TRADUCCIÓN AUTORIZADA.
love resembles a misty dream (love me only 'til this spring)
El amor se asemeja a un sueño brumoso (Amame solo hasta la primavera)
Todos, desde el príncipe de Pentos hasta el granjero más común en El Dominio, sabían que el Re...
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—Es igual a tu madre —son las palabras dichas por el padre de Rhaenyra hacia Lucerys cuando Aemond y él presentan a sus hijos ante él como Rey.
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Una enorme tormenta se había desatado en King's Landing cuando el príncipe Lucerys, nieto del Rey Viserys y futuro Lord de Summerhall, entró en lo que fue su primer labor de parto.
Rhaenyra no esperó ni un momento más cuando recibió el cuervo desde el Red Keep con la noticia del embarazo de su hijo e inmediatamente voló hacia el castillo donde ella había crecido para cuidar a su precioso niño durante esta situación tan delicada.
Su padre la había recibido con los brazos abiertos cuando llegó sobre Syrax, pero la reina había dejado en evidencia su silencioso recelo. Después de la boda de su hijo con el hermano de ella, a Luke se le había ordenado permanecer en el Red Keep ya que Summerhall estaba aún siendo construido, y luego se le había prohibido volar hacia Dragonstone en su dragón cuando los maestres confirmaron que estaba en espera de un hijo.
A pesar de su ansiedad y el deseo que tenía por estar junto a su hijo, Rhaenyra no había tenido otra opción más que regresar a su hogar ancestral para prepararse para el nacimiento de su propia hija. Se escribían cartas bastante seguido, por supuesto, pero la sola idea de dejar al más sensible de sus hijos completamente solo la llenaba de angustia. Desde que sus hijos se habían casado, tanto ella como Alicent habían entrado a una especie de tregua, un arreglo silencioso en el que priorizaron el futuro de los nietos que ambas tendrían sobre los problemas de la corte momentáneamente.
Por esta misma razón, no era de sorprenderse que Luke -quien había mostrado signos de labor de parto justo nueve meses después de su matrimonio- tuviera a su madre, a su suegra, y a su abuela junto a él en ese momento.
Además del resto de su entusiasta familia, quienes esperaban alegremente.
Los gritos de dolor de Lucerys resonaron por los pasillos del Red Keep y Rhaenyra ya no se sentía capaz de soportar quedarse sentada a escuchar los sonidos de dolor de su dulce niño, por lo que inmediatamente se levantó y se apresuró a salir de la sala de espera en donde todos se habían amontonado. Alicent y Rhaenys la seguían de cerca y no esperó a recibir permiso alguno antes de abrir las puertas de la recámara de su hijo de un solo golpe solo para ser recibidas con otro angustioso alarido.
