Capitulo 4

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Ambos presidentes de fueron por su camino, teniendo cosas que hablar, después de todo el presidente de USA no vendría únicamente por una reunión que duró aproximadamente unos diez minutos, aunque por amenazarlos viajaría desde China a Guatemala únicamente para burlarse.

El hombre guatemalteco estaba en la sala de descanso, con un cigarrillo entre los labios, inclinado apoyando sus codos en sus rodillas, dejando que su enmarañado cabello caiga como hilos torcidos y ondulados.

Él exhaló el humo y suspiró reclinándose para mirar de reojo la puerta, donde ahora se encontraba un joven alto y rubio, mirándolo con una pequeña sonrisa, una sonrisa que a simple vista era amable, ¿de verdad lo era o era una mentira más de ese país?

Estados Unidos: Hey .― Saludó entrando a la habitación, cerrando la puerta detrás de si.

Guatemala asintió suavemente y siguió con sus ojos los movimientos de USA, el chapín miró la extravagante ropa del gringo, mayormente vestía de seda, como ahora, una camisa manga larga color blanco con diminutos lunares negros, pantalón formal y por supuesto, lujosas cadenas y un reloj seguramente de oro puro.

Guatemala quiso apartar la vista o sus ojos iban a derretirse, se abstuvo y simplemente se preparó para cualquier estupidez que diga ese hombre zorruno.

Estados Unidos: Vengo a disculparme.

Dijo en un susurro bajo y grave, los ojos azules del rubio brillaban de una manera extraña, una que Guatemala no había visto antes. Él simplemente frunció sus cejas, no sabía si el otro estaba hablando en serio.

Guatemala: Bien.

Estados Unidos: ¿Eso es todo?

Preguntó, sorprendido pero también confundido, se esperó un sarcástico insulto dirigido a su ropa o su bonito rostro, pero nada llegó.

Guatemala: ¿Qué?, ¿Querés que te agradezca por tu disculpa?

Estados Unidos: No, no, no.― Negó sacudiendo su cabeza. Tomó asiento junto a Guatemala.― Hablo en serio, lindo.

Guatemala sintió un pequeño tic en su ceja al escuchar el mote cariñoso, se contuvo de decir alguna grosería y asintió, de alguna manera sentía que el otro parecía decir la verdad.

Estados Unidos: ¿Vas a estar bien? ― Preguntó entrelazando sus propias manos, mirándolas unos segundos.― Un mes y medio es poco tiempo para conseguir una cantidad tan grande.

Guatemala miró más intensamente a USA, se llevó el cigarrillo a los labios e inhaló, él mantuvo el humo y luego lo soltó suavemente, sus ojos mirando los movimientos del gringo, Guatemala lo miraba como su fuese un criminal en interrogación.

Estados Unidos carraspeó, no había sido observado así antes, no de esa manera. Él sonrió medio tembloroso y ladeó su cabeza, dejando que sus rubios cabellos se movieran junto a la inclinación.

Guatemala: ¿Con qué te drogaste?, ¿Con petróleo, baby?―

Guatemala soltó una pequeña sonrisa acompañada de un bufido con burla, palpable en sarcasmo. El gringo se sorprendió y luego frunció sus cejas, hizo un leve puchero y volteó a otro lado su cabeza, haciendo un pequeño berrinche.

Estados Unidos: ¿Uno no puede disculparse?, Idiot.―

Guatemala: Viniendo de vos parece una oración apocalíptica.

Estados Unidos lo miró con ojos ofendidos. Él se acercó a Guatemala y lo miró a los ojos, los ojos profundos de Guatemala lo llamaban como una vista hipnotizante que podría dejarlo perdido en la nada, aún así el coraje para entrar en esa nada era tan grande como sus ganas de darle un apretón en la oreja por burlarse de él.

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