7 | «¿Por qué un corazón?»

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Todo parece ser igual; luces, un escenario, público e instrumentos, pero en realidad nada lo es. Admito que es extraño no ser el centro de atención al llegar a un lugar, no ser la persona por la que la gente espera, ni con la que se emocionan al ver. Se siente muy raro, pero a la vez es reconfortante porque eso significa que mi plan está saliendo a la perfección. Ese plan que surgió sobre la marcha y que efectué sin ser consciente de las consecuencias que enfrentaría si salía mal, ese que tenía todas las probabilidades de llevarme a la ruina y que sin embargo me ha enseñado que hay otra forma de vivir, una en la que realmente me siento viva.

—Ojalá presenten la nueva canción —dice Giulia a mi lado.

—Abraham dijo que seguirían escribiéndola luego y no creo que ya la hayan terminado, componer lleva más tiempo de lo que crees.

—Tienes razón, no sé por qué pensé que...

Sus ojos pasan de mí y se enfocan en algo a mis espaldas. No necesito voltear para saber de qué se trata, pero sin embargo lo hago simplemente para confirmar que es el chico de cabello decolorado del que hablamos la primera vez que estuve en el bar.

—Ve y háblale —animo pinchándole las costillas con el codo.

—Me da mucha vergüenza, además ya te he dicho que tiene novia y que es más grande que yo... No me atrevería a intentar nada.

—Puedes ser su amiga —suelto encogiéndome de hombros.

—Tengo un crush con él hace bastante tiempo, lo último que quiero es ser su amiga, Dakota —suspira sacando su celular del bolso—. Los chicos ya deberían de haber salido, ¿no? ¿Estarán bien?

—¿Phebe? —pregunto con tono de broma y ella ríe.

—Esperemos que no —niega con la cabeza todavía riendo—. Aunque ahora la banda sabe que tocas la guitarra, el piano y que cantas, así que si te necesitan no van a dudar en llamarte.

Estoy a punto de preguntarle cómo es que sabe que canto, pero entonces recuerdo que en los ensayos utilizan los micrófonos y que probablemente me haya escuchado cantando el otro día, así que simplemente omito la pregunta y voy a por otra.

—¿Los berrinches de Phebe se dan muy seguido? —De ser así no entiendo cómo es que todavía no la han echado de la banda y en su lugar puesto a alguien que sí entienda de profesionalismo.

Si quieres triunfar en algo debes rodearte de personas que tengan tu mismo objetivo y con la que puedas trabajar en conjunto para alcanzar esa meta, de otra forma solo te verás perjudicado, porque no solo tendrás que hacer tu parte del trabajo, sino también la de quien no mueve siquiera un dedo en un intento de progresar.

—Solo cuando se enoja con alguno de los chicos —Giulia me mira de reojo—. Por si acaso, cuando te vayas a Los Ángeles ten siempre tu camioneta con suficiente gasolina como para echarte una carrera hasta aquí si recibes una llamada de emergencia.

Cada día que paso en la ciudad mis ganas de abandonarla se esfuman poco a poco. Necesito tranquilidad y llevar un perfil bajo, dos cosas que perfectamente puedo tener aquí y como bonus me llevo un grupo de amigos que de verdad me hacen sentir parte de ellos.

—Sobre eso...

Apenas comienzo a hablar cuando el señor panzón sube encima del escenario y toma el micrófono haciendo que chille de forma ensordecedora al sin querer acercarlo al altavoz.

—¿Me lo dices luego o quieres que salgamos? —pregunta Giulia mirando hacia la puerta a la vez que se cubre los oídos.

—Tranquila, puedo esperar, no es nada importante.

La melodía que nos une [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora