Capítulo 10

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Academia de Ballet Angel’s. 

Salón de clase, 8 C. 

Días después de la pelea con Charlotte.

Leah.

No creo que sea la mejor bailarina de ballet de este mundo. He tenido más caídas que victorias durante toda mi profesión. También he tenido una infancia bastante dura. Me fui a vivir a Alemania porque mi familia adoptiva me hizo la vida imposible, al no querer ser doctora. Regresé después de años fuera, porque mi antiguo jefe me pidió ser la bailarina principal de su academia de ballet. Lamentablemente, tuve un accidente hace algunos años y aunque no recuerdo muchas cosas, hay un sueño que me persigue todas las noches. Para mí todo está en blanco y negro, pero la silueta de un lobo reclamándome como suya, me persigue noche a noche.

Además, en ese accidente, he perdido mi agilidad para bailar correctamente. Podría decirse que esta sería mi última presentación, antes de retirarme y no volver a hacer ballet, jamás.

Mi primo siempre ha dicho que es mejor lo que no se recuerda. Algunas veces, esos recuerdos son los que más nos lastiman. Espero no haber herido a ese lobo solitario que me busca en las noches y quisiera recordar un poco más mi accidente.

Ese lobo me acuerda al CEO de esta academia... Por alguna razón, ese lobo blanco... Esos ojos...

¿Ares es un lobo?

—Oye, Valentina, debes hacer el calentamiento primero para que no te duelan los músculos —empiezo a mostrarle los ejercicios—. Recuerda respirar cuando lo haces y tomarlo con calma. Ve a tu propio ritmo y no te agobies si sientes que no te sale algo.

—Lo siento, es que me da vergüenza tener clases particulares sin más alumnos… —admite, pasando sus manos por sus piernas, sabía que estaba tensa por la clase de hoy—. Papá nunca me dijo que yo sería la única en el salón. Por un momento creí que tendría más compañeros.

Ay, pero como le digo que su padre parece un hombre bastante posesivo...

—Bueno, cariño, es que tu padre quiere lo mejor para ti, pero creo que trataré de hablar con él, para que puedas asistir más adelante a las clases con los demás alumnos.

Ella me ve con dolor y me invita a sentarme en el suelo. Por la hora no hay nadie en la academia de ballet, además de nosotras. Siempre soy la última en salir y aunque este es el único lugar donde puedo huir y desahogarme, la matrícula es costosa. Así fue como Jay conoció a Charlotte y él le prestó dinero, para que ella pudiera estar aquí. Nadie sabe de eso, así que es nuestro secreto mejor guardado. Jay es la única persona a la que he apoyado en todo y aunque es 5 años mayor que yo, es la persona más noble que he conocido.

—Mi padre es un perro rabioso que me hace enojar siempre con sus decisiones —suspiró molesta—. Leah, mi padre eligió a una mujer antes que a mí, su única hija, pero según él, yo siempre soy prioridad.

—No sé cuál es la situación entre el CEO y tú, pero estoy segura de que él no hace las cosas sin antes analizar bien la situación —comento, tratando de hacerla sentir mejor—. Si él eligió a una mujer para estar el resto de su vida con ella, entonces eso quiere decir que es buena.

Y por alguna razón, eso me molesta.

—Bueno, ella no es mala, pero tampoco es la persona más dulce del mundo —se ríe—. Katrina es la persona que menos soporto en el mundo. Si mi madre estuviera viva, estoy segura de que ella también la odiaría.

Nos reímos un poco, pero difiero un poco de ella. 

Katrina es una chica muy hermosa, varias bailarinas e instructoras la humillan y no la quieren por tener una relación amorosa con el CEO. Además, de que la tratan de fácil, por venirse de Rumanía a buscar a Ares. Dicen que ella se chupa el dinero de los dueños de estas academias y por esa razón, se vino de allá. Porque no soportó ser la segunda y la amante del CEO Velkan. 

Esta academia se basa en lo que podamos conseguir. 

Todos quieren el amor del padre de esta pequeña rubia, pero él solo les da a las personas, malas caras y algunos malos tratos, si descubre los verdaderos sentimientos de las mujeres. Pido a los cielos que jamás me toque conocer la parte mala de esa persona, más que todo porque el pensarlo, me hace doler el corazón...

Mirar al CEO me hace sentir muy extraña y confundida.

—Leah, ¿todo está bien? —me mira preocupada.

—¿Puedo confesarte algo? —ella asiente—. Mi primo se enamoró de una persona que es bastante problemática y tiene algunos detalles… —frunce el ceño—. Él la ha ayudado con algunas cosas económicas, pero ahora resulta que él se enamoró de ella. Cosa que no puedo permitir del todo y, al parecer, ella también lo ama...

Siento un poco de temor al recordar a Charlotte.

—Vaya, ¿pero qué está mal en esa relación? —me mira con dulzura.

—Que no quiero que él sea estafado por tener un buen corazón. Además, de que esa chica da un poco de miedo también —admito.

—Es un poco raro, porque nunca he sentido que la maldad o la pureza, puedan acercarse —sonríe—. ¿Hiciste algún tipo de trato con ella?

—No, pero mi primo sí. Ella fue quien pidió un dinero antes de yo haberme enterado de todo —miro hacia el frente.

Debo estar loca por estar confesando todo esto a una niña de 10 años.

—Tal vez tu primo es diferente. Tal vez la haga cambiar de parecer y sea honesta con él —pone su mano en mi hombro.

Vemos entrar a su padre, cosa que acelera mi corazón y a la vez me da miedo. Es como si yo no tuviese control de mí, cuando él está cerca. Y sí, aunque le tengo miedo y mucha rabia, tampoco puedo decirle que no.

—¿Qué sucede aquí, señoritas? —pregunta, lo miro fijamente, tiene unos hermosos ojos que me encantan—. Bueno, me han dicho que la clase era en este salón y he venido a ver a Valentina. Espero no haber incomodado el ambiente y la charla que ambas tenían.

—Si viniste por Katrina, ella no está aquí. Solo Leah y yo —responde, Valentina enojada.

—Katrina regresará a Rumanía en la mañana. He hablado con tu tío y estuvo de acuerdo en que ella vuelva a casa —me mira con confusión—. ¿Las clases han ido bien con ella? Sé que Valentina puede ser difícil al principio, pero es muy buena bailarina y le pone mucho amor a lo que le gusta.

¿Cómo tienen este tipo de conversación con una extraña? ¿Me tienen demasiada confianza? Bueno, pero de qué me quejo, si le he dicho lo de Charlotte y Jay a esa pequeña niña.

—Creo que es mejor que ustedes hablen sobre el tema que tienen pendiente —me levanto del suelo, después de mirarlos a los dos—. Es necesario que hablen, porque Valentina no está completamente concentrada y eso es problemático a la hora de la práctica. Un mal paso o un mal estiramiento y ella puede sufrir un accidente y no volver a bailar el resto de su vida.

Algo similar a lo que me sucedió…

Se hace un silencio tranquilo, no incómodo ni tormentoso. Era de esos silencios que te permitían pensar o analizar la situación.

—Bien, entonces, nos vemos en un rato, Leah —me despide el CEO.

—Hasta el miércoles, Valentina. Espero que todo vaya bien después —acaricio su cabello—. Lo esperaré en su oficina, CEO.

Me despido y me voy del salón.

Quisiera que él no me hiciera sentir tan nerviosa.

El CEO Es Un AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora