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Sunoo finalmente había sido dado de baja y podía usar una muleta, que era fácil de llevarla pues no interrumpía con sus actividades, no tanto

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Sunoo finalmente había sido dado de baja y podía usar una muleta, que era fácil de llevarla pues no interrumpía con sus actividades, no tanto. — ¿Ya son novios o qué? — preguntó mientras llegaba hasta Jungwon y Jay.

— Estamos en etapa de pos-noviazgo. — Sunoo les miró extrañado. Sunghoon se sentó a su lado con una sonrisa mirando a la pareja. Sunoo se quedó callado y Sunghoon también, comiendo en silencio mientras la sangre de ambos hervía. — ¿Se gustan o qué?

— Dios.. — Sunoo bufó. — ¡Cállate pendejo! — Sunoo se quejó ya algo molesto mientras volteaba a ver a un sonrojado Sunghoon. — Gracias por cuidarme el día que me lastimé y lo que seguía.

— Disfruto de cuidar. — le sonrió mientras se acercaba un poco más. — ¿Por qué siempre toman café? — preguntó con una mueca dándole un sorbo a la soda que tenía.

— Disculpa, el café es arte. — Sunoo presumió mientras le daba un sorbo a su bebida. — Tu no le sabes al estilo neutrón, Sung. — Jungwon arqueó las cejas mientras le hacía una seña a Jay quien asintió, pues los sobrenombres ya comenzaban a formar parte de sus vocabularios.

— Sabía que algo sucedía. — dijo el moreno hacia Jungwon mientras les miraba, el castaño le sonrió y asintió mientras les miraba también.

— ¿Sunghoon y tu novia? — preguntó Jungwon queriendo saber la razón por la que parecía coquetear con seguridad.

— Uh, Yuna y yo, ya no estamos juntos. — de reojo pudo ver cómo Sunoo dejaba de comer y tragaba duro. — Tuvimos una pelea en el hospital y terminamos.

— ¿Cuando llevaste a Sunoo? — Sunghoon asintió. — No soy chismoso y eso, pero ¿Qué razón tenían para pelear? — Sunghoon le miró directamente mientras le sonreía sarcásticamente.

— Se nota que ser chismoso no incluye en tus maravillosos dotes personales. — exageró. — Algo que pasó, en sí, no quiero hablar de ello.

Jungwon asintió mientras un rato después se despedía de ambos junto al moreno, pues tenía muchos momentos de pos-noviazgo que pasar. Cuidadosamente Sunghoon llevó a Sunoo de nuevo al dormitorio donde ingresaron a su habitación.

— ¿Aún te duele? — preguntó mientras el pelirrojo asentía y se sentaba en el sillón entre quejidos. — Déjame ayudarte, ayer me pasé por el doctor. — los brillantes ojos de Sunoo expresaban el agradecimiento. — Dijiste hace unos días que se te acabó el spray, así que te compré uno y bueno, déjame ponerlo.

Se sentó, tomando la pierna de Sunoo, colocando esta sobre las suyas. — Cuidado.. — Sunghoon asintió mientras quitaba la venda, preparando el spray que puso con éxito.

Sus voces estaban más serias de lo normal, ahora mismo estaba el incómodo silencio reinando, hasta que Sunghoon decidió poner una película de terror que rompió aquello.

— Siempre corren a su muerte. — Sunoo negó, siendo Sunghoon quien soltara una carcajada. El pelirrojo se sobresaltó por una escena escalofriante, que obligó al cuerpo de Sunghoon a sostener el del bajito con fuerza. El extraño momento les hizo mirarse.

Sunghoon estaba recargado con un brazo en el respaldo del sofá y el otro sostenía al pelirrojo que se encontraba hecho bolita, las miradas intensas de ambos empezaron a robar tiempo, sus respiraciones se hacían más rápidas.

Le mano temblorosa de Sunghoon se acercó hasta le mejilla de Sunoo, lentamente, para asegurarse de que no era el único, se acercó. Las brillantes y dilatadas pupilas de Sunoo miraban detalladamente el rostro del pelinegro, mientras recargaba su mano en la pierna de Sunghoon. Se acercó también, sintiendo como sus respiraciones chocaban y los nervios se empezaban a adueñar de sus cuerpos por completo.

¡Toc, Toc!

Se sobresaltaron, siendo Sunghoon quien gritara "¡Pasen!" Seguido de un bufido. De esa puerta cruzó un preocupado Heeseung. — Lo lamento, Sun. Estuve muy ocupado el equipo me tiene con la soga al cuello, lamento no haberte venido a ver, Jungwon me dijo que quizá ibas a necesitar mi compañía, por fin me dejaron pedir tiempo así que quiero pasarlo contigo. — lo dijo rápidamente, de rodillas frente al sillón como si estuviera arrepentido. Pero en la brillante mirada de Sunoo solo se repetían una y otra vez, las facciones delirantes del pelinegro.

 Pero en la brillante mirada de Sunoo solo se repetían una y otra vez, las facciones delirantes del pelinegro

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Enemies to Lovers - SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora