༺ treinta y dos ༻

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Toda la sala pareció detenerse, prestándonos atención

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Toda la sala pareció detenerse, prestándonos atención.

──Disculpe majestad, no lo sabía ──murmuró Han Jisung con una reverencia.

No fue hasta ese momento que me atreví a girarme para enfrentar a Yoongi, y mientras el resto se inclinaba ante su presencia, yo me quedé inmóvil.

──¿Quieres bailar? ──preguntó con una leve ronquera en su voz.

Se me erizó la piel por ese motivo y mi lobo no tardó en resurgir de las cenizas cual fénix, buscando a su alfa, moviendo la cola y rascando por encontrar su aroma.

Dio un pequeño tirón a mi mano, no supe si para hacerme reaccionar o para hacerme saber que todo estaba bien y que no se iría, quizá ambas. Aquello me devolvió la sangre a las venas, el aire a los pulmones y el alma al cuerpo. Me sentía vivo por primera vez en un mes.

──Estaba esperando que me lo pidieras ──murmuré.

Aquello le sacó una sonrisa, por lo tanto yo fui feliz.

──Ven.

Me pegó con gentileza a su cuerpo y me sujetó como si fuese el tesoro más preciado del mundo. Así me sentí bajo su firme mirada y sus ojos brillantes.

Mi lobo, en todo su esplendor, buscó el aroma que por fin dejó caer sobre mí. La familiaridad del olor a bosque me rodeó y me acunó como si no hubiese pasado el tiempo entre nosotros.

──Tenemos mucho de que hablar ──susurró mientras nos balanceábamos lentamente, sin importar el compás de la música.

──Lo sé. ──Apreté mis ojos con fuerza, deseando que, si se trataba de un sueño, no despertase pronto──. No te vayas.

──Estoy aquí ──respondió de inmediato, apretándome más contra él──. Sólo me iré si tú me lo pides. No te imaginas lo mucho que te he extrañado, omega.

Sentí ganas de llorar, por lo mucho que sentía por él, por todo lo que significaba para mí, pero como estaba tan feliz por tenerlo de vuelta conmigo fui incapaz de derramar una sola lágrima. Sólo podía sonreír.

──Alfa.

Apoyé mi cabeza en su pecho, sólo para comprobar que era real, que su corazón latía y que su lobo me buscaba a mí. De entre todos los omegas del mundo, a mí.

──Mi omega ──reclamó en tono bajo, arrastrando las palabras y soltando un suspiro, como si hubiese contenido la frase por demasiado tiempo.

Sentí que nada podía volver a separarnos. Ni siquiera nosotros mismos aunque quisiéramos.

──¿Debería volver a pedir cortejo o...? ──preguntó de pronto.

Una risa salida de mis labios quebró el silencio que habíamos mantenido. Se volvió a sentir cálido, como si nunca hubiese enfermado o mi lobo nunca hubiese desaparecido.

❝ Matar al dragón 𝄄 𝒀𝑶𝑶𝑵𝑴𝑰𝑵 ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora