Pelea.

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Me armé de valor y alcé la mirada, sincronizándola con la de Ghost. Debido a la iluminación del lugar pude apreciar mejor sus ojos. El color de ellos no los sabría distinguir, pero sus pestañas son de un tono rubio...
Me profundicé tanto en su mirada que ni siquiera noté que me le quedé viendo unos 2 minutos.
Separé la mirada al darme cuenta de esto, acomodándome mejor en la silla.

El silencio se apoderaba del comedor, siendo aún las únicas personas que estaban ahí decidí romper el silencio. ¿Qué tan malo podría ser?

– ¿Te gusta el lugar? – No tengo nada mejor, tampoco le voy a preguntar sobre porqué su máscara.

– No. – ¿Es en serio? Sí, Ghost definitivamente era malo para las conversaciones. Y encima dijo que no le gustó el lugar.
Entonces mejor que se apuren a hacer su trabajo para que se vayan lo más rápido posible si el lugar no es de su agrado.

Me paré de la mesa, notándose mi disgusto ante la respuesta.
Caminé hacia los cocineros, yendo a preguntar de la comida y el retraso de los demás.

– ¿Dónde están los demás? ¿La comida ya está lista? – Quiero irme lo más rápido de aquí. Definitivamente los extranjeros no son lo mío.

– La comida ya está lista. Sobre su otra pregunta, no lo sé, sargento. – Genial, ahora los que tardan son ellos.

Salí de la cocina algo enojada, parece que nadie esta aquí.
Noté a Ghost en la misma posición que antes, pero ahora moviendo uno de sus pies, como si algo le preocupase.

– ¿Está todo bien, Ghost? – Siempre con mis preguntas... tengo que dejar de ser tan buena persona. Me van a terminar callando el hocico.

– Sí. – Tenía que ser...

Las puertas se abrieron, oyéndose gritos y risas por todo el lugar. Por fin llegaron todos. Los Vaqueros y la 141, ninguno falta.

Busqué a Alejandro con la mirada, sin resultado.

– Preciosa, ¿a quién buscas? – di un salto por la voz detrás mío. Al voltearme pude ver que era Alejandro.

– ¿Por qué tardaron tanto? –

– Estábamos reclutando a todos para llegar juntos, mi chula. – de nuevo aquel hombre que me coqueteaba con la mirada...

Me tomó de la cintura, acercándome a él.
Todo el lugar está lleno de gente, pero por un momento se sintió completamente vacío.
De nuevo estoy volviendo a tener sentimientos por Alejandro, no es algo que me agrade.

Me alejé de él, no me gusta comer enfrente de los demás.

– Ve a tomar asiento, la supuesta comida se hizo cena. Tenemos que dormir bien para mañana. – Alejandro dándome órdenes hasta para comer, como siempre...

Lo obedecí entre muecas.
Todas las sillas están ocupadas, ¿ahora me toca sentarme en el piso?

– ¡Puedes sentarte aquí! – volteé para ver a Soap, el cual me señaló un lugar en medio de él y Ghost.

Un momento oportuno para convivir con ambos. Me senté, esperando mi comida.

– Cuéntanos, ¿qué tal las misiones aquí? ¿Son divertidas? – Soap.

Sacando tema de plática por los dos, que genio.

– No demasiado, aunque el entrenamiento suele ser de lo peor. – Es verdad, siempre nos tratan como animales.

Cuando Soap iba a contestar, alguien llegó en dirección a Ghost, abrazándolo.
Vi hacia él y ahí estaba la tal Nurbanu o algo así.

Me quedé viendo tal acto, intentando percibir la cara de incomodidad que seguro Ghost tiene ahora mismo.
Hasta que la chica dejó de hacerlo, se cruzó de brazos y me vio fijamente.

– Pero si es la zorrita que se cree más que los demás. – ¿Qué se supone que le hice? Ni siquiera recuerdo bien su nombre y ahora me insulta.

– ¿Eh? – me limité a decir eso. Aunque soy un sol con la mayoría de personas, ella pudo pasar mucho más allá de mi paciencia con sólo el "zorrita".

– Discúlpate. – La primera vez que escucho a Ghost decir una palabra que dure más de un segundo.
Pero, ¿quería que ella se disculpe conmigo? Ahora sí que los extranjeros me confunden mucho más.

– ... Lo siento. – Nurbanu se fue del lugar como si de una niña pequeña se tratase.

¿A qué estamos jugando ella y yo? No le quitaré la atención de su escuadrón, ¿qué le pasa?

– Le diste una mala impresión, no me sorprende respecto tu actitud. – Ghost.

¿Qué carajo decía éste tipo de la máscara? ¿Yo le di una mala impresión?

Sé que dije que Nurbanu se fue como niña pequeña, pero...
Me paré de la mesa, azotando mis brazos en ella, algo que llamó la atención de todos los presentes. Respiré un poco y me fui del lugar a mi recámara, sin ver a nadie.

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– Oye amigo, ¿qué mierda te sucede? Si la cagaste en humillar a Urban, no humilles a ___. – Soap.

Ghost definitivamente es un tipo difícil de comprender, ni siquiera él mismo logra hacerlo.

– No las humillé, Johnny. – Ghost.

– Lo hiciste. ¿"Respecto tu actitud"? – Soap.

– Me refería a que... como sea. – Ghost.

Todo lo resolvía con un "como sea".

El ambiente se tensó luego de eso.
Nadie toca su comida y ni siquiera hablan. Una llegada muy especial.

Alejandro llegó al lugar y por obviedad se dio cuenta de la actitud de todos.
Tuve que pararme a explicarle la situación. Él sólo me vio con una cara de desagrado y se marchó en dirección a ___.
Al parecer esos dos eran muy unidos.

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Todos son unos idiotas, no hay un sólo hombre en ésta tierra que no lo sea.
La que inició todo el problema fue Nurbanu y ahora tal parece que mi actitud fue la causante de todo esto.

De nuevo tocando la puerta... y es Alejandro. ¿Quién más si no?

– Pasa... – ya no tenía ánimos ni siquiera de estar diciéndole que se fuera, igual no lo haría.

– Corazón, esa tal Urban es una pendeja. – Alejandro.

Seguramente Soap, el informativo, fue el que le contó.

Tomó mi mano, dándome una taza de café.
La acepté y puse una sonrisa pequeña en mi rostro. Alejandro no tiene la culpa de lo que pasó ahí.

– ¿Dónde estabas? – Recordé que Alejandro no estaba cuando sucedió todo eso.

– Oh, eh... algo... importante. – Alejandro.

Noté el nerviosismo en su respuesta aunque sinceramente me dio igual, puede ser cualquier cosa.

– Dormiré ya, necesitamos descansar para mañana. – dije para que él también descanse.

– Bien, preciosa. Yo iré a hablar con la 141 un rato para luego también dormir. – Alejandro.

Me dio un beso tierno en la boca y se marchó.

Este hombre me está volviendo loca cada vez más. Desde que terminamos nunca me dejó de gustar, inclusive solté unas pocas de lágrimas la noche que acabamos... algo malo. Me volví dependiente de él.

Algo más allá. | Call Of Duty / Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora