capítulo 26*

16 3 15
                                    

Quince años después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Quince años después

Gemmalyn está hablando, mas no la escucho.

Desde hace tiempo que he dejado de escucharla. Hace años.

He dejado de escucharla cuando terminó la única melodía que encajaba en mi vida.

Desde ese momento he dejado de sentir.

Mi asistente está hablando, mas no lo escucho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi asistente está hablando, mas no lo escucho.

Desde hace tiempo que he dejado de escucharlo. Hace minutos.

He dejado de escucharlo cuando escuché una melodía que me recordó a mi mundo.

Desde ese momento he recordado sentir.

—¿Me estás escuchando, David? —reprocha Gemma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Me estás escuchando, David? —reprocha Gemma.

—No.

Suelta un suave bufido y luego se va. No sé a dónde, aunque tampoco me interesa.

Decido levantarme e ir a la habitación extra que tenemos. Se suponía que sería para nuestro hijo, pero jamás tuvimos uno. En su lugar, hay un piano lleno de tierra y polvo con una carta encima de él.

La misma carta que encontré esa noche al volver de mi boda.

"Jamás dejaré de buscarte.

Nos volveremos a encontrar, Davo. Y hasta que eso pase, mantendré vivas las rosas violetas que me diste. Lo prometo.

Tuyo por siempre,

Amir."

Las lágrimas vuelven a mis ojos como lo hacen cada vez que releo la carta.

Lo que cambia esta vez es que abro el piano. Me siento en la pequeña banqueta que hay y pongo mis dedos sobre las teclas. Sin siquiera pensar en lo que estoy haciendo, mis dedos comienzan a moverse, tocando una melodía que escuché por la radio hace unos días y que memoricé.

Hace años que no tocaba.

Es una melodía melancólica y esperanzadora.

No sé por cuánto tiempo la toco, solo sé que la repito una y otra y otra vez hasta que mis manos comienzan a pedirme un descanso; pero incluso ahí no paro. No paro porque es la primera vez en quince años que me siento un poco vivo. Es la primera vez en quince años que me permito recordar todo lo que viví con Amir antes de que nos arrebataran nuestra melodía. No paro porque lo veo en estas notas musicales; nos veo a nosotros. Veo nuestro amor.

Siempre estuvimos destinados a esta melodía porque no pudimos cambiar la historia, pero tampoco perdimos la esperanza de intentarlo.

No sé si él seguirá pensando en un nosotros, pero yo no he dejado de hacerlo.

No he dejado de sentir esperanza.

Sigo tocando por algunos minutos, hasta que un sonido irrumpe la melodía.

Me levanto a atender el teléfono. Escucho con atención lo que me dice el padre de Gemma. Supongo que espera una respuesta de mi parte, pero lo único que hago es colgar el teléfono.

Empiezo a temblar. Sé que debería ser porque Gemma ha muerto, pero no es por eso. Mi cuerpo comienza a temblar porque todo lo que estoy sintiendo es demasiado como para poder controlarlo.

Me gustaría decir que jamás había sentido tanto, pero estaría mintiendo; porque cada vez que estaba con Amir sentía todo y más. Cada vez que estaba con él podía escuchar la melodía más simple pero compleja a la vez.

No es hasta dos horas más tarde, cuando visito a los Rood que proceso lo que sucedió.

Gemma realmente murió.

Hasta que nos volvamos a encontrar [#3.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora