26 - Milton: El amor

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Milton

Me encuentro almorzando en silencio junto a Ramir, el cual acaba de llegar hace tan solo unos momentos y decidió acompañarme a comer esta carne. No es lo mejor del mundo, pero es lo que hay, sin contar que a mi hermano no parece importarle tampoco.

—¿Por qué esa cara larga? —consulto.

Frunce el ceño.

—¿Por qué esa cara larga? —repite.

—No estoy de humor para hablar.

—Yo tampoco.

Se vuelve a hacer silencio por un rato largo. Esta carne es un asco y está muy mal cocinada, pero es mejor que mis pensamientos. Al parecer Ramir opina lo mismo, porque también le presta más atención a su plato que a cualquier otra cosa. Suspira, y vuelve a introducir otro pedazo del filete en su boca, luego continúa masticando como si fuera un manjar. Aunque ambos sabemos que es una porquería.

—¿Me vas a decir qué te pasa? —vuelvo a preguntar.

—Dilo tú.

Parece que no va a hablar ninguno hasta que el otro ceda, así que se me ocurre una solución.

—¿Y si lo decimos al mismo tiempo? —sugiero.

Sonríe.

—Suena bien.

Ambos suspiramos a la vez y respondemos:

—El amor. —Se escucha al unísono.

Me río.

—¿Ya te enamoraste de ese infeliz? —refiriéndome a Exiel.

Se carcajea.

—¡No! Él es el que actúa enamorado, yo solo quería tener sexo. ¿Y qué pasó con Joselyn? —Mueve las cejas, volcando la conversación hacia mí—. ¿Te pasaste de anticuado y le ofreciste matrimonio? —se burla.

—¡Claro que no! —me quejo, luego siento calor—. Solo le declaré mi amor de la forma más cursi que encontré y se me fue corriendo, ando muy avergonzado por eso. No sé qué hacer, siempre se me escapa, ni idea si le gusto o qué, da muchas vueltas. —Bufo.

Golpea la mesa.

—¡Ve a buscarla y díselo!

—¡Eso haré! —Me levanto de mi silla y luego reacciono—. ¿Y tú qué?

—Exiel no tiene arreglo, solo déjalo ser. —Mueve la mano—. Ya vete.

—Bien, pero luego hablamos.

Tomo mis llaves y me voy corriendo mientras mi hermano se queda en su silla. Se lleva a la boca la carne de mi plato, entretanto sonríe al mover la mano para saludarme. Curioso, en realidad sí le gusta esa comida horrible. Al menos alguien cree que son buenos mis dotes culinarios.

Tiempo después, llego a la dirección de Joselyn y me encuentro con un hombre de cabello negro, parado en la puerta, esperando. En un principio pienso que es una visita para Exiel, pero cuando la chica de mis sueños abre la puerta, se asombra, en el momento que se da cuenta de la presencia del tipo de buen porte. Se ve que lo conoce, pues grita, sorprendida.

—¡¿Johey?! 

            —¡¿Johey?! 

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¡¿Se viene salseo?!

¿Se acuerdan de Johey? Fue mencionado capítulos atrás. 

Milton y Ramir sincronizados 😂

Saludos, Vivi.

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