Estoy sentado en mi habitación escuchando la música que sale de mi tocadiscos. Una animada melodía resuena en toda la habitación, contrastando con la melodía de que suena en mi corazón.
¿Cómo voy a hacer esto?
Muevo entre mis dedos el anillo de compromiso que mi madre me ayudó a comprar para Gemmalyn.
Amir no lo comprende. No comprende que estoy haciendo esto por él, por sus sueños. No puedo ser egoísta, por más que quiera serlo. No puedo retenerlo a mi lado, por más que me duela demasiado dejarlo ir. No puedo estar con él, por más que me muera por hacerlo.
Me levanto, decidido, y me dirijo hasta su hogar.
—Hola, señora Rood. ¿De casualidad está Gemma? ¿Podría pasar para hablar con ella? Es algo importante.
Ella me deja pasar y encuentro a toda la familia en la sala. Amir está escuchando con auriculares algo en su walkman mientras que Gemmalyn está decorando sus uñas a la vez que habla con su padre.
—Cariño. —La señorita Rood llama la atención de su esposo—. Tenemos visitas.
Algo parece captar la atención de Amir, porque su cabeza se gira hacia nuestra dirección. Al parecer sabe qué estoy a punto de hacer, porque me suplica con los ojos que no lo haga. Puedo verlo, pero no voy a detenerme.
No puedo hacerle esto.
No puedo volar.
Lo siento, Amir.
—David. —El padre de Amir se levanta de su asiento y se acerca a mí—. ¿Qué puedo hacer por ti, hijo?
—De hecho vine aquí para hablar con Gemma, y para pedir su permiso, así puedo...
—David, ¿puedo hablar contigo? —Me llama Amir de repente, interrumpiéndome. Mi nombre suena raro saliendo de sus labios. Me he acostumbrado tanto a "Davo" que se siente como un puñetazo que me llame "David"; un puñetazo casi tan doloroso como se siente el estar haciendo esto.
Asiento.
Me lleva hasta el jardín trasero del hogar. Allí nadie puede escucharnos. Solo estamos nosotros y la melodía que cantan los pájaros.
Siempre he amado eso de la naturaleza; está en relación con la música.
La música es lo que me anima a seguir. Es mi compañera. Es parte de lo que soy. Para Amir, eso es el mundo, es parte de él; por eso quiere salvarlo, protegerlo y cuidarlo. Porque, de esa manera, también lo estaría cuidando a él haciendo esto.
Tal vez sea por eso que congeniamos tan bien. El mundo y la música están conectados en niveles que no somos capaces de comprender. Justo como nosotros. Ambos estamos conectados por una fuerza que va más allá de todo lo que podemos explicar.
Y por eso sabremos encontrarnos siempre.
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Hasta que nos volvamos a encontrar [#3.5]
Nouvelles"Al final, las almas gemelas se encuentran porque tienen el mismo escondite" ~Robert Brault