Cap 13

159 15 1
                                    

-Susan has escuchado que las monedas tienen dos caras y no podemos ver las dos caras a la vez.- Sabía muy bien que esta conversación le tornaría algo raro pero realmente no quería mentirle porque sabía que se le mentia en un principio la mentira iba a crecer y si yo quería intentarlo todo con ella bien tenía que iniciar bien.
Además por su seguridad debía hablar con la verdad... No todos mis negocios eran legales... Bueno al ser sincero solo ser profesor era lo más legal que había hecho en mi vida.

Era hijo de uno de los hombres más ricos de América... Rubén Kenoci... Mejor conocido como El rey de la Mafia

Y yo llevaba el título del Príncipe de la mafia... De allí mi gran fortuna.

-Claro lo he escuchado porque la gente lo pone como ejemplo para referirse a las personas que son doble caras.- Me resultó algo fuera de lugar lo que comentó pero al ver su mirada tan seria me hizo ver que lo que tenía que decirme era algo serio así que no dije más y solo me le quede observando.

-Bueno yo conozco otra versión de significado para mí significa que todo puede ser visto y juzgado desde varios puntos de vista, por eso no debemos fijarnos solo en lo que se nos muestra.- Suspiré mientras caminaba dentro de la casa... Era momento, sabía que las preguntas lloverian a cántaros una vez le dijera a dónde estábamos.

-Vamos Ricky tranquilo no saldré huyendo, dime lo que tienes que decirme.- Sentía una ligera opresión en el pecho y que el aire me faltaba pero es que los nervios me estaban traicionando.

-Bueno... Esta es una de las muchas canciones que tengo por todo el mundo... Esta fue la primer mansión que compré, si me lo permites en un futuro te enseñaré todas las que tengo dispersas en todo el mundo.-

-Acaso quieres tomarme el pelo... enserio es tuya... Ahora me dan ganas de ser profesora en el futuro.- Pero algo me decía que no la había comprado con el salario de profesor.

-Tambien soy dueño de múltiples empresas, tengo negocios fuera de ser profesor.- Rei ligeramente por tal ocurrencia... Eso adoraba de ella.

-Entonces eres millonario?- Dije algo divertida esperando que fuera broma.

-Digamos que si... Te juro que no te estoy bromeando esta es mi mansión mis choferes no son choferes son mis guardaespaldas.-

-Carajo... Porque me dices esto así de rápido.- Rei más que nada de nervios.

-porque no quiero que exista mentiras entre nosotros no te puedo revelar todo de mí pero poco a poco lo iré haciendo ahora dime qué opinas.- Caminé hasta poder sujetarla con mis brazos y envolverla y pegarla a mi pecho anhelaba que no se fuera corriendo después de todo esto.

-que qué es muy genial todo solo te advierto que no quiero regalos caros o cosas extravagantes sigue siendo así como hasta hace unas horas... No puedo creer que tengas esta mansión y estés viviendo en un departamento diminuto.- cuando era pequeña había deseado tener una casa como esa.

-Te daré un recorrido si gustas.- justo cuando iba a decir algo más llegó Tamara la encargada de mi casa y la que me había prácticamente cuidado desde que era un niño.
-Tamara ella es Susan y espero que le des un trato digno cuando esté de visita por acá, quiero que prepares mi habitación que quede impecable y dile a George que baje las cosas de la señorita y las dejé en mi habitación.-

-Buenas noches señorita estoy para servirle en lo que desee, señor aún ha ordenado lo que quiere para cenar hoy.-

-Me gustaría algo de carne acompañado con algún tipo de pasta de postre quiero helado y necesito que prepares botanas para una noche de películas.- iba a ordenar más cosas pero Susan literalmente me hizo a un lado lo que me hizo mucha gracia.

-Hola Tamara; Me da gusto conocerle, no se preocupe el día de hoy yo atenderé al Señor Kenoci, me gustaría que me asesorara en la cocina para saber dónde están los ingredientes.-

-No señorita cómo cree, usted ordene lo que quiere cenar y yo misma lo haré.-

-Quiero prepararle la cena yo misma... No te ofendas si pero algo me dice que llevas años haciéndolo, ayúdame mejor a escoger las botanas que le gustan.-

-Sin duda no me equivoqué contigo amor, iré a mi recámara a hacer unos pendientes de la escuela y de mi negocio.- Sonreí mientras dejaba un beso en sus labios. -Me avisas cuando esté lista la cena.- sonreí mientras me disponía a subir las escaleras para ir a mi habitación como lo había dicho en un principio ella era especial, estaba diseñada perfectamente para mí, sería mía para siempre... no la dejaría ir nunca.

