YA NADA SERA IGUAL

CAPITULO 14

CAPITULO 14

Ya en viernes despertó de su dormitorio temporal, esta noche durmió de una vez. Pues se durmió tranquila. Cogió su móvil para quitar la alarma y al hacerlo vio que tenia dos wassaps recibidos.

Abrió el primero era de Alex:

* Buenas noches princesa, me encanta hablar contigo, tu voz e imaginar como te ruborizas al otro lado del teléfono. Eres increíble no paro de pensar en ti, te estas volviendo en mi  pequeña obsesión*

Sara sonrió y después de leer esas palabras mariposas alborotaban su estomago, y se había ruborizado. Últimamente se llamaban muy amenudo, y hablaban durante horas.

El siguiente wassap era de Pablo:

* Sara, no se que escribir o decir, solo decirte que te echo muchísimo de menos, no tardes en volver. Espero que tu tiempo de reflexión haya servido para que tu también me eches de menos a mi*

Sara se sintió miserable, culpable; pues mientras ella empezaba a sentir cosas especiales por otra persona, Pablo estaba sufriendo y echándole de menos. Sabia perfectamente que el no se merecía nada de lo que ella le estaba haciendo. Pues hasta el momento el había sido además de pareja, también familia. Cosa de la que carecía. Y mientras tanto ella se lo pagaba con traicion. 

Cogió el móvil y marco el numero de Pablo, estaba dispuesta a que el no sufriera mas y rehiciera su vida, cada uno por su lado.

- Hola Sara amor- respondió a la llamada Pablo, su voz mostraba una inmensa felicidad.

- Buenos días Pablo, necesitamos hablar de nuevo- dijo ella seria.

- ¿Cuando quieras? ¿Vuelves a casa? dime que si, que sepas que esta todo perfectamente, estoy limpiando, poniendo lavadoras y planchandome las camisas del trabajo yo solito, bueno alguna me ayudo mi madre, pero es que como tu nadie. Además mis padres y hermanos han empezado a preocuparse, y paso de dar explicaciones, asi que si vuelves  nos las ahorraremos. Que ilusión amor, vuelve pronto que te voy a hacer el amor como nunca, que ganas...- no paraba de hablar hasta que Sara lo interrumpió.

- Pablo, Pablo, no, ya esta. Solo he dicho que necesitamos hablar, no te montes películas, no me lo hagas mas difícil- dijo ella de forma tajante 

- Vale entendido, te parece bien esta tarde aquí en casa a las 18 horas- respondió el triste y decepcionado.

- Ok, perfecto, hasta esta tarde- concluyo ella y colgó.

!! Diosss¡¡,¿Que le estoy haciendo? Pobre, se que me adora, nunca ha dejado de demostrármelo. Pero no puedo seguir con este engaño, y no voy a estar con alguien por comodidad. Necesito pasión cada uno de los días de mi vida, y eso es lo que me ofrece Alex en este momento, nunca sentí tanta atracción por nadie.- pensaba Sara en silencio mientras terminaba de arreglarse para ir al trabajo.

Toda la mañana, en su cabeza rondaron las palabras exactas para hablar con Pablo, intentaban que dolieran lo menos posible, pero sabia de sobra que dijese lo que dijese el iba a sufrir, ella también; pero hay que ser realista, el continuaba enamorado y ella tenia mas dudas que certezas sobre la relación de ambos. Así que lo mejor sera cortar por lo sano, y no autoengañarse con una relación cómoda, pero no plena.

 Cuando dieron las 18 horas, fue decidida, ya sabia lo que quería decirle. Seria algo rápido, porque sabe que si tardaba en salir de allí podía ser mas duro para ambos y no había que darle mas vueltas al tema. Quería tener su conciencia bien tranquila y mas si su relación con Alex daba un paso mas.

Llamó a la puerta, prefirió no usar su llaves. Abrieron al instante. Ahí estaba Pablo, bastante triste, tenia ojeras y los ojos rojos de no haber dormido e incluso haber llorado últimamente.

- Hola , pasa siente como en tu casa- le soltó Pablo con tono irónico.

Sara entro en el salón en completo silencio, se sentía una extraña en la que había sido su casa durante 5 años.

Se sentó en el sofá, con una pierna doblada debajo  y un cojín en su regazo.

- Pablo, pues bien.. necesitaba esta semana fuera, necesitaba recapacitar de a donde nos llevaba esta relación. Y ante todo quiero que sepas que te quiero muchísimo pues eres lo mas parecido a una familia que he tenido, y que agradezco todo lo que has hecho por mi, por como me tratas y como me cuidas, no tengo queja alguna. Pero me he dado  cuenta que esta no era la vida que quería, necesito otras cosas. Ya se que puede parecer típico, pero que tengas claro que soy yo, no tu. Tu eres perfecto, maravilloso. Y es posible que me equivoque y me arrepienta. pero soy consciente de ello y necesito hacerlo.

- No sigas, por favor Sara. Ya no me quieres? eso es lo que intentas decirme? y eso que paso de la noche a la mañana. ¿un día te levantastes y dijiste no quiero a la persona que duerme a mi lado? dímelo, Sara dímelo, porque esto me esta matando.- alzo la voz Pablo, harto de tantos rodeos. Frustrado y dolido, rompió a llorar. Derrumbado sobre la alfombra del salo, arrodillado cerca de las piernas de Sara.

Sara tampoco se quedo atrás, también le brotaban lágrimas sin parar, hundía su cara en el cojín que tenia sobre su pecho. Se sentía la peor persona sobra la tierra, y deseaba con todas fuerzas que no hubiese llegado a esta situación. Ojala hubiese bastado por lo que sentía por el, para seguir a su lado.

Se engarzaron el una pelea, que ninguno de los dos veía coherente al otro, cada uno se aferro a su verdad.

La tristeza y el dolor inundaban esa casa.  Ambos se gritaron, entonces Sara cogió su bolso y salio por la puerta de la casa, ya no quería seguir con mas explicaciones. Tenia que haberse ido antes, no dejar que la discusión se dilatara por tanto rato, casi dos horas después volvió al piso de su amiga, ella un mar de lágrimas y llanto agónico.

Mientras tanto, Pablo que completamente derrumbado y abandonado. Se sentía ridículo, pues deseaba odiarla, pero no podía. Pues el no dejaba de amarla de un día para otro. Para el era el amor de su vida, y sin ella ya no tenia nada. Ya nada seria igual.