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Sara

Llegamos a la casa de Erling y saludamos a los chicos, solo faltaban Julián y Emi por llegar.

Había música puesta, algunos estaban conversando y otros jugaban videojuegos. Enseguida Jess fue hacia Phil y yo me senté con los demás. Cuando ya estábamos todos Nathan propuso un juego, nos dividimos en equipos y empezamos a jugar. Estábamos jugando charadas, nos estábamos divirtiendo mucho, no podíamos evitar reir con cada seña y mueca que hacía cada uno para intentar adivinar la palabra que había tocado.

— ¡Conducir! — dijo Aymeric como respuesta a la acción hacia Rodri de estar girando un volante.

Negó con la cabeza y continuó haciendo el mismo movimiento, pero luego hizo un sonido con la boca simulando el ruido de un auto.

— ¿Conducir un auto? — dijo Ederson.
Luego de eso Rodri levantó los brazos como si estuviera celebrando.

— Carrera — dijo Aymeric y Rodri asintió con rapidez haciendo un gesto con la mano de más o menos.

— Ya sé, ya sé — grité levantándome de mi asiento — ¡Piloto!

— ¡Al fin! — dijo Aymeric y chocamos los cinco.

Con ese punto habíamos logrado romper el empate y ganarle al otro equipo.

— No me gusta este juego — dijo Erling.

— No te gusta porque perdiste — le respondió Aymeric y le sacó la lengua.

— ¿Y si jugamos verdad o reto? — propuso Phil.

— No somos adolescentes, Foden. — dijo Erling.

— Tu dejaste de ser adolescente ayer, Haaland. — le dijo Stones y todos reímos.

— De acuerdo, ancianos ¿Que quieren jugar entonces? — dijo Erling.

— ¿Y si mejor vamos a comprar comida? Tengo hambre. — habló Jack.

— Y yo — lo apoyó Nathan.

— ¿Sushi? — propuso Ruben.

— Eso no es lo importante, lo importante es quién va a ir — dijo Haaland poniéndose cómodo en el sofá. — Yo no pienso moverme de aquí.

— Yo tampoco entonces — dijo Aymeric sentándose junto a Erling.

— Deberías ir tu, fuiste el de la idea. — le respondió Foden.

— ¿Es en serio? — dijo Ruben riendo. — ¿Todos tienen hambre y nadie quiere ir?
— Tengo una idea. — dijo Grealish. — Hagamos un sorteo.

— ¿Sorteo? — preguntó Jess confundida.
— Si linda, un sorteo. Tu vas a pensar en un número y el que lo adivine va por la comida.

— Al hacer eso pierden más tiempo, ¿no? — pregunté. — Yo voy, yo si tengo hambre. — me levanté dispuesta a ir por esa comida.

— Así no es divertido Sara. — dijo negando y con una mano en el pecho. — Puedes ir si quieres, pero haremos el sorteo.

— Bueno, empieza de una vez entonces. — dijo Julián.

Miré a Jess, y nos reímos, sabía que ambas estábamos pensando lo mismo. Hombres.

Uno por uno, los chicos comenzaron a decir un número hasta que finalmente Rodri dijo el que Jess había pensado.

— 33 — dijo Rodri.

— ¡Sí! — dijo Jess en voz alta.

—  Por fin. — dije yo. — ¿Podemos irnos ya, por favor? 

Guardiola's Daughter | Manchester CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora