TRADUCCIÓN AUTORIZADA.
love resembles a misty dream (love me only 'til this spring)
El amor se asemeja a un sueño brumoso (Amame solo hasta la primavera)
Todos, desde el príncipe de Pentos hasta el granjero más común en El Dominio, sabían que el Re...
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Advertencias: Ligero contenido sexual. Intersex Luke
inspired by would that i by hozier
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Aemond es recibido en su recámara en el Red Keep por unos sirvientes con el rostro pálido y un guardia que temblaba como si fuera un gatito recién nacido y no un honorable caballero de la Casa Targaryen.
—¿Qué quieren decir con que mi sobrino está desaparecido? —los cuestiona con su voz rayando el borde entre la furia y la preocupación—. El príncipe Lucerys lleva un niño en su interior, mi hijo ¿Cómo es posible que ustedes, tontos, se hayan atrevido a perderle el rastro?
Por primera vez en meses, Aemond se dio la oportunidad de quitar el ojo de encima de su nuevo esposo para dirigirse a las colinas en las afueras de King's Landing y visitar a Vhagar, quien se había puesto bastante inquieta por todo el tiempo lejos del aire.
Por lo general, Aemond dejaba que Lucerys estuviera por su lado la mayoría del tiempo, pero se sentía más tranquilo cuando mantenía un ojo sobre él y el bebé que el castaño llevaba a pesar de que éste no podía hacer mucho aparte de caminar alrededor de sus aposentos y pasear por el jardín debido al tamaño que tenía ahora.
Lucerys casi no dejaba sus habitaciones, y al ya tener nueve lunas de embarazo pasaba más tiempo durmiendo que haciendo cualquier otra cosa.
El muchacho no tenía un espíritu inquieto, y se asemejaba más a un gato que disfrutaba de descansar bajo el sol que de cazar ratones. No había razones para que hubiera salido por allí sin supervisión, no cuando podía tener lo que quisiera con solo chasquear los dedos.
—Pidió un baño caliente hace unas horas, su alteza; pero cuando regresé para llevarme la bañera, él ya no estaba en la habitación —la muchacha mantuvo su cabeza gacha al hablar—. Sin embargo, el agua sigue caliente y hay huellas de pies mojados cerca de la pileta. No pudo haberse ido hace mucho.
Aemond pasa una mano por su cabello resopla.
—¿Por qué siguen aquí? —espeta, sobresaltando a los sirvientes—. Encuéntrenlo y tráiganlo de vuelta antes de que haga que les corten la lengua por su insolencia.
