Prólogo

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—No creo que sea correcto— le dije a Peter.

—Es solo una bromita nomas— dijo sonriéndome.

—Pero si mamá se entera se enojará contigo y como no pude detenerte, por ende, también conmigo— le dije seria.

Peter se acercó a la oficina de mamá, abrió la puerta y vimos que estaba vacía, entramos y Peter empezó a revisar los cajones.

—¿Qué haces? — pregunté.

—Es una pequeña... búsqueda— dijo el sin mirarme.

Me confundí.

—Creí que era una broma— dije.

—Y lo será— me aseguró —pero primero quiero buscar una cosa.

—¿Exactamente qué?

—No lo sé.

Dios mío.

—¿Qué diablos, Peter?

—¿Recuerdas el último año nuevo? — preguntó.

—Lo recuerdo todo, ¿por qué?

—Bueno, cuando mamá salió corriendo y papá la siguió, la escuche llorar.

—Ajá— dije —¿Y?

—Y... los escuche susurrar muchas cosas.

—Mamá siempre se pone rara en las fechas de fiestas, eso es algo que siempre se supo— dije.

—Si, pero la escuché mencionar nombres, nombres que ya hemos oído antes.

—¿A si, como cuáles? — me crucé de brazos, seria.

Era cierto que mamá siempre estaba asustada en año nuevo o los 4 de julio, siempre supimos que era por los fuegos artificiales, puedo comprenderla, yo también los odio.

—Como Jason o Sofia, ¿tú sabes quiénes son?

—Ni idea— dije seria

—Pues bien, yo tampoco, y quiero saberlo— dijo mientras seguía rebuscando entre las cosas de mamá.

No me gustó la idea de estar aquí a escondidas, se sentía incorrecto, por lo que simplemente salí del despacho y bajé las escaleras hasta la sala encontrándola totalmente vacía. Gracias Dios, si es que eres real.

(...)

—Mamá, ya, perdona— oí decir a Peter en el piso de abajo mientras yo bajaba las escaleras.

—No puedo creerlo enserio— dijo papá.

—Tampoco es tan grave ¿o sí? — dijo Peter.

—Odio lo que hiciste Peter— dijo mamá tranquila.

—Solo rebusque un par de cosas, no es nada malo, ¿o que, que tienes escondido? — preguntó.

—No empieces, ¿quieres? — dijo papá.

Caminé hacia la cocina sin ser notada aun escuchando la conversación, me serví una taza de té de lo más tranquila hasta que la conversación de mi familia empezó a empeorar.

—¡Es cuestión de confianza! — dijo papá.

—¡¿Qué diablos?!— dijo Peter —¡Están buscando drama donde no lo hay!

—Está bien, ¿podemos calmarnos? — dijo la voz de mi madre.

—Es que no entiendo porque se ponen así —dijo Peter mientras yo salía de la cocina con mi taza de té viendo la divertida escena frente a mi— ¿Acaso mataron a alguien o qué?

Hubo un silencio incomodo después de eso.

—Oigan, tengo hambre, ¿Qué hay de cenar? — pregunté.

Mi madre suspiró y miro a papá, hoy le tocaba cocinar y al parecer no lo hizo pues no hay comida alguna.

—¿Quieren pizza? — preguntó.

—Si— dijo Peter.

—No— dije.

(...)

—Ella siempre ha sido rara— le dije a Peter mientras me sentaba en mi cama.

Era mitad de la noche y yo estaba a punto de quedarme dormida, hasta que Peter entro por la puerta de mi habitación para empezar a hablar sobre "la locura de nuestros padres".

—Si, pero ahora cuando le hago algún tipo de preguntas, se pone muy a la defensiva.

—A la defensiva— repetí saboreando la palabra.

—Exacto— dijo el.

—Creo que no deberíamos preocuparnos por sus vidas, de todas formas, estamos en el testamento ¿no? — dije mirándolo a los ojos.

—Enserio espero que eso haya sido algún tipo de broma— dijo sonriéndome— en fin, mi curiosidad no puede más, tengo que saber qué es lo que pasó para que estén así.

—Si es que algo pasó, presiento que no quieren que lo sepamos— dije.

—Si... pero siempre hemos sido un poco rebeldes— dijo Peter.

(...)

—¡Pero yo no quiero! — dije asustada.

Peter y yo estábamos sentados en el sofá frente a nuestros padres.

—¡Haber! — dijo Peter con los ojos muy abiertos—¿lo repiten?

—Los cambiamos de escuela— dijo mamá.

—Irán a un internado— le siguió papá.

Peter rio, pero se veía enojado como para verle algo gracioso.

—Ustedes están locos si piensan que vamos a ir a un maldito internado.

—Siento como un deja vu— dijo mamá mirando a la nada.

—¡Mamá no quiero ir, por favor! — dije.

Odiaba esto, no lo entiendo, mi escuela no era linda, de hecho, la odiaba, pero jamás se me hubiera ocurrida un cambio, odio los cambios, me alteran y lo admito, pero es que... nada de esto tiene sentido, ¿Qué voy a hacer? Ni si quiera sé a dónde iremos, no conozco del lugar del que me hablan. Me di cuenta que había empezado a temblar, tenía muchas ganas de llorar y no sabía por qué.

—Evie, cálmate— dijo Peter.

—Si, yo puedo— susurré.

Solo debía concentrarme, tranquila Evie, tú puedes, respira.

—Chicos, la decisión está tomada— dijo papá.

—¿Por qué? — pregunté —¿Qué hice?

—¿Ustedes se han vuelto locos? — dijo Peter —Todo esto solo porque tengo curiosidad sobre mis padres, es una estupidez.

—No, no lo es— dijo mamá levantándose para seguidamente subir las escaleras.

Me gustaría saber que está pasando por su cabeza.

Nota de Autora
Como andamos genteee.
He vueltoooo ahhhh, y con esta secuela enserio tengo mucho que hacer.
¿Que les pareció?
Se vienen más capítulos pronto, estén atentos, sin más, besos.
Atte. CD

Maldito Internado | AEEI #2✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora