31.

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Hyunjin continuó besándolo mientras Felix solo estaba sobre el escritorio intentando recuperar la respiración, perezoso ronroneó contra sus labios—me duele la espalda...

Su esposo se separó rápidamente, ayudándolo a levantarse—supongo que no vamos a por una segunda ronda.

—ni de broma, además sin lubricante me siento raro—murmuró, permitiendo que Hyunjin lo limpiará con unos pañuelos húmedos.

—¿Fue doloroso?—se preocupó de inmediato Hyunjin, mirándolo a los ojos, buscando en él cualquier indicio.

Felix negó con la cabeza, dedicándole una dulce sonrisa—no, estuvo bien, solo no podría ir por una segunda ronda sobre el escritorio, necesito una cama—susurró avergonzado.

—está bien, perdón si fui rudo—lamentó Hyunjin, repartiendo besitos en los muslos de su adorado esposo—la abstinencia decidió por mi.

Felix le acarició el cabello y volvió a sonreír, riendo como un niño cuando tambaleó y casi perdió el equilibrio mientras Hyunjin intentaba ayudarlo a ponerse la ropa.—está bien, me gustó, además también quería hacerlo.

Su esposo terminó de vestirlo y volvió a sentarlo sobre el escritorio, besándolo de manera tierna, acariciando sus desordenados cabellos rubios y sonriendo contra sus labios, Hyunjin lo abrazó desde la cintura, colocándose entre sus piernas, quedándose un momento en aquella intimidad que ambos tenían y apreciaban.

—te extraño—confesó, aunque no era ninguna confesión, se lo decía a menudo.

El chico rubiecito sonrió contento, jalándolo en un abrazo más fuerte—estoy aquí—dijo Felix.

—aun así te extraño—bajito y casi triste, Hyunjin llevó su nariz al cuello de Felix y lo olió suavemente.—quiero que el tiempo pase rápido, resisto y aguanto tanto como puedo, pero también me siento solo sin ti.

Felix estaba pensando en qué responder cuando la puerta fue tocada y ambos se asustaron, por suerte ya estaban vestidos y Hyunjin ya había abierto las ventanas para ventilar un poco el olor a sexo, Felix se bajó apresurado del escritorio, pero cojeó cuando quiso ir hasta la puerta, Hyunjin no pudo evitar reír, se tuvo que tapar la boca mientras Felix le hacía expresiones de falso enojo.

Sacó el seguro y abrió tímidamente, encontrándose con la recepcionista allí—¿Sí?

Ella le miró curiosa, pero no dijo nada al respecto—el presidente John llamó, como no pudo comunicarse con usted por privado me pidió que le informará que podía retirarse temprano hoy porque en la noche hay una fiesta a la que debe asistir, la invitación la tiene el esposo del presidente y se la entregará cuando se reúnan.

—oh ¿Es así? Justo ya nos íbamos—murmuró—gracias por avisarme.—Felix volvió a cerrar la puerta y miró a su esposo que estaba poniéndose su abrigo—no puedo caminar.—dijo serio.

Hyunjin volvió a reír y acabó saliendo de la oficina con el vicepresidente en su espalda, llamando la atención de los empleados, Felix se despidió de todos ellos solo levantando su mano y deseándoles un buen día, aunque en el fondo estaba tan avergonzado que quería que lo enterraran vivo por allí.

Su esposo lo llevó a cuesta todo el camino hasta el edificio, asegurándole que le haría masajes en cuanto llegaron y Felix le murmuró que más le valía porque sentía sus glúteos adoloridos.

—no puedo creer que tu papá haya conseguido un terreno para nuestra casa—comentó Felix mientras abrazaba a Hyunjin que lo sostenía fuerte desde los muslos.

—lo sé, no demoró absolutamente nada, creo que él también está emocionado con la idea que vivamos juntos, tal vez está buscando deshacerse de mi—rio Hyunjin, entrando al edificio y yendo hacia el ascensor, todavía sin bajar a su amado esposo.

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