LUXURY NIGHTS

Capítulo 24

El viento era helado y la niebla permanecía quieta obstruyendo la vista, manejando esto era un inconveniente, pero esto no era lo que tenía de los nervios a Guatemala.

Era este enorme tipo que no se quedaba quieto.

Estados Unidos: Huele a ti.― Se inclinó a un lado, cerca de Guatemala.― ¿Puedo llevarme tu abrigo?

Guate frunció levemente las cejas, sus manos apretando levemente el volante.

Guatemala: Ya tenés uno.― Contestó ladeando su cabeza.

Evitó los labios de USA, este al verse evadido suspiró con una sonrisa, se inclinó un poco más, colocó su mano en el muslo de Guate y pegó su rostro al cuello del chapín.

Estados Unidos: Vamos, te regalaré uno después.

Guatemala: ¿Para qué lo querés?― Miró por el rabillo del ojo como USA se quedaba en silencio con una atrevida sonrisa en la boca.

Estados Unidos: Recuerdo.

Guatemala: Pervertido.

Estados Unidos apretó más su mano en el muslo, el pantalón de tela era un poco delgado, Guate podía sentir el calor de la mano ajena. Suspiró y movió su pierna pero el gringo era muy terco.

Apretó disimuladamente los labios y permaneció serio, ignorando el corazón acelerado que luchaba por querer salir de su pecho.

Guatemala: Estoy al volante, quedáte quieto.― Alzó su hombro empujando cuidadosamente el rostro de USA.

Estados Unidos: Me voy hoy, ¿no es justo una buena despedida?

El chapín casi rodó los ojos, ¿despedida?, ¿qué fué lo de anoche? USA no lo soltó hasta que observó a Guate casi con una expresión de dolor.

Sus labios ardieron de solo recordarlo.

Guatemala: Si nos detenemos vamos a llegar tarde al aeropuerto.― Recordó con sensatez.

Estados Unidos: Es un avión privado, amor.―

El bicolor casi suelta un sonidito soprendido, el que el gringo lo llame así de pronto, le causaba un cosquilleo molesto.

Se quedó en silencio ignorando los dedos largos y delgados que abrían su saco, desabrochando unos cuantos botones de su camisa. Como era de suponer inmediatamente aquella mano ingresó al interior de la prenda, deslizandose con suavidad sobre el abdomen, subiendo lentamente.

Guatemala: Estados Unidos.― Le advirtió en voz baja, una grave voz seria.

USA abrió los ojos con sorpresa, pocas veces el chapín lo llamaba así, especialmente con esa voz molesta. Elevó su mirada y observó a Guate mirándolo de reojo, desde su punto de vista las luces jugaban tan bien a favor del chapín, iluminando los lugares correctos.

Guate aprovechó el primer semaforo en rojo y apretó la mano intrusa, apretando con fuerza.

Guatemala: ¿Sos un patojito con las hormonas alter- . .?

Estados Unidos se apretó contra él, sus labios pegados a los otros. Su mano se deslizó a pesar de la presión que Guate ejercía, logró deslizarla hacía arriba, acunando ese voluminoso músculo.

Los pectorales de Guatemala eran bastante suaves. USA apretó suavemente, ingresando a perseguir a la lengua ajena, riendo para sus adentros al sentir como Guate trataba de alejarlo, intentando articular palabra para decirle unas groserías, de seguro.

Guatemala: Basta. . .― Susurró torpemente al sentir como los labios del rubio encontraban su renuente lengua que trataba de empujar y escapar de la otra.