CAPITULO 5

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CAPITULO 5

Sara pensaba que había sacado lo peor de ella. ¿como he podido hacerle esto a Pablo? no tengo perdón.

Alex se acerco a ella y le aparto las manos de la cara, le miro a los ojos extrañado y triste a la vez, pues vio como a Sara no paraban de brotarle lágrimas de sus preciosos ojos. Esos ojos que a el le traían loco, siempre tan vivos y alegres. Ahora estaban cristalizados y llenos de lágrimas.

- Sara tranquila- dijo el abrazándola.

-Dejame cerdo!!! aprovechastes que yo estaba borracha para acostarte conmigo-grito ella, se levanto y se marcho a la habitación. Unos minutos después ya estaba vestida, salio corriendo y dando un portazo.

Ella llego a su casa bañada en llanto y con una profunda amargura. El mundo se le venia encima. Diosss que he hecho? no paraba de repetirse, maldita sea su persona. A la mínima que Pablo se aleja aprovecha y se acuesta con otro.¿ como puede haberlo hecho? el alcohol no es escusa. Metida en su cama sentía que se moriría de pena y culpabilidad. Tras horas de desconsuelo se durmió agotada por su lamento.

Al día siguiente andaba por su casa como una alma en pena, como un condenado a muerte esperando su ejecución, sabiendo que en algún momento tenia que hablar con Pablo lo cometido, algo así no se lo podía ocultar, nunca seria tan rastrera. Además el se lo notaria en la cara seguro, la conoce demasiado bien.

Cuando el la llamaba por teléfono de momento sabia fingir y señala su tristeza como causa de estar lejos de el, y no porque la culpa se la comía por dentro.

Dedico el resto de la semana a ir a la playa, al gimnasio y visitar a sus padres, pues ellos eran lo único que no le hacia pensar en la ausencia de Pablo y en ese día tan errático.

Laura la llamo mil veces y le escribí miles de mensajes, pidiéndole perdón por dejarla tirada en medio de la feria, y eso que ella no sabia el error cometido por Sara, si lo supiese mas también se sentiría culpable de lo sucedido.

Los días de vacaciones pasaban, y algo sorprendía a Sara, y en este caso era la falta de una llamada o un mensaje por parte de Alex. Y cuando pensaba en ello, se sentía un juguete roto, pensaba que el ya había conseguido lo que buscaba y había perdido todo el interés en ella, no es porque ella quisiera que el estuviese interesado todavía en ella, .. o si? una pequeña parte de ella se sentía utilizada y desechada.

Pero eso no era lo que más le preocupaba, sino Pablo, su amigo, su pareja, su amante, su confidente,... lo era todo para ella, y como lo conocía tan bien después de tanto tiempo, sabia que si algo nunca perdonaría Pablo seria una infidelidad. En este tema era rotundo, y eso que nunca sufrió una infidelidad, ni Sara nunca le dio motivos para desconfiar.

El viernes por la mañana llegaba Pablo en el tren de alta velocidad y Sara fue a recogerlo. Nada mas salir del tren, ella corrió a sus brazos, no sabe si por lo que lo había echado de menos o por la culpabilidad se puso a llorar en sus brazos.

- Nena, hey no llores solo fue una semana- dijo el cogiéndole la barbilla y levantándole la mirada.

- Ya, pero no estoy acostumbrada a no tenerte cerca, te quiero tanto- dijo ella volviendo a ocultar su cara contra el pecho de el.

Mientras iban en el coche dirección a su casa, el no paraba de cotar todas las anécdotas ocurridas durante el curso, y como a pesar de estar trabajando se lo había pasado bien.

Tras llegar a casa y dejar las maletas un lado, comenzaron a comerse a besos, se desnudaron uno al otro con caricias y besos constantes. Ya en su dormitorio Sara se tumbo en la cama mientras el la  miraba y se le notaba que la deseaba con todas sus fuerzas. Se coloco sobre ella y comenzó a besar los pechos de ella,mientras le tocaba haciendo círculos su sexo palpitante, con cada caricia Sara se estremecía y curvaba la espalda alcanzando el clímax.A ella también le gustaba tocar, así que cogió su miembro erecto y potente, y lo acaricio hasta hacer gemir a Pablo. Después de las caricias, el la penetro de la forma mas dulce que se puede hacer, y con cada movimiento incrementaba la profundidad y la potencia de la penetración, hasta que los dos se fundieron en un profundo orgasmo con el que no solo alcanzaron el cielo sino que se quedaron unos instantes en el.

Exhaustos se quedaron abrazados y en silencio.

Sara tenia su cara apoyada en el pecho de el, y soltó un profundo suspiro, que mas bien parecía un lamento. Extrañado Pablo le cogió la cara y se la alzo para mirarla a la cara.

- Nena, ¿que te pasa? ¿que le pasa a esa cabecita loca? y dime la verdad porque te conozco- dijo el dulcemente.

- Pablo, no es el momento, por favor, ahora no, quiero disfrutar de lo mejor de la vida, quiero seguir así contigo para siempre- dijo ella con una voz de lamento.

- ¿ seguro? bueno ya me lo contaras y ahora no pienses en cosas malas mi amor- continuo el dándole un intenso beso en los labios.

El resto del fin de semana continuo como dos tortolitos, pero ella cuando se encontraba sola se seguía lamentando y acordándose de ese maldito día.

La culpa se la estaba comiendo por dentro, varias veces estuvo a punto de contarle la verdad a Pablo, pues tenia miedo de perderlo y eso seria algo que no podría soportar. Pablo para ella era su vida, parte de su cuerpo, su alma, lo era todo. La idea de perderlo le rompía el corazón y prefería la muerte a vivir sin el. Pero también sabia que ese secreto no lo podría guardar eternamente y cuanto mas tiempo lo tuviese oculto mas daño haría después.

YA NADA SERA IGUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora