Son las ocho de la noche cuando abandono el bar. Para no perder el dinero del día le pedí a uno de los chicos que trabaja en el turno de la tarde intercambiar horarios y aceptó así que aquí estoy.
Me meto en mi camioneta una cuadra más abajo y saco mi celular de mi bolso. Hoy al mediodía recibí una llamada de mi padrino, pero me negué a atenderlo; lo último que necesitaba era ponerme a llorar a mitad de horario y llevar una bola de angustia atascada en el pecho por el resto del día. Sin embargo, ahora no hay nada que me impida desmoronarme a pedazos.
—Feliz cumpleaños, patito —dice mi padrino en su mensaje de voz—. Te amo y te extraño mucho. Sam todavía no me ha dicho nada sobre ti, por lo que supongo que todavía no has hablado con ella; hazlo pronto, patito. Espero que tengas un lindo día, te amo.
Sonrío con los ojos cristalizados y tiro el celular al asiento del copiloto. En algún momento del día decidí que voy a llamar a mamá después de las fiestas, no voy a decirle donde estoy, pero sí quiero explicarle por qué hui y hacerle saber que es la mejor madre del mundo y que ella no tiene la culpa de nada; porque sé que va a culparse, creerá que no me dio el amor suficiente, que falló y no es así.
El problema soy yo.
Al llegar a casa noto que el auto de Harry no está en la entrada, pero no se me hace extraño porque seguramente esté con los chicos. Los últimos dos días nos la hemos pasado metidos en el garaje de Emily ensayando; mañana comienza el festival y la banda entera acordó que hoy era día de descanso tanto para Abraham como para mí para así cuidar la voz, lo que me vino perfecto para el intercambio de turnos.
Meto un tupper con ravioles de anoche al microondas y mientras mi comida se calienta me dispongo a quitarme la ropa de invierno. Mis ojos viajan a la piscina fuera y el deseo de que sea verano y poder usarla de una vez por todas me consume. Aún no ha empezado a nevar, por lo que supongo que el clima ha de estar guardando lo peor para enero y eso me causa un poco de nostalgia; ¿Quién va a sacar mi auto si se atasca en la nieve? ¿Quién va a prepararme chocolate caliente en la noche o abrazarme hasta que me quede dormida? ¿Quién si no es Robin?
—¿Dak? —Siento la voz de Harry llamándome desde lejos—. ¿Ya estás en casa?
—¡En la cocina! —grito a la vez que detengo el microondas.
Saco el tupper para dejarlo encima de la mesada y salgo en su búsqueda.
—¿Harry? —pregunto asomándome en el pasillo.
—Mierda, no —Antes de que siga caminando me cubre los ojos y hace que retroceda a la cocina.
—¿Qué pasa? —pregunto cuando quita la mano de mis ojos.
—Feliz cumpleaños, Dak —sonríe y luego me abraza—. Quédate aquí, por favor.
—¿Qué vas a hacer? —El miedo es claro en mi tono.
—Solo quédate aquí y perdón —alza sus manos mostrándome las palmas—. Se suponía que iba a estar aquí antes de que llegaras, pero se atrasó el papeleo y no llegué...
—Está bien, pero, ¿qué pasa?
—Quédate aquí —Me sonríe y se da media vuelta saliendo de la cocina.
Escucho la puerta de la entrada cerrarse y frunzo el ceño. Miro mi tupper con ravioles y regreso la vista al frente cuando escucho que la puerta vuelve a abrirse.
—¿Tienes una campera para el agua? —pregunta asomándose en la cocina con el cabello totalmente empapado—. ¿Un paraguas o algo? Está lloviendo demasiado.
—Creo que tengo una campera —digo asintiendo—. ¿Para qué?
—Tráela, por favor —señala con la cabeza hacia las escaleras.
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La melodía que nos une [✓]
Romance[EL ARTE DE UN CORAZÓN ROTO #2 🎤] Cuando tu nombre esté en boca de todo el mundo y de ellas solo salgan palabras hirientes, lo único que querrás hacer será escapar, huir allí donde nadie te conoce e intentar comenzar otra vez sin los fantasmas del...