Capítulo 20

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Después de todo, tenía a las mejores personas de mi lado y eso era agradable.

Ares.

No sé en qué momento Charlotte cambió tanto, se suponía que ella sería leal a nosotros y hemos mantenido nuestro pacto, pero es difícil ver en lo que se ha convertido ahora. Sinceramente, no es nada sano la manera de reprender de Aaron, pero es un ángel caído y no tiene ningún tipo de humanidad.

Él no siente amor o bondad... de hecho, sí, pero es algo muy leve.

—Mara, ¿desde cuándo eres tan leal a Aaron? —le pregunto, mientras acostamos a Valentina.

Habíamos dejado a Leah en su casa, antes de venir para acá. Teníamos dudas sobre el efecto del desmayo, así que fue la mejor opción que Mara y yo tuvimos para no tener que explicar, cómo es que a altas horas de la noche estábamos en su casa.

A pesar de todo me siento tranquilo y Surt se encuentra en alerta. Leah es vigilada por otros lobos de la zona y puedo ir a visitarla después.

Simplemente estoy tranquilo.

—Me sorprendí mucho al verte tan obediente a él y tan desleal a tu amado alfa —suspira—. Lo más probable es que estés enojada porque te fueron a buscar estando de vacaciones, pero debes entender que te necesitaba.

—Siempre dices eso, pero ya van dos años que estoy tratando de descansar —se queja, besa la frente de Valentina y empezamos a salir de su habitación—. Es un poco incómodo tener que medir la lealtad de los dos, pero te recuerdo que soy amiga de todos ustedes. Vine a este lugar porque no dejaría que críes a Valentina con tus métodos extraños.

Me empiezo a reír.

—Leah estaba físicamente con nosotros, pero su mente divagaba en algún lugar del mundo. Ella no sabía en dónde estaba, pero a la única persona que reconoció fue a Jay —miramos uno de los pasillos que estaba vacío.

—Es la persona que más le importa a nuestra Luna —admite—. Debes tener en cuenta, que, aunque nosotros seremos importantes para ella, su corazón es humano y el amor que siente por su familia será siempre diferente al que sienta por nosotros.

—Lo sé y es impresionante como siempre encuentras solución a las cosas —nos reímos—. Debo agradecerte por venir siempre a mi llamado, aun cuando sabes que no estás siendo obligada a hacerlo. Significa mucho para mí y para la manada, Mara.

***

Seguimos hablando un rato más, pero necesitaba estar con Leah. Quería estar seguro de que no tuviera pesadillas esta noche sobre nada de lo que le había pasado. Ella tiene mucho estrés y no quiero seguir llenando su mente de lagunas mentales, por cada cosa que suceda en nuestras vidas.

Está hablando dormida sobre una pizza frita.

Por lo menos en sus sueños parece estar tranquila.

—Ares —la voz sería de Aaron, llama mi atención.

—Demonio... —respondo.

—Creo que voy a decirle a Leah que debe cerrar bien las cortinas de su habitación porque hay muchos mirones hoy en día —se burla—. Es difícil lidiar con muchas cosas, pero Leah es fuerte y estoy seguro de que ella ya te quiere.

Empiezo a alejarme de la azotea del edificio para dar una vuelta por el vecindario y verificar que todo esté tranquilo, para poderme ir a dormir.

—¿Acaso harás la ley del hielo conmigo? —seca unas lágrimas invisibles—. Yo que venía a darte noticias sobre Charlotte y Jay.

—Ella se buscó todo lo que le hiciste, pero no te perdono que no me dejaras hacer nada —sonrío al verlo hacer una mueca—. Me dejaste muy claro que tienes el control total sobre ella, pero lamentablemente no la puedo dejar ir. Me gusta Leah, ella significa todo para mí, pero no puedo dejar de vigilar a Charlotte. Sé qué te hiciste cargo de esa situación, pero yo también debo hacerlo.

—Mara me comentó que dirías algo así —pasa su mano por el cuello—. A veces quisiera que fueras un poco más como Velkan, pero otras veces quisiera que no se parecieran tanto.

—¿Por qué? No entiendo de qué estás hablando —frunzo el ceño.

—Todos aquí ya sabemos quién es Leah en tu vida. Los demonios que eran mandados por Charlotte, te tienen miedo, así que por ahora están tranquilos, pero hay otra persona que está controlando la situación con tu mate —trago grueso—. Quise encontrar al que le está metiendo cosas extrañas a mi gente, pero no lo logré. No es un demonio, así que debemos buscar en otras especies al informante.

—Todos saben que hace muchos años perdí a mi mate y que la volví a encontrar hace poco —me cruzo de brazos—. Es sospechoso esto, Aaron.

—Debes darte prisa en hacer algo porque si se sigue difundiendo esta información, los demonios intentarán algo contra Leah. Esta vez encontrarán otra manera para acercarse sin que te des cuenta —suspira—. Esto es frustrante y siento que se repite la historia de tu hermano, pero esta vez el protagonista eres tú.

Frunzo el ceño.

—Dame un tiempo para saber que hacer —dejo de bajar las escaleras y lo miro—. No sé quién estará detrás de esto, pero tenemos que encontrarlo —asiente—. Ahora, demonio justiciero, me han dicho que le tenías puesto el ojo a una humana. ¿Eso no es problemático para ti en estos días?

Suelta una sonrisa de lado.

—Nunca pierdo la oportunidad si una sacerdotisa está por aquí —suelto una carcajada—. Bueno, es hija de unas personas bastante importantes, pero nada que un bombero admirable los haga dudar.

—No eres un bombero admirable —admito.

—Claro que sí. No soy tan malo como dicen en los cuentos de terror. Soy un ángel caído que su padre no lo quiso más y estoy cansado de repetirlo —finge estar dolido.

—Aaron, no eres un tipo admirable —repito con diversión, saliendo del edificio.

—Dame a tu amada mate —sonríe con malicia.

—No —respondo seco.

—Insensible —me despeina.

—Lo dice el demonio que ayuda a los problemáticos hermanos alfa y les ayuda como terapeuta y niñero —me empiezo a reír.

—¡Es porque soy muy bueno con ustedes! —grita, haciendo que todos nos vean—. No me vean que estoy peleando con mi hombre.

—Eres tan inmaduro —murmuro.

Decido empezar a recorrer el vecindario mientras sigo hablando con Aaron sobre la nueva víctima de él. La verdad no sé quién quiere hacerle daño a Leah, pero lo encontraré y lo mataré.

Sé que Aaron tiene poder sobre el mundo y aunque no tenga el mismo poder maligno que los demonios, buscaré la manera de dañar a quien la dañe.

Te lo prometo, mi amada Luna

Fuiste la razón más bonita para dejar ir a Amelia. Ocupaste el corazón de mi Valentina y estás haciendo espacio entre la manada. Todos te quieren a pesar de que no te he presentado correctamente, pero me llena de mucha emoción, saber que eres tú.

Amo ver tus ojos brillar y la pureza que sale de tu boca.

Siento que el corrupto soy yo por hacerte la mate de una manada defectuosa.

El CEO Es Un AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora