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Sara.

Dios mío Nathan, cuántas veces voy a decirte que no voy a escu... — me dí la vuelta y me quedé callada cuando llegó la rubia a su lado. — ¿Qué pasa, Nate? — me crucé de brazos.

— ¿Nate? — la chica frunció el ceño confundida y me miró para luego ver a Nate y mirarme a mi de vuelta, pude notar que el holandés se puso algo nervioso. — Te estábamos buscando, Nate.  — dijo la chica resaltando la última palabra.

¿Cómo hace para estar en todas partes en todo momento?

— Mejor olvídalo. — me habló el chico de trenzas, tomó del brazo a la chica y empezaron a caminar.

— ¿Te importaría tomarnos una foto? — preguntó la rubia devolviéndose hacia nosotros.

— No es necesario, Gina. — dijo Nathan frustrado.

— ¿Qué sucede? — dijo esta vez él, quien decidió acercarse a nosotros.

¿Es broma, no? En serio debe serlo.

— Busquen a Jason, Sara está ocupada conmigo. — dijo Jack tomándome de la cintura.

El lo miró y su rostro cambió por completo, en su mandíbula tensa podía verse que no estaba para nada contento.

— Oh, lo siento, no quería interrumpir, no sabía que estaban juntos. — dijo de la manera más falsa posible.

— Ellos no... — dijo él, pero se quedó callado antes de continuar y dejó escapar un suspiro frustrado. — ¿Nos vamos? — miró a los otros dos y se cruzó de brazos.

Decidí no prolongar el encuentro incómodo.  — Descuida. — miré a la chica y forcé una sonrisa amable. — Felicidades, chicos — dije con voz tranquila y un tono neutro.

Sin darles tiempo para responder, me alejé con Jack rápidamente, sintiendo una mezcla de emociones en mi interior. Dejé que las emociones fluyeran. Sentía una mezcla de tristeza, decepción y enojo.

Él.

— Se dió cuenta. — me dijo Nathan.

— ¿De qué hablas? — le pregunté.

— Gina. — respondió.

— ¿Se dió cuenta de qué, Nathan? ¿Puedes decirme de una vez? — ya estaba lo suficientemente frustrado con toda la situación para estar jugando a las adivinanzas.

— De Sara, se dió cuenta que es ella.

— ¿Cómo diablos pasó eso, Nathan? — se supone que teníamos que evitar que Gina supiera de Sara, no puedo arriesgarla.

No dió tiempo de que respondiera porque Gina entró de nuevo a la habitación del hotel.

— ¿Por qué tan callados? — ambos nos quedamos en silencio.

— Nos vemos luego, Nate. — dije y le hice una seña para que se fuera, no me gustaba tenerlo en esta situación.

— Nate... — dijo Gina y comenzó a dar una pequeña caminata dentro de la habitación. — Solo tú le dices Nate, ¿No? — continuó caminando alrededor de la habitación haciendo resonar el molesto sonido de sus tacones en cada paso que daba. — Tú y esa chica. — silencio, no hubo más que silencio durante los siguientes segundos.

— ¿Con qué mierda nueva saldrás ahora, Gina?

— ¿Crees que soy tonta? Ya sabia que tenías a alguien. No tenía idea de quién era, mucho menos que fuera parte del equipo, pero empecé a sospecharlo cuando salió corriendo de la cena y tú corriste tras ella, y tenía razón, lo confirmé hoy al escucharla llamar a tu amigo por el apodo que solo tú lo haces. ¿Raro, no? — rodó los ojos y rió sarcásticamente. — ¿Crees que iba a tardar mucho en descubrir quién es la perra nueva con la que te acuestas?

Guardiola's Daughter | Manchester CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora