En ese momento, su posesividad se desbordaba como un instinto animal. Sentía una fuerte conexión con ella, incluso si ella no correspondía a sus deseos. Prefería aferrarse ferozmente, incluso si eso significaba enfrentarse a cualquier amenaza. Su deseo de mantenerla a su lado era tan intenso que estaría dispuesto a luchar con todas sus fuerzas, poseerla con determinación y entrega absoluta.