Kimu Jongdae estaba de un humor excelente cuando entró caminando lentamente en el despacho de Wu Yifan en la última planta y sonrió al ver a un bonito joven rubio sentado tras un escritorio justo al entrar por la puerta. Tenía que ser Tao, el asistente de Kris con quién había hablado un poco más temprano aquella mañana. Su aspecto era tan atractivo como su voz, aunque nunca lo miraría de un modo romántico. Pero parecía ser tan encantador como había sonado por teléfono.
¿Sr. Kimu? — el joven se levantó de la silla y le ofreció una sonrisa amistosa que lo sorprendió.
Estaba acostumbrado a bienvenidas furtivas y artificialmente alegres por parte de las personas, y a miradas que los evaluaban a él y a su cuenta bancaria al mismo tiempo. Cho Minseok, el hermano pequeño de Kyuhyun, era la única persona que verdaderamente lo había tratado como a una persona en lugar de como un multimillonario cotizado. De hecho, Seok siempre lo había tratado con demasiada indiferencia, para su gusto, demasiado como un hermano mayor, hasta el incidente que tuvo lugar en año nuevo cuando lo vio en Jeju.
Tao — Le devolvió la sonrisa, estrechándole la mano que le ofrecía a modo de bienvenida — Qué bueno conocerte en persona. Por favor, llámame Dae.
Tao retiró la mano y asintió mientras respondía.
Igualmente. Gracias por llamar esta mañana. El Sr. Wu lo espera. Lo llamaré.
Ya está aquí — anunció un barítono grave y enojado desde el otro lado del despacho — Pasa, Kimu.
Jongdae miró hacia el lugar de donde provenía la voz y sintió que no iba ataviado adecuadamente, con unos pantalones y una camisa con el cuello abierto, cuando vio a Wu Yifan. Kyuhyun ya le había advertido que Kris era un hijo de puta intimidante y ahora Jongdae sabía por qué. La mirada siniestra en el rostro de Yifan era casi homicida, Y Chen tuvo que esforzarse por mantener el rostro impasible cuando Kris lanzó una mirada a Tao y después a él en actitud posesiva. En realidad, a Jongdae no le importaba que Yifan fuera un imbécil abiertamente, y no se sentía desalentado en lo más mínimo. Prefería que un hombre fuera abiertamente hostil a que le sonriera a la cara para después darle una puñalada por la espalda. Tenía la sensación de que siempre sabría exactamente dónde estaba con Wu Yifan, y eso le parecía bien.
Guiñó un ojo a Tao cuando pasó junto a su mesa y entró en el despacho de Kris con paso tranquilo.
Está prohibido — le gruñó Yifan después de haber cerrado la puerta del despacho.
¿Está casado? — pregunto Chen inocentemente mientras tomaba asiento frente al escritorio de Kris.
No — farfulló él mientras se sentaba tras la enorme mesa de roble.
¿Está con alguien? — insistió Jongdae con una sonrisa de satisfacción mientras Yifan lo miraba con el ceño fruncido.
No.
¿Es familiar tuyo? — Chen sabía perfectamente que no estaban emparentado con Kris, pero empezaba a divertirse de veras tomándole el pelo a Wu. Suponía que era verdad que «mal de muchos, consuelo de tontos».
Demonios, no — contestó Yifan, asqueado — Pero si lo tocas, te mato.
«Bingo». Jongdae supo que había tocado una fibra sensible.
Es muy simpático y hermoso...
Te he dicho...
Pero no me interesa — terminó, con una sonrisa de oreja a oreja.