CAPITULO 13

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CAPITULO 13

Sara se sentía tan rara, allí en aquella habitación. No podía dormirse, así que decidió ponerse a leer un rato. Recientemente le habían prestado un libro una de sus compañeras. 

Comenzó a leer y la historia le pareció inquietante. Se trataba de un relato erótico sobre una chica que tenia un visitante nocturno que le hacia el amor, no se conocían de nada y nunca lo había visto a la luz. Mientras leía, se encontraba de lo mas excitada, pues hacia una semana por lo menos de la ultima vez que había mantenido sexo con Pablo. Ella era una chica sexualmente muy activa, y esto la tenia que se subía por las paredes, y mucho mas después de haber estado tan cerca hoy de Alex, este chico que siempre le ponía a mil.

Después de una hora leyendo empezó a quedarse dormida, cuando su móvil recibió un mensaje:

* Princesa hoy estabas guapísima, me hubiese encantado volver a besarte y pasar un rato contigo, pero aquí seguiré aguantando hasta que estés preparada. Por cierto yo tampoco puedo dormir*

¡¡ Vaya!! Creo que estamos los dos igual.- pensó ella. 

Se preguntaba si el estaba tan falto de sexo como ella últimamente.- Seguramente no, pues seguro que es un picaflor, al menos me queda la satisfacción de que esta noche estaban empatados. Jajaja.- se divertida pensandolo.

Prefirió no responder al mensaje y dormirse de una vez.

Cuando tan solo llevaba media hora durmiendo, empezó a escuchar gemidos y golpes en la habitación del al lado.

Esto es el colmo para el calenton que tenia Sara, vaya nochecita le esperaba, su amiga Laura y Sergio de ''dale que te pego ´´. Después de un buen rato, se durmió.

Al la mañana siguiente no podía levantarse de la cama, tenia mucho sueño, pues estuvo despierta hasta cerca de las  3 de la madrugada.

- No puede ser, que sean las 8 ya, no me quiero levantar- empezó a remolonear, pero se ducho, vistió y fue a la cocina para desayunar.

Allí estaban los tortolitos.

- Holaaa xixiii, buenos días!! ¿ que tal has dormido?- le dijo Laura de lo mas alegre.

- Buenos días, bueno la verdad es que me costo dormirme porque no es mi cama, pero bien. Creo que voy a bajar al bar a desayunar, os dejo solitos- respondió Sara, que no quería seguir al lado de la pareja de enamorados, para darles mas intimidad.

Mientras desayunaba, volvió a coger su móvil y a releer el mensaje que Alex. Cuando vio que también tenia otro mensaje que no había oído recibir, también era de anoche y era de Pablo.

Al abrirlo el corazón le dio un vuelco, pues ella sabia que Pablo estaba sufriendo.

* Nena, te hecho de menos. Ver tu lado de la cama vacío, me duele como si me clavasen un puñal en el pecho. Si en algún momento te sientes así, vuelve. Esto ya no es lo mismo sin ti, demasiados recuerdos por todas las esquinas de esta casa. Te quiero.*

Al leer eso, Sara comenzó a llorar. Pues ella también echaba de menos a Pablo, pero aclararse era su objetivo principal. Limpio sus lágrimas. Se termino el desayuno y marcho para el trabajo. 

La mañana paso rápido, pues había mas clientas debido a la proximidad de las navidades; las clientas ya empezaban a buscar modelitos para las festividad. 

Termino su turno, y fue a su taquilla a por sus cosas, cuando una compañera entro para decirle algo:

- Sara, hay un chico guapísimo preguntado por si te habías ido ya, le he dicho que te iba a avisar.¿donde conoces tu a los chicos así?- dijo la compañera guiñándole un ojo.

- Un chico ¿ te ha dicho su nombre? Que raro.

- No, pero yo de ti saldría ya, no el hagas esperar.

Sara cogió sus cosas y salio.

Allí estaba Alex, apoyado en el mostrador, mientras las compañeras de Sara le interrogaban y coqueteaban con el.

Se giro y al ver a Sara soltó una de sus esplendidas sonrisas.

- Bueno chicas, encantado. - se despidió de las compañeras de Sara, para consiguientemente  darle un escueto beso en los labios para sorpresa de  Sara.

Esta se quedo extrañada pero le gusto. Pues sus veía como sus compañeras se morían de la envidia.

Ya fuera del trabajo.

- Alex ¿ que haces aquí? ¿ y que confianzas son esas? No puedes besarme siempre que te apetezca. Acaso sabes si yo quiero besarte- dijo queriendo parecer enfadada.

- Si no quisieses que te besase, me hubieses hecho la cobra. Pero he visto que últimamente estas mas receptiva y voy a aprovecharlo.- respondió de lo mas divertido y repitiendo el beso, pero esta vez en la comisura de los labios; no quería tentar a la suerte.

- Ya esta bien - dijo ella retirándose de su lado.

- No te enfades, solo vine para llevarla a almorzar. Me gustaría que hablásemos, quiero saber mas de ti.

Juntos se dirigieron a un bar de tapas, y se sentaron.

- Bueno, ¿que quieres saber de mi?- dijo Sara con cierta incredulidad.

- Todo sobre ti. ¿tu familia? ¿que te gusta? todo lo que me cuentes me importa- respondió mirándole fijamente a los ojos.

Una corriente traspaso la retina de los ojos de Sara , atravesándole el cuerpo por completo. Esas miradas que Alex le lanzaba siempre le llegaban a lo mas profundo. 

- Pues mi familia,.. son mis amigas. No tengo familia. Mis padres fallecieron en un accidente de trafico cuando yo era un bebe, me criaron mis abuelos, pero ellos también fallecieron. Así que mi familia de momento son mis amigas, y hasta hace poco Pablo.- dijo ella entristeciéndose por momentos.

Alex se sintió incomodo, pues no quería que ella se pusiera así. Pero también le gustaba saber de ella. Y se sintió agradecido de que ella hablara de su vida sin tabús.

- Vaya lo siento, Sara- dijo cogiéndole la mano.

- Y tu? cuenta me de ti Alex- dijo ella esbozando una pequeña sonrisa.

- Pues yo,vale. Mi padre es sueco y mi madre malagueña, se divorciaron cuando yo tenia 10 años. Tengo un hermano, Eric, con 18 años, esta estudiando en Londres. El padre de mi hermano es la actual pareja de mi madre, José. Mi madre se llama Carla y mi padre Paul. Y la verdad es que no puedo quejar, he tenido una infancia muy feliz. Nunca me ha faltado de nada. Mi padre me regalo el pub cuando cumplí los 25 años. Pero es hasta hace poco que lo puse a funcionar, pues quise conocer el mundo viajando antes de echar raíces con un negocio. Así que he vivido en varios sitios New York, Tokio y Londres. Y ahora me estoy volviendo loco por una morena de ojos verdes, que no puedo dejar de mirar..

El color rojo volvió a inundar las mejillas de Sara, pues sabia perfectamente que se refería a ella, como la morena de ojos verdes.

Siguieron hablando de su vida y anécdotas de pequeños, con las que terminaron los dos a carcajadas. Parecía que había mas que atracción entre ellos, pues también conectaban en su forma de pensar.  Quizás la teoría de Laura de que Alex solo seria atracción sexual, empezaba a no se tan acertada.

YA NADA SERA IGUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora