Cap 18

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Después de pasar un rico momento en la piscina fuimos dentro de la casa a dormir un rato para después regresarle a su casa, realmente me gustaba estar con ella no entendía lo que ella provocaba en mí pero solo quería vivir para ella.
Cuando llegué a mi casa pude notar que mi servicio de limpieza estaba haciendo su trabajo.

-Veo que esa niña te tiene a sus pies.-

-La verdad que no sé lo que me sucede cuando la tengo cerca.-
Dejé escapar un suspiro mientras me sentaba en el sofá de la sala mirando a aquella dulce mujer.

-Me alegra verte así de feliz, hace mucho no te veía así, aunque le tendrás que contar la verdad si quieres que esto funcione.-

-Claro que lo haré pero todo su debido tiempo quiero conocerla un poco más y que ella también me conozca a mí.-
Sonreí y tal como un chiquillo enamorado subí a mi habitación para ver mis pendientes y pensar en ella no sé cuánto tiempo pasé así pero cuando escuché el despertador me removí dándome cuenta que ya era otro día.
Me dio una ducha rápida y cuando bajé el desayuno ya estaba servido así que me apresuré para poder dirigirme a su casa.
Cuando llegué ella ya estaba afuera esperándome con esa hermosa sonrisa, cuando se subió pude percibir aquella dulce fragancia que me hipnotizaba el trayecto a la universidad fue muy tranquilo estuvimos escuchando música y hablando de temas triviales hasta que cada uno tuvo que dirigirse a sus cosas.
Después del día de clases la llevé a su trabajo estuve un rato ahí hasta que tuve que retirarme a una junta de mis otros negocios para después volver por ella.
Y así transcurrió una semana, después fueron dos semanas, un mes, hasta que se cumplieron cinco meses, cinco meses donde todo habia ido de maravilla, donde mis padres la adoraban incluso mis hermanos la comenzaron a llamar cuñada, se relacionaba con mi círculo de amigos, la llevaba eventos elegantes, también a fiestas, la había llevado a la casa de la playa con su familia al igual que la mía, todo era perfecto... Aunque no había encontrado la manera de revelarle a qué me he dedicado en realidad, mi padre había sugerido que guardara el secreto lo más que pudiera, inclusive si tenía planes para casarme con ella, que lo hiciera antes de comprometerme con ella justo como el hizo con mi madre, yo tenía miedo que me rechazara que de alguna manera me temiera o se quisiera apartar de mí pero luego miraba sus ojos y mi vida tenía sentido por el simple hecho de que ella estuviera a mi lado, los fines de semana los pasaba en mi casa donde por las mañanas salíamos a recorrer lugares y en la tarde follabamos hasta terminar agotados habíamos dejado de usar los condones ya que ella empezó a tomar anticonceptivos lo cual agradecí ya que por primera vez pude sentirla por completo.
Unos días más y llegaban las vacaciones de fin de curso... Dos meses donde la tendría únicamente para mí, tendría un viaje fuera así que sería perfecto para poder tener unas buenas vacaciones, habíamos planeado que nuestras familias fueran pero los tiempos no se habían dado así que únicamente iríamos nosotros... La sorpresa era que iríamos a Australia, tenía una gran empresa allí, ese lugar estaba muy fuera de la ley lo que me hizo crecer en el negocio de la mafia, estos meses tuve que ingeniarme de todo para que ni Susan supiera nada ni tampoco mis socios, ya la presentaría como mi pareja en este futuro viaje.

Los alumnos empezaron a entrar y yo solo moría por verla, a pesar de haberla visto esta mañana... Hoy sería el último día de clases así que sería tranquilo, me tome el atrevimiento de poner un ramo de rosas rojas en su pupitre, sería una bonita manera para cerrar el ciclo escolar, la mirada de todos los que entraban era directo a las rosas lo que me hizo sentir superior a todo, cuando la mire entrar al salón mi corazón latía tan rápido que puse mi fuerza de voluntad para no ir a su lado y más al ver esa hermosa sonrisa mientras olía las rosas.

-Acaso es su cumpleaños señorita Santillan?- Pregunte mientras mordí el interior de mi mejilla para no sonreír.

-No profesor Kenoci.-
Sonreí sin poder evitarlo, sin duda ese hombre ponía en juego mi paciencia, quería correr a sus brazos y besarlo por haberme traído flores.

-Huyyyyy es el admirador secreto de Susy.-

La voz de su mejor amiga hizo eco en todo el salón mientras los demás se unian al cotilleo, sonreí ligeramente.

-Sofi basta... No es nada.-
Rei por los nervios debido a todas las miradas y más la del profesor.

-Silencio la clase está por empezar.- Hablé mientras me paraba al pizarrón a anotar lo que sería mi última clase. Trate de no saturarlos con tantas palabras dejándoles salir un poco antes ya que era su última hora en el instituto. Una vez salí fui directo a mi auto para poder esperarla en el mismo lugar de siempre, la cafetería de la esquina. Solo que ella no llegaba lo cual me hizo desesperarme.
-En dónde estás princesa.-
Dije en cuanto contesto.

-Gracias a ti fui tema de conversación, estoy llegando.- Toque el cristal de su auto mientras entraba, bese sus labios.

-Porque no has dicho que ya tienes pareja.- Era algo raro que nunca dijera nada a sus compañeros incluso su amiga no sabía nada de nada.

-Porque no miraba necesario, pero ahora será imposible no decirlo, las chicas del curso incluso me invitaban por un café para que les hablara del misterioso chico que me mandó rosas.- Rei mientras me acomode poniendo el cinturón de seguridad.

-Tienes fotos de nosotros que mi cara no se ve puedes usarlas.- Tenía la necesidad de que supieran que tenía a alguien, que estaba prohibida para todos.

-Ya les dejé en claro que estoy con alguien así que calma ese lado posesivo.- Rei negando mientras encendía la radio.

-Necesito ir a comprar unas cosas antes de irnos a casa.- Bese su mano para poner en marcha el auto.

-Es aburrido ir a comprar trajes.- Me queje sabiendo a dónde iríamos.

-Tengo que llevar esos trajes al viaje amor.- Le mire sonriendo derritiendome con su puchero.

-Entonces voy a casa y luego pasas por mi.-

-Mmm no creo que sea posible, mientras yo me pruebo los trajes tu te probaras tus vestidos.-

-Vestidos?- Pregunté emocionada, había tenido tantos obsequios que estaba acostumbrándome a sus regalos.

-Vestidos a juego con mis trajes, también ropa para pasear.-

-Eres increíble lo sabes?-

-Lo se pero me gusta que lo repitas, también tienes que ver zapatillas o tennis lo que necesites para el viaje.-

-Okey solo no te quejes si te dejo en la ruina.- Use un tono burlón mientras.

-Mi amor planeo darte tanto.- Sonreí besando su mano.

-Bueno eso siempre me lo das por las noches.- Le guiñe un ojo de manera coqueta.

-Y luego dices que yo soy el pervertido.- Deje salir una risa mientras ponía en marcha el auto.
Pasamos un par de horas probandonos la ropa, pero jamás en la vida me había aburrido esperando a alguien... Tardo horas para escoger 3 pares de zapatillas y y 2 pares de Tennis. Llegamos a casa a dormir literal, al día siguiente tendríamos un desayuno con mis socios y de allí tendríamos el vuelo.

Cruzando limitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora