Colisión

14

Cuando Percy la vio recostada en el catre, su corazón dio un vuelco. Desde que había quedado inconsciente, tras decir la nueva profecía, hacía como una semana y media, ni siquiera se había acercado a ver cómo estaba. La culpa empezó a cosquillearle en las mejillas, coloreándoselas de apoco.

—¿Có...? —Percy se atragantó con sus propias palabras y saliva. Will se puso a hacer un chequeo rutinario, para comprobar que siguiera viva y estable—. ¿Cómo está?

Percy no había querido pensar en Roja, un mote cariñoso que había acabado saliendo a la luz tras unos años de buena convivencia, y todo porque era más fácil emberrincharse con Lou Ellen en lugar de pensar en su exnovia como un vegetal.

Sabía que Rachel Elizabeth Dare era una chica inteligente, decidida y fuerte. Ella daría lucha por salir de su coma. Annabeth sólo mencionó una vez que, tal vez, sería bueno que pasase a verla, sin embargo, la ignoró para planear cómo se iría a vagar a las calles de Nueva York y ayudar. Luego...

Ese enfoque cambió.

—Todavía está estable, pero sin muchos signos de mejoría, me temo.

Will era el jefe de la cabaña de Apolo. Era de un alma bondadosa y bueno con los pacientes, aunque no podía hacer mucho con el asunto de que Rachel técnicamente estuviera en coma.

—¿Crees que despierte?

—¿Pronto? Tal vez. Algo similar sucedió la primera vez en que atrapó al espíritu de Delfos, según recuerdo. Se recuperó, entonces puede volverlo a hacer. Sólo... Yo le daría más tiempo. Ahora, creo que lo mejor es esperar y vigilarla. Te dejo con ella, tal vez tengas cosas que contarle. —Percy levantó la mirada y Will le guiñó un ojo, cómplice—. Voy a tomar en cuenta tu falta de experiencia, para que no nos entorpezcamos el uno al otro, ¿vale? Pero, entonces, quédate aquí para que Lou Ellen no se enoje conmigo.

Percy asintió. Will se dio media vuelta y se fue, dejándolos a los dos tras una cortina, haciendo de la visita más privada todavía. Percy agradeció que Will fuera tan considerado.

Percy se fue a sentar a un lado de la chica inconsciente. La observó de arriba a abajo, intentando ver si algo ya había cambiado, aparte de su energía y su expresividad características. Al parecer, seguía con los mismos lunares y pecas en su lugar, el cabello pelirrojo ensortijado y esponjoso, siendo como una gran melena a su alrededor, enmarcándole el rostro. Su piel era blanca, algo pálida, pero, había marcas rojizas de haber estado bajo el sol más tiempo de lo que debería y Percy lamentaba no poder ver sus grandes ojos verdes mirándolo, muy probablemente divirtiéndose a su costa.

Se podía imaginar su voz, burlándose de su preocupación. ("Estoy bien, Azul", diría ella, con una sonrisa.) <<Estás en cama, Roja, estás en cama.>> Percy tomó con delicadeza la mano de ella y la acarició con lentitud. Su piel era cálida, pero no mucho. Su corazón dio un pequeño brinco al imaginar que ese último calor se retirara.

Que su relación con ella no hubiese funcionado bien, no quería decir que estuvieran en malos términos. Roja era otra amiga cercana, porque a Percy lo podían tachar de inmaduro o tonto, pero sí que sabía cuándo una relación romántica debía terminar. Al menos tenía la capacidad de no hacer que chicas tan grandiosas e importantes para él se fueran totalmente de su vida, y ellas también lo aceptaban.

Si pudiera pedirle consejo a Rachel... ¿Qué le diría? ("Pensé que ese niño estaba muerto.") No. Esperaba que no lo dijera. Era un mal pensamiento que no lo había dejado descansar bien por años. A pesar de que Percy sabía por Hades mismo que Nico no había muerto, pero casi se podría decir que, con su desaparición, daba lo mismo.

Ahora había reaparecido y Percy volvía a salvarlo. Roja diría que es un paralelismo artístico. (También porque había optado por decir que el Destino era como un arte, cosa que muy pocos comprendían con precisión, pero, a la que todos estaban sujetos de alguna forma.) La primera vez en que Nico y él se vieron, lo salvó de una mantícora y, ahora, seis años después, lo volvía a hacer, aunque de arpías y lamias. Tal vez debió de haber insistido, tal vez debió de haberlo tomado, junto con sus hermanos, para llevárselos con él al Campamento Mestizo en cuanto apareció el hermano de Clarisse. Sin embargo, se tardó demasiado en entender quién era y, para ese momento, sintió que era mucho pedirle al chico de Ares que diera media vuelta para recogerlos.