No huyas de la realidad, abrázala y enfréntala con valentía. Acepta los desafíos como oportunidades de crecimiento y trabaja duro para superarlos. No permitas que los sueños rotos te limiten, sino utiliza cada obstáculo como un impulso para alcanzar tus metas. Tú eres dueño de tu destino y tienes el poder de crear la vida que deseas.