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La noche anterior de la salida de Sadie por Bast y, consiguientemente, Nico, algo despertó a Jaz en la enfermería. Era el ruido de cajones moviéndose y el tintinear de los frascos.

Normalmente ella tenía su habitación, en donde era más prudente descansar, pero, se había quedado dormida al hacer guardia, por si su nuevo tratamiento funcionaba al fin. Igual, no importaba, era la única que podía hacer el trabajo y su sueño estaba siendo tan pesado como una pluma.

Lo que no se esperaba era encontrarse con los cabellos pelirrojos parados de Lily al esculcar una de sus zonas de trabajo para hacer brebajes.

....

Lily no quería seguir teniendo pesadillas, ¿vale? Esa era la única razón por la que se había escabullido allí.

No había querido hablar con Walt sobre eso porque él parecía estar más preocupado por distraerla con cosas bonitas que realmente escucharla, aun cuando eran cosas desagradables. Tenía seis años, pero no era tonta. Le gustaban los cereales y las caricaturas, como a todos, pero, también entendía que algo malo estaba pasando... con ella. Si le decía a Walt, lo preocuparía más, lo haría querer sólo darle más cosas como caramelos y conejos, aunque eso sería lindo sí, eran cosas que eran buenas, pero, no hacían que sus pesadillas se fueran.

Lily entendía que Walt también estaba intentando ignorar sus propios problemas, ése no era un ambiente ajeno a ella, pero... eso mismo la orillaba a guardárselo. Ya tenían suficiente de ella. Además, algo le decía que no debía de ignorar lo suyo por más tiempo. Si Nico, Teddy o Draco estuvieran ahí, alguno de ellos seguro que sabría qué hacer, principalmente porque a ellos no les podía mentir.

Dormir con él no lo hizo tampoco ayudó a su problema.

Al inicio, Walt la abrazaba mientras aún ella estuviera medio metida en sus pesadillas, porque, según él, ella se inquietaba (una forma sutil de decir que comenzaba a llorar hasta despertar gritando).

Cuando se despertó esa noche, Walt no estaba en la habitación, como había estado cuando ella se había quedado dormida, al menos, así fue más sencillo salir de ella. Por los pasillos todavía había cierta iluminación, así que no le costó mucho trabajo dirigirse a la enfermería. Al llegar a ella, no tocó, sólo abrió lo suficiente la puerta para asomarse.

La enfermería se le hacía un lugar entre cálido y lúgubre al mismo tiempo. Tenía una decoración que no daba miedo, al contrario, hacía del ambiente algo tranquilo, aunque siempre que entraba ahí algo en el aire parecía aturdir todo lo demás, tal vez era el ligero brillo de jeroglíficos brillando levemente en las paredes o el suave olor a hierbas, Lily no estaba muy segura. En todo caso, lo que más le daba escalofríos siempre eran los pacientes que estaban ahí todavía, aquellos que no se movían apenas y estaban sólo sobre las camillas, esperando a que Jaz encontrara una cura. Eso mismo le había dicho Walt, que ellos eran sus compañeros y que estaban enfermos, por lo que esperaban que Jaz los curara. También preguntó cómo es que aún no se curaban, si llevaban lo mismo que ella allí y Jaz ya había curado a Sadie dos veces. Walt no respondió ni una sola vez eso, sólo puso una cara que a Lily le hizo recordar mucho a su papi Harry cuando algo de lo que ella decía no le gustaba.

—¿Quién es? —La voz de Jaz, hizo que Lily reconsiderara si había sido correcto escabullirse ahí exactamente en ese momento.

Nico y Teddy le habían dicho que la enfermería era un lugar al que ir si uno se sentía mal, si a uno le dolía algo o no podía dormir. No le gustaba mucho ir, pero, ahí ya estaba... Con Jaz acercándose hacia ella.

—Oh, eres tú. Lily, ¿qué haces despierta todavía? —Al contrario del tono que usaba Walt o sus otros hermanos cuando estaba despierta pasada su hora de dormir, Jaz no parecía que la fuera a regañar o estar muy preocupada por su presencia allí, todo lo contrario, le sonrió cálidamente y le tendió una mano que Lily tardó sólo un par de segundos, por dudar, en agarrar.

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