—Tengo miedo— le dije a Peter.
Estábamos preparando nuestras maletas, hoy nos íbamos al internado, no podía con todo esto. Mis emociones son muy confusas, estoy asustada y enojada. No quiero una nueva escuela, pero al mismo tiempo no quiero quedarme en mi antigua escuela ¿soy rara?
—Ni me lo digas— dijo él —yo estoy peor.
—Aun creo que esto es algo extremo.
Cerré mi maleta y bajé por las escaleras hasta el primer piso, noté que mi madre estaba esperándonos en la entrada de la casa, imaginaba que papá estaba esperando en el auto.
—¿No quieren demorarse más? — preguntó ella.
—No— dije.
—Mamá— habló Peter— aun estas a tiempo de arrepentirte.
Ella soltó una risa y negó con la cabeza, los tres salimos y subimos al auto, papá nos dio una sonrisa y encendió el auto.
—Antes de irnos...— empecé.
—¿Qué pasa, Evie? — preguntó papá.
—Solo quiero que sepan que cualquier cosa que pase es su culpa.
Ambos rieron y al auto empezó a avanzar.
—Cielo...— dijo mamá.
—¿Qué? —preguntó Peter.
—Le hablaba a tu hermana.
—Ah... claro.
—Dime— dije.
—¿Me prometes que harás amigos?
¿Cómo podría?
—No.
—No necesitamos amigos, mamá. — dijo Peter.
(...)
—Llegamos— dijo papá.
Los cuatro bajamos del auto, no tenía intención alguna de hablar con mis padres, por lo que simplemente tome mi maleta y entre al campus frente a mí. Peter me siguió imitando mis acciones y dejando fuera a nuestros padres.
Se que podemos ser muy rencorosos.
—Dios...— dijo papá una vez que nos siguieron el paso.
—No ha cambiado nada— dijo mamá.
Finalmente, dentro vimos que había muchas personas, algunas despidiéndose de los que parecían ser familiares y otras reencontrándose con lo que parecen ser amigos que no veían hace largo rato.
—Iremos por sus horarios, espérennos aquí— dijo mamá.
Ambos se fueron dejándonos solos frente a una gran multitud que nos veía raro, tal vez sea porque no nos conocen.
—¿Y bien? — pregunté.
—¿Que? — dijo Peter
—¿Cuál es el plan?
—No pienso sufrir todo el año, voy a ser malditamente feliz aquí.
—Pero hasta hace poco te negabas rotundamente— dije confundida.
—Si, pero ya estamos aquí, le demostrare a la pareja Bower que no pueden lastimarnos, no los necesitamos, podemos arreglárnosla nosotros.
Y yo le creí.
(...)
—¡Dije que no! — seguí negándome.
—Evie— dijo mamá— por Dios.

ESTÁS LEYENDO
Maldito Internado | AEEI #2✅
Roman pour AdolescentsSegunda parte de Atrapadas en el Internado. ° ° Evie y Peter habían crecido escuchando sobre los años de gloria de sus padres como adolescentes, pero ahora que ellos mismos llegaron a la adolescencia, les resulta un tanto cansado oírlos cada vez mas...