capítulo 6

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Es la cena más incómoda de mi vida

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Es la cena más incómoda de mi vida.

Detesto cuando nuestros padres nos obligan a hacer esto. Detesto ver cómo él pretende estar interesado en mi hermana. Detesto ver cómo ella está realmente interesada en él. Detesto no poder irnos de este pueblo que pretende no odiarnos solo porque mi padre tiene conexiones importantes. En el fondo sé que todos nos matarían si pudieran, si no les importara esa fachada de "gente buena".

—Deja de hacer esa cara, Amir Rood, y compórtate como corresponde —me reprende suavemente mi madre para que nadie más pueda escucharlo. Su rostro es serio, como si me estuviera retando a llevarle la contra. Pero no lo hago, porque, en el fondo, no quiero causar problemas.

Al parecer la gente de este pueblo no es la única que mantiene fachadas.

Dirijo mi mirada hasta Davo, pero no es Davo; es David.

Cuando estamos solos él y yo, es otra persona; es él mismo. Cuando estamos juntos no tiene que ser el David que todos creen conocer. Conmigo es Davo. Y es a él a quien amo; no a David.

No me agrada David.

Quiero a Davo. A Davo.

Solo quiero besarlo. Se ve tan hermoso en este momento; aunque, si soy honesto, siempre se ve hermoso. Sin embargo, cuando tenemos estas cenas, ambas familias nos hacen ponernos nuestras mejores vestimentas. El traje que está usando en este momento provoca demasiadas emociones en mí.

Un momento más tarde, David se excusa para buscar algo en su habitación; algo que debe mostrarle a mi hermana.

Es mi oportunidad, pienso.

—¿Puedo ser excusado para ir a asearme? Después de todo, acabamos de terminar la cena. No quiero estar sucio para cuando llegue el postre.

El padre de David, Joeseff, asiente su cabeza, permitiéndome ir.

No pierdo el tiempo. Subo rápidamente las escaleras y voy directo hasta donde sé que está el chico de mis sueños, el mismo por el que daría lo que fuera.

No esperé enamorarme de él. Cuando llegamos a este pueblo y él no me dirigía la mirada me sentía bien. Cuando lo hizo, una vez que su padre se enteró de las conexiones que mi familia tiene, todo cambió. Y eso me genera un poco de conflicto. Sus padres son dueños de una empresa de plásticos y de desechos, y mi padre puede hacer que su empresa llegue a todo el mundo.

En cuanto me enteré quise rogarle a mi padre que no les diera ese poder; le dije que pensara en mí, en mis sueños e intereses. Le dije que pensara en el mundo, en el futuro; en la vida que tendrían sus nietos si llevaba a cabo su alianza. Sin embargo, como siempre, me dijo que soy muy pequeño para comprender lo que sucede en el mundo.

Claro que lo entiendo. Su plástico no reciclable va a matar al mundo.

A pesar de ello, mis ojos no pudieron evitar querer buscar a aquel chico de ojos azules como el océano que tanto adoro visitar, y el cabello dorado que brilla más que el sol. Algo en él se me hacía tan atrayente. Lo sigue siendo. Pero ahora la situación es diferente, porque yo también le atraigo.

Entro a su habitación sin siquiera tocar y cierro la puerta, apartándonos de todos los demás. Cuando escucha el sonido, se da vuelta y al ver que soy yo, sonríe.

Podría morir por esa sonrisa.

—Ven aquí. —Y eso es todo lo que necesito para acercarme a besarlo.

Todo con él se siente bien.

No hay nada que puedan hacer que haga que me separe de él. Incluso si estar juntos significa escondernos, incluso si nunca podremos mostrarle a este pueblo que nuestro amor es verdadero.

Hasta que nos volvamos a encontrar [#3.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora