Tuvieron que pasar tres meses después del ataque hacia Luke y a la menor de sus hijas para que el esposo de Aemond pudiera comer algo sin que las manos le temblaran en el proceso.
Sin importar que esto fuera bayas recogidas de los arbustos que el mismo Luke había plantado mientras aún llevaba a Naerys en su vientre o pan hecho por su propia mano, Luke veía el alimento como un desafío que superar y no como el sustento que necesitaba para vivir. Ni siquiera el haber contratado catadores evitaba que Luke observara su comida como si ésta fuera el mismo veneno que había fluído por sus venas.
—¿Te vas a dejar morir, esposo? —le dijo Aemond mientras veía como Luke apenas tocaba su comida. Las muñecas de sus manos estaban demasiado delgadas y sus ojos demasiado llenos de rabia como para encajar en su suave rostro—. No te haces ningún favor al negarle a tu cuerpo los nutrientes que necesita. Recupera tu fuerza y deja de preocupar más a los niños.
La expresión de Luke solo se volvió más sombría.
—¿Por qué no debería dejarme morir? ¿No es acaso eso lo que merezco? ¿Qué... qué clase de madre soy, Aemond? Alguien que permite que sus hijos sean...—el castaño inhala temblorosamente y sus manos tiemblan alrededor de su tenedor—...envenenados y ni siquiera puede darles el honor de traer justicia. Puede que yo les haya dado a luz, pero no soy una madre. Soy patético —Su respiración se volvió aún más pesada, su pecho se movía rápidamente ante el desesperado intento de sus pulmones por obtener el tan necesitado aire.
A pesar de su débil personalidad, Lucerys no lloraba fácilmente. Aemond podía contar con una sola mano la cantidad de veces que había visto al muchacho llorar: los sollozos durante la consumación de un matrimonio que ninguno de los dos había deseado, las lágrimas de alegría y confusión cuando su hijo había sido colocado en sus brazos por primera vez, el llanto desesperado cuando se enteró de que Naerys nunca más podría volver a ver el mundo que la rodea.
Sin duda habían otras ocasiones de las que Aemond no había sido testigo, pero Luke siempre tenía cuidado de no mostrar muchas emociones a su alrededor. Por primera vez, Aemond se sintió avergonzado de ese hecho; él era responsable por Luke. Era su esposo, y el hombre designado para proteger al castaño y a sus hijos. Y aún así, Aemond no pudo hacer nada más que observar como los jadeos de Lucerys se transformaban en quejidos y luego en sollozos sin tener ni la más mínima idea de qué hacer.
Los hombros de Luke temblaban fuertemente, el muchacho se inclinó hacía adelante y escondió su rostro entre sus manos mientras sus propios sollozos estremecían hasta lo más profundo en su ser.
—No podría soportarlo, Aemond. Si algo les llegara pasar a ellos, a nuestros hijos, yo... —el muchacho se agarra el rostro fuertemente, enterrando las uñas contra su suave piel y rizos—... preferiría morirme.
Aemond no pudo hacer más que observar mientras su sobrino tenía un ataque de histeria. Era doloroso atestiguar a este muchacho, el cual hace mucho se había cimentado en la mente de Aemond como alguien insufrible pero hermosamente firme, ahora convertido en este ser frágil, asustado y completamente fuera de sí.
Parecía como si en un parpadeo todos los años que habían pasado intentando fortalecer su unión se hubieran hecho pedazos. Todo hecho trizas porque Aemond había fallado en proteger a su familia, en proteger a Luke.
Aemond estiró su mano para tomar la de Luke y algo en su interior se quebró cuando el castaño rehuyó al contacto.
—Nadie va a lastimarte, Luke. —Lucerys finalmente lo mira. Las promesas no significan nada sin acción, pero Aemond ruega porque su expresión refleje la convicción de su sentir—. Mientras viva, yo siempre vendré en tu ayuda y la de nuestros hijos. Juro protegerte, siempre.
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Love Resembles a Misty Dream -Lucemond-
FanfictionTRADUCCIÓN AUTORIZADA. love resembles a misty dream (love me only 'til this spring) El amor se asemeja a un sueño brumoso (Amame solo hasta la primavera) Todos, desde el príncipe de Pentos hasta el granjero más común en El Dominio, sabían que el Re...