Valeria Garza.

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Price nos dio nuevas órdenes, diciéndonos sobre la ayuda que le brindaremos a Alejandro en ésto.
Soap me acompañó hasta una habitación para que pudiera descansar mientras que Ghost se quedó hablando con Price. Seguramente tiene dudas de si valdrá la pena ayudar a Los Vaqueros... también pensaba lo mismo cuando ellos recién habían llegado.

Ghost entró a la habitación unos minutos después, buscándome inmediatamente con la mirada.

– Hablé con Price. – Ghost.

– ¿Y qué te dijo? ¿Quiere ayudar a Los Vaqueros todavía? –

– ¿Qué? No hablé con él sobre eso. Le dije que me niego a que participes en ésta misión. – Ghost.

– ¿Que hiciste qué cosa? ¿Por qué? –

– No estás en condiciones de trabajar. Aún tienes esa herida. – Ghost.

Ghost se acostó a mi costado, con cansancio en sus ojos y cuerpo tenso. Seguramente hoy se preocupó de más como suele hacer... digo, siempre hace eso, pero ahora parece hacerlo más.

– ¿Cómo va eso? – Ghost.

Movió su mano con dirección a mi cintura, pero luego paró y devolvió su mano a su costado.
Tomé la mano de Ghost y la puse en mi cintura, donde él tenía pensada ponerla en un inicio.

– ¿Por qué te detienes? –

– Mis manos no son las más suaves y cálidas para ti. – Ghost.

– Tus manos son perfectas. –

Es cierto que son rasposas y grandes, pero en serio no me molesta en lo mínimo. Su mano logra cubrir la mitad de mi cintura con facilidad. Sobó levemente la misma hasta voltearse a mis ojos, bajando su máscara totalmente.

– Me hiciste preocupar. Fue muy imprudente de tu parte hacer todo lo que hiciste. – Ghost.

– Pero la misión se cumplió, no me regañes más. –

– Sí, priorizo la misión con todo lo que tengo a mi disposición, pero no te quería usar a ti para completarla. – Ghost.

– Sirvió. –

Acerqué mi cuerpo más al de Ghost mientras que con mi mano acaricio su oreja, bajando mi mirada a sus labios. Ambos nos impulsamos a la misma vez para besarnos, entrelazando nuestras lenguas.
Ghost posicionó sus manos en mis glúteos, apretándolos cada cierto tiempo. Hice un jadeo cuando sentí un fuerte jalón de Ghost hacia mi cuerpo. La herida chocó con su abdomen, es por eso que el sonido.
Simón se separó de inmediato, sentándose en la cama como si hubiese hecho algo mal.

– Hey... ¿qué pasa? –

– Te lastimé. – Ghost.

– Fue un accidente. –

– Un accidente puede costar la vida de alguien. – Ghost.

Cuando Ghost estaba apunto de pararse para cruzar la puerta lo tomé del brazo fuertemente, cayéndome de la cama en el intento de frenarlo.

— Ay mierda... –

El hombre volteó con rapidez, tomándome entre sus brazos y llevándome de vuelta a la cama.

– ¿Qué intentas hacer? – Ghost.

– Estoy cansada de que siempre evites los problemas. Cuando tenemos que hablar, hablamos. –

Miré sus pestañas rubias con intensidad, hasta que me depositó un beso en la frente y esa mirada cambió a una de ternura.
Me tomó de las piernas para acomodarme en la cama, acostándose de nuevo él a mi lado. Un rato después pude sentir su respiración calmarse, como si estuviera durmiendo. Volteé a ver su rostro, inspeccionando y grabando en mi mente cada cosa de su rostro: ojos, nariz, labios e incluso una cortada que tiene por la boca hasta la mandíbula. Será difícil que él duerma, debo dejarlo descansar.

Algo más allá. | Call Of Duty / Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora