capítulo 20

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Con esfuerzo, abro los ojos

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Con esfuerzo, abro los ojos.

El sol hace que vuelva a cerrarlos inmediatamente, y una punzada de dolor me recorre la cara por el movimiento repentino. Maldigo en voz baja antes de sentir a alguien presionar un paño mojado sobre mi labio.

Lentamente vuelvo a abrir los ojos, pudiendo ver a la figura que está sentada a mi lado curando las heridas que me dejó mi padre.

—¿Amir? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo...?

No logro terminar porque él me interrumpe.

—Estaba pasando por lo del señor Wallace, y vi que tu padre te estaba arrastrando. —Hace una pausa mientras comienza a curar mi ceja, la cual tiene un pequeño corte parecido al de mi labio—. No lo pensé dos veces y vine corriendo lo más rápido que pude.

Suspira y me abraza como puede. Le devuelvo el abrazo y nos quedamos así unos segundos antes de que él vuelva a hablar, con la voz rota y quebrada; como si los golpes también los hubiese recibido su corazón y no solo mi cara.

—Estaba preocupado. —Respira hondo—. Cuando tu padre abrió la puerta te vi tirado en el suelo y no me importó nada. Entré corriendo y te cargué hasta tu cama. Creo... Creo que a tu padre no le agradó eso, pero solo podía pensar en que te había perdido. —Estoy por decir algo cuando él suelta un sollozo. No lo esperaba. Es tan inesperado, que me quedo quieto—. Pensaba que te había perdido, para siempre esta vez.

—Estoy bien, Amir.

—Ahora lo sé, pero tenía mucho miedo. Yo... Yo pensaba...

No termina su frase, simplemente vuelve a llorar, dejando que sus lágrimas caigan en la curvatura de mi cuello. Como puedo, comienzo a pasarle una mano por su corto cabello, y otra por la espalda. Le repito una y otra vez que estoy bien, que vamos a estar bien; incluso si yo mismo no estoy convencido de ello.

Luego de unos minutos, él se queda dormido encima mío. Y, no mucho tiempo después, lo acompaño; dejándome caer en los brazos de Morfeo.

Hasta que nos volvamos a encontrar [#3.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora