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No era tan fácil, por supuesto que no.
Si simplemente le hubiera dicho a Lisa que no tenía tiempo para salir, eso sería una cosa. Podía llamarla, decirle que lo había reconsiderado y, tal y como estaba la cosa, podía hacer un espacio en su agenda para enamorarse.
Pero había hecho algo mucho más cobarde que eso.
Egoístamente, había convertido la buena noticia de Lisa en un motivo de ruptura. Luego había sugerido que las cosas serían mucho más sencillas si pudieran volver a a ser una acompañante cara y una clienta patética y sin amor. Había trivializado su conexión real al insinuar que lo único que necesitaba de Lisa era sexo sin emociones.
Y lo había hecho sabiendo que eso no era cierto.
Jennie ni siquiera estaba segura de poder perdonarse a sí misma. Si había perdido a Lisa para siempre porque había tenido demasiado miedo de intentar retenerla, sería uno de los errores más estúpidos de toda su vida. Aun así, por mucho miedo que tuviera a averiguar si había arruinado su oportunidad con Lisa, tenía que intentar disculparse.
El tiempo y su conversación con Ruby habían puesto muchas cosas en perspectiva. Alejar a Lisa había sido una jugada en falso. Ahora se sentía más miserable - y menos presente en todos los aspectos de su vida - de lo que había estado incluso con la "distracción" de salir con alguien.
Era curioso que romper con Lisa hubiera conseguido exactamente lo contrario de lo que pretendía. Sin Lisa, parecía estar peor, como hermana, como contadora y tal vez incluso como ser humana.
Objetivamente, tenía sentido ver si realmente podía hacer funcionar una relación. Si podía, estaría mejor. Si no, estaría exactamente en el mismo barco que estaba ahora. El hecho de que Ruby no sólo le hubiera dado su aprobación, sino que la hubiera animado a seguir a Lisa, le dio el valor que necesitaba para tragarse su orgullo y enviarle un mensaje.
¿Has conseguido el trabajo?
Fue breve, directa y no tan arrepentida como ella se sentía, pero Jennie se dijo a si misma que era prudente mantener su mensaje breve hasta saber si Lisa respondería. No tenía sentido desahogarse ante a alguien que se mostraba indiferente.
Cuando llegó la respuesta, cuarenta minutos más tarde, la única palabra no reveló nada sobre el estado de ánimo de Lisa.
Sí.
Jennie sonrió mientras se le llenaban los ojos de lágrimas. Debería haber estado allí para tranquilizar a Lisa antes de la entrevista y para felicitarla una vez terminada. Pero no lo había hecho. Con los dedos temblorosos, le respondió.
Estoy muy orgullosa de ti, Lisa. Te lo mereces.
Luego esperó. Y esperó. Una hora después, Lisa seguía sin contestar.
No dispuesta a rendirse tan fácilmente, Jennie envió otro mensaje.
Algo inequívoco, esperaba.
Te extraño.
Su teléfono sonó cinco minutos después. Las oraciones en pantalla le llegaron al pecho, agarrando su corazón y sacudiendolo como un lobo hacía con su presa.
Este es mi número personal. Si quieres concertar una cita, llama a Jessi.
Está bien. Obviamente Lisa seguía molesta. Jennie se mordió el labio y debatió qué hacer a continuación. No había querido ponerse en contacto con Jessi y fingir que Lisa y ella no eran más que acompañante y clienta, pero si ésa era la única forma de que Lisa la viera, que así fuera. Ella jugaría cualquier juego que Lisa quisiera si eso significaba que podía disculparse cara a cara.
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lascivia | jenlisa
Fiksi Penggemar── La vida como contadora la mantiene a raya. Días tras días, ocupada con su trabajo y asuntos familiares, - que nunca eran una molestia para ella - no percibió que perdía algo mientras lo hacía: Su vida sexual. Tragándose su orgullo, por recomendac...