24. El poder de los recuerdos

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Maratón 1/5

TN

Miré una vez más el dije en mi muñeca, ese pequeño corazón dorado con esos dos nombres grabados. Mis ojos estaban humedos mientras miraba esa pintura, ahora sabía porqué era un lugar especial para Cinco, porque ahí me había pedido ser su novia y justo esa noche en la que me regaló ésta pulsera.

- Te voy a liberar. Lo prometo, Cinco - musité con voz cortada hundida entre ese paisaje.

Respiré hondo y mis pulmones se llenaron de aire fresco. Escuché unos pasos a lo lejos y me sequé rapidamemte los ojos con el dorzo de mi mano, finalizando con mi nariz.

Observé cómo Diego caminaba hacia mi y me miraba decaído. Cuando llegó conmigo se sentó a un lado en el amplio sillón.

- ¿Qué haces?

- Solo repaso el plan - respondí.

- ¿Cuándo lo harás?

- Ésta noche. No puedo esperar un segundo más, Diego - dije desesperada -. Ya no la quiero aquí, quiero que se vaya.

- Sobre eso, muy bien tu plan, pero no estoy enterado de la parte en la que Klaus y yo participamos - aclaró con el entrecejo fruncido.

- Si todo sale mal, no quiero perderlos. No lo soportaría - confesé -. Por eso quiero hacer esto sola. El problema es conmigo, no con ustedes. Es a mi a quien quiere.

- ¡No puedes hacerlo sola! ¿Estás loca?

- Debo hacerlo. Pero sé que si llego a estar en peligro sabrás que hacer. Tu y Klaus lo sabrán, son un gran equipo ustedes dos - apoyé mi mano en su hombro para transmitirle confianza.

- ¿Estarás bien?

- Trataré.

- No trates. Prométeme que estarás bien - soltó alterado.

- ¿Por qué actúas así? Cómo novio sobreprotector - reclamé.

Me miró con sus ojos decaídos e hizo hacia un lado la cabeza, sin dejar de mirarme.

Y por un momento pensé lo peor.

- Diego - traté de hablar antes de que él lo dijera.

- Eres mi hermana, Tn. No soportaría perderte, ya lo hice una vez y te recuperé, pero tal vez ésta vez no sea así.

Solté el aire que no sabía que estaba conteniendo y lo miré un poco más tranquila. Acaricié su hombro con cariño y sonreí con dulzura.

- No me perderás. Aún tenemos bromas pendientes que hacer - lo alenté.

- Déjame hacer esto contigo. Por favor - retiró mi mano de su hombro y la tomó con decisión.

- Diego, no. Te necesito con Klaus, quiero que lo ayudes. Protegelo.

- Pero tú...

- Yo estaré bien - hablé, no tan segura.

Asintió levemente y ambos miramos hacia la salida.

- ¿Lista?

- Lista.

¥

Llegué a la recámara de Allison y me acerqué lentamente hacia su cama, estaba dormida y fruncia los labios frecuentemente.

Me arrodillé frente a ella y extendí mi mano hacia su coronilla. No sabía con exactitud su esto funcionaria, pero era el único plan que tenía en mente.

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