-Nos vemos en un rato cariño.-
Tamara era una señora encantadora, al ser una persona mayor tenía más experiencia y su tacto era como el de toda madre, se sentía esa amor cálido por parte de ella.
Era increíble su cocina literal era del tamaño de toda mi casa, quedé fascinada con todo lo que había en esa casa, Tamara se portó muy agradable y me ayudó a encontrar todo lo que necesitaba me contó que ella se había hecho cargo de Ricky desde que él tenía 6 años... Fue hijo único y su padre hacía lo posible por estar siempre con el, también me anécdotas graciosas de cuando era un pequeño, mientras seguíamos conversando decidí preparar pasta con verduras acompañadas de una ración de carnes, también Tamara me aconsejó qué tipo de vino elegir y me enseñó las cosas que frecuentaba comer cuando pasaba tiempo en el cuarto de juegos... Me quedé pasmada de escuchar que tenía un cuarto de juegos moría por conocer su casa. Incluso me dijo que si queríamos comer en el comedor en la cocina o en la terraza nunca había comido una terraza así que decidí que cenaremos en la terraza.

-Eres novia del señor Ricardo.-

La voz de Tamara me había hecho saltar ligeramente poco después de haber dejado los platos sobre la mesa. -Formalmente no lo somos aun... digamos que estamos en la etapa de irnos conociendo.-

-Eres diferente, se ve que le quieres mucho y él a ti, así que espero que estés con nosotros durante mucho tiempo.-

-Eres muy amable Tamara muchas gracias y si no te molesta puedes irte a descansar o hacer lo que tengas que hacer yo me encargaré del señor el día de hoy.-
Nos despedimos y le pedí que me guiara a donde era la habitación de Ricky rápido puedes saber cuál era ya que al parecer estaba hablando por teléfono digo unos toques esperando a que me indicara que pasara, unos segundos bastaron para que él mismo abriera la puerta y me jalara dentro, se sentó en el borde de la cama y después volvió a tirar de mi para sentarme en sus piernas.

-Joshua realmente para eso te pago para que soluciones mis problemas... me encuentro con un hermoso señorita que me necesita y tú me estás haciendo perder el tiempo, así que me llamas para decirme que está solucionado todo o para darme tu renuncia espero tu respuesta a las 7 de la mañana por favor.- odiaba que esos imbéciles no pudieron solucionar lo que les daba eran trabajos sencillos y a fuerza tenía que estar involucrado al 100% en ellos... También le pediría a mi padre que pusiera más atención a la hora de contratar.

-Oye si te estoy quitando tiempo de tu trabajo no te preocupes vi que tienes una gran piscina así que puedo nadar un rato después de cenar y después turistear por tu casa mientras tú solucionas tus problemas.-

-No gracias... Me apetece cenar contigo y primeramente vamos a tener nuestra cita vamos a mirar la película más romántica que puede existir.-susurré en sus labios mientras iba cortando la distancia poco a poco que tenía hasta llegar a besarla.

-Tu casa es enorme, incluso tienes terraza.- Lleve mis manos a sus hombros para después pasarlas a su cuello.

-Y tengo una colección de autos... Los que llevo al colegio los compré para pasar desapercibido.-

-Y compraste el departamento solo para estar más cerca del colegio.- Rei ligeramente mientras unía nuestros labios... Tuve que poner toda la fuerza de voluntad que tenía para separarme... Aún no podía tener actividad sexual... Hasta dentro de una semana.

Bajamos y fuimos a la terraza, la luna estaba tan hermosa que hizo que la cena fuera de escena de película. Al final me llevo a su cuarto de cine... El cuarto de juegos era una cosa donde tenía videojuegos, un futbolito y una gran mesa de billar, pero el cuarto de cine era literal un pequeño cine...incluso tenía una máquina de hacer palomitas de maíz, esto sería más divertido ahora... Podía conocer al Ricardo Kenoci real...


Cruzando limitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora