Milton
Me encuentro por completo triste, toda la tarde en mi oficina pensando en lo que me dijo Joselyn. No se decide entre ese tal Johey y yo. Ni siquiera sé de dónde salió ese tipejo. ¿Hace cuánto que se están viendo? Lo único que conozco de él es que es doctor. Cardiólogo, supongo. No puedo nada más quedarme con los brazos cruzados, necesito hablar con ese ser, y ver qué le ve.
La última hora termina y me levanto rápido de la silla de mi escritorio. Paso por la recepción, pero ignoro a Joselyn, sin embargo, ella me sigue. Una vez estamos fuera del edificio, nos detenemos.
Caminé como si me llevara el viento, no obstante, ni sé a dónde estoy marchando, ni siquiera conozco la dirección de ese tipo. Me giro de manera abrupta, entonces Josy se sobresalta.
—Necesito hablar con ese tal Johey —aclaro mis pensamientos al aire, sin dudarlo por ni un momento.
—¿Qué? —Queda en shock.
—Eso dije —expreso, dominante.
Frunce el ceño.
—Me ignoraste recién y ahora me exiges esto, eres un controlador sin escrúpulos, no me vengas con cosas como esas.
—¿Disculpa? —Enarco una ceja—. Tú me pediste una especie de distancia, no puedes recriminarme nada.
—Eso no significa que no podamos seguir siendo amigos. Además, no deberías ni pensar en hablar con Johey, eso es muy incorrecto de tu parte.
—Mis celos dicen y hacen lo que se les da la gana, punto.
Se sonroja, entonces comienza a tiritar.
—No aclares eso, qué vergüenza.
—¿Te incomoda, te molesta o qué es ese gesto? —expreso, disconforme—. Deja de confundirme.
Se abanica la cara con su mano.
—De hecho, me calienta —declara sin más, aunque luego se arrepiente y deja de mover sus dedos, los vuelve en puños—. ¡Quiero decir...! Bueno, sí, pero...
Sonrío de lado.
—Entonces ve y dile a ese que no estás confundida, que me eliges a mí.
Se sobresalta.
—¡¿Quién dijo eso?! ¡¡Yo no dije nada de eso!! —repite.
Bufo.
—Deja de dar tantas vueltas y confiésame que quieres ser mía para siempre.
—¡Cállate, intenso! —exclama, alterada.
Me río sin humor.
—No me dejas opciones, tendré que elegir yo.
—Bien, de acuerdo, no te apresures, dame un tiempo para aclarar esto.
—Tienes razón, hagámoslo, te doy tres días.
—¡¿Tres días?! —chilla.
—Sí, ya me cansé de dar vueltas en esta calesita. —Me cruzo de brazos—. Te doy tres días para que me digas qué somos, y si no me respondes, supongo que quedaremos como lo que querías, jefe y secretaria. Listo, esto llegará a su fin —dictamino un ultimátum.
No me gusta lo que acabo de decir, pero ya estoy harto de esta confusión, yo quiero cosas concretas, nada más. La relación no va para ningún lado, así que debo ponerme firme y aceptar que si esto no debe ser, no será. Solo espero haber tomado la decisión correcta y no arrepentirme.
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Milton y Ramir
HumorConoce a Ramir, está loquito, tanto que destruye un club disfrazado de mujer y luego el dueño, Exiel, lo obliga a pagar, convirtiéndolo en su pareja. Conoce a Milton, es el hermano de Ramir y un total conservador, se ha enamorado de la hermana de Ex...