uailean, caminando unos pasos detrás a su derecha, como si estuviera siguiendo a su líder predilecta. Los Acechadores los rodeaban en un círculo, actuando como una barrera entre ellos y el resto de Banuks. Los cuatro cazadores de Vigilia de Búho se quedaron atrás, firmes uno al lado del otro.
Los cazadores alrededor de Aratak se apartaron instantáneamente cuando la cazadora se dirigía a él. Uailean se quedó unos pasos atrás junto con los Acechadores. No hacía falta decir que les sorprendió ver cómo el muchacho ordenó a las máquinas quedarse con él, y estas obedecieron sin dudar.
Eva se detuvo a poco más de un metro de Aratak. Aratak apoyó el peso de sus manos en su arma, la cual colocó en el espacio entre ellos. La diferencia de altura era mucho menos que antes; Eva mantuvo sus modos activados, por lo que ahora, era una cabeza más alta de lo que normalmente era, casi alcanzando a Aratak. Tanto Uailean como Ourea se lo recomendaron, para dar a entender que iba en serio.
ESTÁS LEYENDO
»𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐎𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐄𝐕𝐀«「𝐃𝐋𝐂:𝐓𝐡𝐞 𝐅𝐫𝐨𝐳𝐞𝐧 𝐖𝐢𝐥𝐝𝐬」#𝟐
FanfictionCorren rumores sobre sucesos extraños en el Tajo, las tierras Banuk. Ánimas que hablan, máquinas nuevas y más agresivas. Algo maligno que amenaza a Ban-Ur. Con todo lo que ya había superado con Aloy hasta el momento, Eva piensa que no sería tan...