Love Resembles a Misty Dream -Lucemond-

6.Hair(Cabello)

Aemond entonces nota que el bebé es un varón.

Y también que tiene el mismo color de cabello que Lucerys. 

—Una vez, amé a una dama tan bella como el verano quien llevaba el sol en su cabello.

Las palabras de Naerys sonaban torpes y ligeramente arrastradas, pero tenía una voz sumamente dulce y ligera que se complementaba con el sonido de las cuerdas de su arpa de roble en forma de corazón. El elkhound de la niña, Syndor, yacía acurrucado a las pies de ella, apoyando su cabeza sobre sus enormes patas mientras la más joven de las hijas de Luke llenaba cada pared con su canción.

Su doncella, Merry, tarareaba la canción de la pequeña y corregía la técnica de tejido de Lucerys. Terminar la prenda en la que estaba trabajando había sido un tremendo dolor de cabeza. Aemond había insistido en que el niño que ahora estaban esperando podía usar ropa que Gaemon ya no usara, pero Luke no permitiría aquello.

Cada uno de sus hijos había usado trajes hechos a la medida por una costurera o los habían recibido como regalos de los Lores vecinos durante su infancia porque Luke nunca había aprendido a hacer ropa él mismo.

Incluso su propia madre había hecho y arreglado varias de las camisas que Jace y él habían usado al crecer. Luke era padre de cuatro niños, que pronto serían cinco, y estaba decidido a aprender cómo hacer una nueva camisa para el bebé que pronto llegaría sin importar cuantas veces lastimara sus dedos con la aguja.

—Una vez, amé a una dama tan bella como el verano quien llevaba el sol en su cabEE-

La voz de la pequeña niña se quiebra. Merry suelta una risilla que trata de ocultar con su mano y Luke le lanza una mirada que la calla inmediatamente.

—De nuevo, Princesa —dice duramente la Septa Karol, una estricta mujer mayor que a Luke le recordaba a su abuela.

Luke lleva su mirada hacia la santa mujer, pero esta no se retrae. Y el castaño en realidad no esperaba que lo hiciera. Su estricto y firme carácter era la única razón por la que Aemond había contratado a la mujer para que cuidara de su hija.

Aemond había decidido que lo mejor era actuar como la sombra de tanto él como de su hija desde el ataque que sufrieron poco tiempo después de su nacimiento, y cuando ya no pudo seguir haciéndolo más, literalmente le puso un perro guardián a la niña.

El incidente que se había suscitado durante la celebración que realizaron en nombre de Gaemon había deshecho todo el progreso que habían logrado y ahora se veían forzados a ser vigilados como si fueran frágiles pajarillos por varios guardias y una mujer con una voluntad aparentemente inquebrantable.

A Luke no le molestaba ese tipo de sobreprotección, en realidad, pero los niños sí se ponían inquietos con la situación.

Naerys frunce el ceño, sus pálidas cejas denotaban su confusión y frustración. Aemond siempre hablaba de la menor de sus hijas como si ésta fuera la Doncella encarnada. Una pequeña niña de puro corazón, la niña más dulce del reino.