Capítulo 22

89 6 9
                                    

A la mañana siguiente Estados Unidos estaba colocándose las botas, con el cabello húmedo y desordenado. Sus ojos somnolientos parpadeaban perezosamente y su mente trataba de procesar como el nudo de las cintas se había vuelto tan complicado de hacer.

Estuvo unos cinco minutos y cuando finalmente pudo atarse las cintas caminó rascándose la panza hasta llegar a la cocina.

Estados Unidos: Where are we going? [¿A dónde vamos?]

Guatemala frunció sus cejas al escuchar la ronca y baja voz justo en su oreja, el cálido aliento le hizo estremecerse. Empujó suavemente su codo en el abdomen del rubio, apartandolo un poco.

Guatemala: A caminar.― Contestó.

Estados Unidos: ¿Es necesario llevar tanta comida?

Preguntó alargando la mano para tomar un trozo de plátano frito, pero la cuchara que Guatemala sostenía lo abofeteó en la mano.

Sus ojos zafiro brillaron con descontento y se sentó en la silla de la mesa, esperaría entonces.

Guatemala: No hay tiendas a donde vamos.― Se volteó con un plato de comida humeante.

Estados Unidos: ¿Vamos lejos?

Guatemala dejó el plato frente a USA quién rápidamente lo tomó por la cintura, apretando suavemente. El chapín suspiró y se dejó hacer por unos segundos antes de peinar con sus dedos el cabello de USA, pero no esperó casi arrancarle la cabellera.

Estaba muy enredado, el gringo siseó de dolor y le lanzó una mirada adolorida al guatemalteco.

Guatemala: ¿Y este charral?* .― Una baja risa salió entre sus dientes.

( [¹] Charral: Alguna cosa con desorden, se utiliza también para referirse a ramas o arbustos).

Estados Unidos: No traje mi acondicionador.

Mientras USA se quejaba en voz baja Guatemala fué extremadamente cuidadoso, y pellizcaba las hebras que se enredaron en sus dedos, apartandolas suavemente. 

Su mirada no era fría ni mucho menos antipática, sus orbes oscuros eran suaves y tranquilos, relajados.

Guatemala: Comé. Se nos hace tarde.

Se soltó del agarre del gringo y empezó a limpiar el poco desorden que dejó mientras cocinaba. Se había levantado mucho más temprano así que desayunos mucho antes.

Se secó las manos y miró la fuerte y ancha espalda del rubio. Inevitablemente apretó los labios, empujando su sonrisa. Subió y bajó luego de unos minutos con un pequeño frasco.

Se colocó detrás de Estados Unidos y empezó a frotarle el cabello con cuidado. El aroma dulzón rápidamente llegó a la nariz del estadounidense. 

En silencio sonrió grandemente mientras masticaba la comida. Las manos expertas le frotaban el cabello muy suavemente, casi de manera delicada.

Guatemala observaba como la cabeza del gringo se meneaba a voluntad de sus manos, no lo escuchó reír o quejarse, había visto la expresión medio dormida del chico antes, pensó que era milagro que no se haya dormido sobre el plato de comida.

Lo peinó mientras el otro comía, las hebras de oro se deslizaban entre el peine y sus dedos, tan suaves y finas, como el pelaje de un gato, brillantes.

――――🪧

Cuando llegaron al lugar USA ya tenía en claro qué es lo que Guatemala tenía planeado. Lo miró emocionado.

LUXURY NIGHTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora