Pensar.

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Después de pasar años de su
vida en una egoísta relación, Tom
hace lo posible para demostrarle
que merece todo lo que quiere.

Después de pasar toda la noche pensando una vez más en las desventajas de tener una relación con alguien menor, Tn despertaba a las 6:12 de la mañana

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Después de pasar toda la noche pensando una vez más en las desventajas de tener una relación con alguien menor, Tn despertaba a las 6:12 de la mañana.

La diferencia de edad entre Tn y Tom era de no más de 6 años, pero, no era un secreto que el chico prefería "maduras".

Pero para Tn, está experiencia era nueva, en lo que realmente tenía experiencia era en las malas relaciones, en relacionarse con personas egoístas, violentas, o poco sensibles; y comenzaba a hartarse de tener tan mala suerte escogiendo a sus parejas.

Una fiesta a la que Tn asistía para desahogar sus penas con alcohol fue suficiente para acabar entre las piernas del famoso guitarrista de Tokio Hotel; la chica creyó que simplemente quedaría como un encuentro gracias al alcohol pero, increíblemente, Tom acabaría quedando completamente flechado por la mujer rizada de grandes aros.

El relacionarse con un famoso que tenía rumores de mujeriego, y aparte, menor que ella, le dejaba mucho que pensar, y para su mala suerte, era una mujer que pensaba demasiado. Pero eso no le impidió caer en los encantos de Tom.

Todas las noches a su lado tenía miedo de que fuera la última, de repetir su condena. Rogaba que Tom no terminara de romper su corazón...

-¿Otra vez pensando? —Tom la miró con los ojos entrecerrados aún sin acabar de despertarse completamente.

-Un poco... —Tom le regaló una leve sonrisa, rodeando poco después de cintura para acercarse completamente a ella.

-¿Puedo pensar contigo?

-No eres muy bueno pensando. —Rió

-Ni siquiera me he despertado y ya me estas atacando, amor.

-¿Dormiste bien?, tienes muchas ojeras. —Se giró quedando de frente con él.

-Alguien sacó todo de mi anoche... —Tn rió levemente. —Lo que no entiendo es cómo tú luces tan perfecta en las mañanas... Puedes dormir media hora y aún así verte... Radiante.

-Ya sé a dónde va esto... Quieres un mañanero a base halagos.

-Atrapado... —Tom se sentó en la cama tomando las manos de Tn entre las suyas. —¿Quieres desayunar afuera?... O, ¿Quieres pedir algo?

-Yo puedo hacer de desayunar... Café... O hot cakes.

-Pero no quiero que te levantes de la cama... Dime qué se te antoja.

-Escoge tú, me gusta lo mismo que...

-No, Tn... Quiero que escogas tú... Si quieres desayunar langosta, pidela, ¿Okey? —Tn sonrió levemente. El buen trato de Tom aún le traía malas memorias de vuelta.

-Ya no hay gas... Ni siquiera hay para desayunar.

-¿Es mi culpa?, te doy lo único que gano y lo desperdicias en mierda.

-¿Yo?, ¿Disculpa, quién se endeudo con otro préstamo?

-Es mi jodido dinero... Si quieres tener voz aquí, trabaja. No eres quién para decirme qué hacer con mi dinero...

-Honestamente, no me gustó el spaguetti. —Tom negó con un sutil puchero.

-¿Enserio?, hubiéramos pedido lo que tú querías, ¿Qué era?

-No, no, no... Sólo no me gustó el spaguetti, pero comer contigo, en todos los aspectos... Me encanta. —Tom era todo un coqueto, no importaba que Tn fuera más madura que él, siempre lograba estremecerla con cualquier cumplido.

-¿Se me ve bien este?... ¿Tn? —Al mirar a la chica para buscar la razón de su ausencia mental notó que se encontraba mirando fijamente un vestido verde oscuro de holanes en la ventana de la tienda de enfrente.

-Ah, si... Te ves muy guapo. —Tn sonrió de oreja a oreja al mirar a su novio con esa nueva camisa.

-Vamos por el vestido. —Tom sonrió.

-Oh, no, no, no... Sólo veía la tienda de discos de a lado.

-Entonces, vamos por el disco. —Tom tomó la mano de Tn levantandola de la silla.

-Estoy bien así. —La chica permaneció sin moverse en ese lugar.

-Déjame comprarte todo lo que quieras, sólo hoy... Me puedes pagar después... Acepto todo tipo de pagos. —Susurró en su cuello dejando pequeños besos en el.

-Gracias, amor... Pero... Gasta tu dinero en cosas que te quieras comprar, en cosas que te gusten... Tú lo ganas.

-Y tú me gustas... —Tn sonrió dejando un beso en sus labios y permitiéndose al fin, acceder a sus deseos.

-¿Te llenaste?

-Si, mucho... Gracias. —Sonrió recargando su cabeza en el hombro de su novio.

-Mira. —Tom le mostró la pantalla de su celular, eran casas en venta.

-¿Esto qué? —Preguntó curiosa.

-Escoge nuestra casa... ¿O quieres vivir en hoteles toda tu vida?, no te preocupes el sexo será igual.

-Pero... Es que...

-Es un hecho que quiero pasar el resto de mi vida contigo. Estaba esperando que notaras el anillo en mi dedo y así me preguntaras y yo te diera esto. —Tom sacó una pequeña caja que al abrir tenía dentro un anillo bastante precioso. —Quiero que esto te deje claro que mis únicos deseos contigo son tú y yo en un altar... Quiero que dejes de pensar tanto...

Las palabras de Tom causaron un efecto físico y mental en Tn. Un gran impacto que jamás creyó sentir después de tantas decepciones amorosas.

Tom había reparado heridas que él ni siquiera había hecho.

𝔎𝔞𝔲𝔩𝔦𝔱𝔷 𝔒𝔫𝔢 𝔖𝔥𝔬𝔱𝔰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora