Cap 12

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La verdad no era como que quisiera esconderme pero sabía los problemas que traería si alguien nos descubriera, más a ella que era la estudiante pero ver aquella cara de felicidad cuando le dije si quería ver una película en mi casa me hizo ver que yo estaría dispuesto a hacer lo que fuera con tal de verla feliz... Esta vez la llevaría a mi casa no el departamento que conoció.
-Crees que dejen que te quedes conmigo esta noche, quiero llevarte a un lugar.-
Sería cuestión de que al salir de clases fuéramos a su casa, fuera por ropa, avisar a su hermana y contactar a su padre o simplemente irnos directos del colegio a mi casa podía mandar a que le compraran ropa como le había hecho. También le había avisado a mis guardaespaldas que buscarán el celular, lo pusieran a cargar y me esperarán en la mansión.

-Supongo que sí solamente podemos ir a mi casa por una muda de ropa saliendo de la escuela.- Sonreí mientras me acercaba para rodear su cintura con mis brazos y apoyar mi cabeza en su pecho. -Porque si no eres capaz de mandar a comprarme ropa.- Rei ligeramente mientras lo miraba a los ojos.

-Perfecto, poco a poco te enseñaré lugares que amarás.- Pequeños viajes serían mi prioridad para después hacer que conociera el mundo.

-No se porque se siente bien hacer algo malo.- Trate de sostener la mirada por unos segundos y luego la aparte.

-Bueno, por el momento es así, pero te prometo que las cosas no serán asi siempre, porque aunque no lo creas te quiero en mi vida por un largo tiempo.- Quize acariciarla pero me contuve, en la noche me encargaría de darle los mimos necesarios

-Todo esto es una locura.- Escuché la campana escolar sonar dando a entender que era hora de ir a clases, así que me levanté y guarde mis cosas.

-Es una locura muy maravillosa.- Sonreí mientras imitaba sus acciones y comenzamos a caminar a las aulas.

-Profesor Kenoci puedo hacerle una pregunta.- Dije al momento que mire a unas chicas ir detrás de nosotros muy apegadas.

-Claro señorita Santillan.- Capte su mensaje al sentir los pasos de las chicas literal pisando mis talones.

-Cree que podría darme una copia de los itinerarios de los chicos que tienen permiso faltar.-

-Podria acompañarme a mi oficina y le doy la copia.-

-Puedes ser después de clases.-

-La verdad que no señorita, tengo una salida y no puedo demorarme.-

-Vale le sigo entonces.- Hice una mueca de disgusto para que no se mirara mi cara de felicidad al ir a la oficina de Ricky. Caminé sin decirle nada hasta que perdimos a las chicas en los pasillos y llegamos a su oficina.

-No sabes cómo había extrañado tanto verte pensé lo peor te lo juro.-Sonrei mientras acariciaba su rostro dejando un beso en su frente.

-Quize comunicarme pero no me sé tu número.- Confesé riéndome ligeramente mientras miraba a otro lado.

-Tranquila que hoy mismo iría a tu casa a buscarte.- Tome el

-Enserio?- Yo pensé que un acoston no era algo importante para él, así que me sorprendió lo que dijo.

-Claro... Contigo se siente todo diferente, incluso me hiciste querer tener citas.- Sonreí separándome de ella mientras iba a mi laptop, tenía que darle una hoja para que sus compañeras no tuvieran algo para chismear.

-Es increíble que hagas eso por alguien como yo.- Caminé hasta poder sentarme en la esquina del escritorio mirando que sacaba la hoja para cubrir la mentira.

-Alguien como tú?- Aquello de alguna manera me hizo molestarme, ella era en todas partes genial.

-Si... Alguien insignificante, apuesto que tienes mujeres de tu estatus desfilando por tener tu atención... Y tú perdiendo el tiempo con una alumna que la hace de camarera.-

Cruzando limitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora