Joselyn
Mi última cita con Milton terminó de la peor manera posible. Fuimos al cine y pudimos haber tenido una cena en su casa, pero en la puerta nos cruzamos con sus padres, lo que provocó que me fuera y discutiera con él. Su confesión fue muy linda, pero eso no iba a hacer que me quedara.
«No puedo, no quiero dejarte. Estoy por completo enamorado, ya me atrapaste, no deseo escapar nunca».
Me marché sin decir nada, no iba a permanecer con alguien que no defiende a su hermano, definitivamente, no. ¿Solo proteges cuando está presente? Eso me parece hipócrita, una persona que te puede apuñalar por la espalda en cualquier momento.
No quiero pensar así de Milton, pues entiendo que está aprendiendo. No es que desee juzgarlo, sin embargo, solo me genera miedo. Si un día decido contarle que soy una mujer trans, quizás me sonríe, pero si luego por detrás expresara bazofias de mí, no sé qué haría. Se disculpó por lo de Ramir y juro que anhelo creerle, pero mis inseguridades no me dejan. Ya he sido herida muchas veces como para aguantar otra decepción más.
Es un conservador, no es la pareja definitiva para mí, no somos compatibles de ninguna manera y, sin embargo, me encantan sus costumbres. El chiste de la boda no me molesta en absoluto, esperarlo haciendo un pastel, me calienta como mil soles. No puedo evitar mis pensamientos impuros con Milton, pero sé que eso es casi imposible para nosotros. No hay probabilidades de que pueda pasar. Esas ilusiones de la casita son eso, solo fantasías sin sentido.
El timbre suena, así que me dirijo a abrir, y lo que menos espero es lo que sigue a continuación:
—¡¿Johey?! —chillo al ver al doctor de mis sueños, luego veo al dueño de mis fantasías—. ¡¿Milton?!
¡¿Pero qué está pasando aquí y en dónde me puedo ocultar para salvarme?! ¡¿Por qué están los dos en frente de mi puerta?!
¡¡Y peor!! Si Milton descubre la profesión de Johey, estaré perdida. Me quiero morir. Si hay cualquier tormenta en algún lugar del mundo, que llegue aquí, y me tire un rayo, por favor.
—¿De qué lo conoces? —pregunta el rubio mirando de refilón al pelinegro—. ¿Quién es?
—Un gusto, soy el doctor Johey —se presenta.
Es mi fin.
—¡¿Doctor?! ¿Le pasa algo a Josy? —consulta, preocupado—. Soy Milton, su pareja. —Marca territorio.
Me hubiera parecido muy linda su intranquilidad, si no fuera por la última acotación. En realidad, no creo que podamos ser algo, no ahora, ni mucho menos luego de nuestra discusión.
—No lo es, estamos peleados —lo corrijo.
—Josy, yo... Hablemos luego de ello, ahora solo quiero saber... —Vuelve al tema que me inquieta—. ¿Qué tiene? —Gira su vista a Johey.
—Nada grave —aclara el cirujano—. Soy...
—¡¡Cardiólogo!! —rápido, me invento.
—¿Cardiólogo? —Enarca una ceja—. Eh... —Ve mis gestos, así que me sigue la corriente—. Sí, soy cardiólogo. Sé que a la señorita Joselyn le duele el corazón —agrega.
Eso último no hacía falta.
—¡Wow! Tenemos mucho de qué conversar. —Le agarro el brazo a Johey y lo introduzco a la casa—. ¡Milton, hablamos luego! —Cierro la puerta con ambas manos.
Me mantengo apoyada en el acceso de mi casa, por completo en shock, todo hasta que reacciono. Me alejo, despacio de la entrada, me giro, apoyando la espalda allí. Río, nerviosa.
—¿Qué hace aquí? ¿Cómo? —Me sonrojo.
El médico de mis sueños me sonríe con confianza.
—Hablé con tu hermano, me pidió venir. Te recuerdo, vi tu expediente. Casi pensé que lo había perdido.
—No comprendo ¿Exiel te llamó? ¿Cuándo?
—Hace un tiempo, dijo que estabas en la lista de espera, me ofreció dinero y todo, pero yo no lo acepté.
—Oh, lo siento. —Pongo la mano en mi pecho—. Mi hermano no tiene reparos en nada de lo que hace. Usted es alguien muy respetable, no debería tratar con gente así.
Se ríe.
—Veo que eres mi fan.
Siento mis mejillas más calientes, entonces bajo la vista.
—Leo todas sus reseñas, me encanta su trabajo, lo que hace con sus pacientes es... magnífico. —Suspiro.
—¿Tú crees? Mis colegas hicieron un excelente trabajo contigo, puedo notarlo. De hecho, no entiendo cómo quieres que sea yo el que se encargue de tu caso, siendo que los cirujanos que te atendieron, te dejaron perfecta.
—No he tenido muy buenas experiencias con ellos. —Muevo un mechón rubio detrás de mi oreja—. Y sé que usted trata bien a sus pacientes. —Hago una pausa, luego alzo la vista, despacio—. Siento lo de mi hermano, si hay algún problema, le pediré que se disculpe.
Da un paso hacia adelante.
—No, no es por ninguna demanda ni nada, yo vine específicamente por ti, Joselyn.
—¿Por mí? —Tengo calor.
—Verás, asististe a una consulta, quería llamarte, pero perdí tu expediente, fue un milagro que tu hermano se comunicara, pude dar contigo al fin.
—Oh, no sabía. —Me asombro—. Bueno, ¿y por qué quería hablar conmigo? Aún no tengo el dinero y no pienso dejar que mi hermano lo pague. Además, tengo entendido que hay una lista larga de espera, y yo no calculo estar entre los primeros. —Hago una risita, nerviosa.
—¿Crees que sería muy poco profesional de mi parte estar interesado en ti? Me lamenté mucho cuando perdí tu número, te lo juro.
¡¿Qué me acaba de confesar?! ¡¡Me muero!!
¡Milton, te quieren robar a la novia! 😂
Esto se puso intenso 💥
Saludos, Vivi.
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Milton y Ramir
HumorConoce a Ramir, está loquito, tanto que destruye un club disfrazado de mujer y luego el dueño, Exiel, lo obliga a pagar, convirtiéndolo en su pareja. Conoce a Milton, es el hermano de Ramir y un total conservador, se ha enamorado de la hermana de Ex...