Ramir
Se siente raro volver, con todo lo que ha pasado. Pensar que hace tan poco me estaba yendo de esta casa y ahora regresé. Aunque más extraño es estar enamorado de Exiel. Todos esos sentimientos por Zem han disminuido. Habían bajado desde antes, pero ahora me siento diferente, todo está claro. Mi mente se encuentra hipnotizada por otro hombre.
Exiel agarra las sábanas dobladas que estoy sosteniendo y las lleva a la cama. Comienza a armarla, así que me aproximo hasta él, entonces le sonrío.
—Creí que tenías empleados para todo —me burlo.
—Miry, ¿crees que soy un inútil?
—No, sino no serías el dueño de un club.
Mueve la manta.
—Ya puedes acostarte —aclara.
—Me siento bien.
—El médico dijo reposo. —Me agarra de los hombros y me guía al colchón, luego de tirarme allí, me cubre con las sábanas—. Sé un buen niño.
—Me tienes en bandeja y me desaprovechas. —Hago puchero.
Se acerca a mi rostro y apoya las manos a ambos lados de mi cintura.
—Siempre te tuve en mis manos, Miry, solo que ahora me deseas de verdad. No te preocupes, pronto te haré el amor, pero para eso tienes que ser un niño bueno y recuperarte. Tranquilo, no te apresures, que te daré muchos cuidados. —Me da un leve beso en los labios, luego levanta el control remoto—. ¡Veamos televisión!
—Está bien —digo no muy convencido.
—Traeré papitas, busca algo bueno que ver. —Pone el aparato en mi mano, entonces se retira de la habitación.
Mientras cambio de canales, me quedo pensativo sobre lo que charlé con Milton. No sé si estoy tan tranquilo con el tema, tener un plazo en la relación... ¿Y si vuelvo a sentirme mal? Sé que Exiel está enamorado de mí, pero en ningún momento se ha retractado sobre dejarme. El sexo de despedida, ¿cómo sabré cuándo es el último? ¿Acaso piensa decírmelo? ¿Realmente quiere verme llorando por él? Esto es de locos.
Apago la tele.
—¿No había nada interesante? —Llega Exiel con el tarro de papas, se saca las zapatillas y se acuesta a mi lado—. Dame el control. —Lo agarra, entonces enciende el televisor otra vez, comenzando a cambiar canales.
—¿Por qué quieres destruirme? —pregunto de repente.
Deja de avanzar en los canales y se escucha de fondo una programación de animales. Gira su vista hacia mí, quedándose serio. Se queda bastante tiempo así hasta que me sonríe.
—No pienses en cosas que todavía no han pasado. —Me toca levemente la barbilla, luego vuelve a agarrar el control y cambiar de canal—. Vamos a divertirnos mucho antes de que acabe nuestra relación. No sufras, estamos recién empezando.
—Comenzamos hace tiempo —contraataco.
Se ríe.
—Touché, pero no vamos a terminar ahora, cuando nos estamos divirtiendo.
Frunzo el ceño.
—No nos estamos divirtiendo, estoy en esta cama, aburrido. —Hago puchero—. Y tú no me quieres dar como cajón que no cierra por las palabras del doctor.
Se queda tildado mirando hasta que se carcajea.
—Buen intento. —Me tapa más—. Pero no va a pasar.
—Bueno, pero la tele sigue sin ser divertida. Contrata alguna plataforma de streaming o pon un videojuego. —Muevo los hombros sin importancia—. Quizás podamos charlar.
—Claro, Miry, ¿de qué te gustaría hablar? —Agarra y muerde una papita.
—Mm... —Me quedo pensativo—. ¿Sigues planeando vestirme de chica?
—Claro, cuando tengamos sexo, recuerda que es uno de mis fetiches. Aunque eso no es un problema para ti, ¿cierto? Te dejo ponerte lo que quieras en tu día a día y los roles en la cama me los dejas a mí.
—Suena a un buen trato. —Enarco una ceja—. ¿Cómo surgió este gusto extraño por vestir a tus amantes así?
—Creo que en una fiesta de disfraces cuando era adolescente. —Se carcajea—. Mi novio de ese entonces, jugaba a ser trapito. Terminamos esa misma noche, luego de tener sexo, y me sentí muy bien al respecto.
—O sea, que esos dos puntos, surgieron casi al mismo tiempo. ¿Cómo puedes sentirte bien luego de haber terminado? ¿No lo querías?
—Supongo que no, pero él estaba loquísimo por mí. Me encantó la forma en la que me miró, se notaba que no quería que fuera nuestra última vez, pero yo me iba a mudar lejos, mis padres se estaban separando. Nunca olvidé el anhelo en su cara, la necesidad de que al menos le aceptara ser novios a distancia, pobrecito.
—¿Así es como me quieres ver sufriendo por ti?
Se aproxima a mi rostro y siento su respiración.
—Me muero de celos —susurra.
Me sonrojo.
—¿Qué?
—La forma en que lloraste por Zem, me vuelve loco. ¿Acaso puedo generar algo así en ti? Dime... —Apoya sus labios en los míos—. ¿Puedes regalarme toda esa intensidad? Mírame así. —Se me tira encima y me besa.
—¡Ay! ¿No era que no iba a haber sexo?
—Solo te estoy tocando. —Chuponea mi cuello y recorre mi cuerpo con sus manos—. Oh, Miry, estoy ansioso porque te vuelvas loco por mí.
Ay, cielos, es tan caliente, no puedo pensar.
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Milton y Ramir
HumorConoce a Ramir, está loquito, tanto que destruye un club disfrazado de mujer y luego el dueño, Exiel, lo obliga a pagar, convirtiéndolo en su pareja. Conoce a Milton, es el hermano de Ramir y un total conservador, se ha enamorado de la hermana de Ex...