30. Solo en la oscuridad

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Cinco

Mi vista volvió a la normalidad y miré desconcertado el lugar donde me encontraba. TN ya no estaba conmigo, yo ya no estaba con ella, no, ahora estaba en la bóveda que papá había construido para Vanya junto con mis demás hermanos, Ben y Vanya inconscientes en el piso a unos metros de mi, Luther atado y con una gran herida en su brazo derecho, Diego y Klaus mirándome con preocupación desde una esquina y solo faltaba alguien, Allison. Me giré hacia la salida y la contemplé.

Me acerqué a Allison cuando atravesó la puerta y la aseguró para que no pudiéramos salir, cuando estuve frente a ella la tomé de los hombros y la sacudí levemente.

- ¿¡Por qué carajos lo hiciste!? - exclamé - ¿¡Por qué usaste tu maldito poder en mi!?

- Cinco... - trató de controlarme y zafarse de mi agarre -. Ella me lo pidió.

- ¡No debiste hacerle caso!

- ¡Se lo prometí! - gritó -. ¿¡Crees que no me duele haber dejado a mi hermana sola!?

- ¡No parece!

- ¡Ella no quería que te pasara nada! ¡Tampoco a ellos! - señaló a nuestros hermanos.

Los miré y Diego y Klaus se acercaban a pasos lentos.

- ¡Son sus mejores amigos! ¿¡Por qué la dejaron sola!? - vociferé al borde del colapso -. Tenían que pelear junto con ella.

- Lo intentamos, de verdad quise hacerlo, pero Allison también usó su poder en nosotros - se señaló a él y a Klaus.

- Lo lamento, Cinco.

- Tengo que ir con ella - musité y me acerqué a la puerta.

- ¡No! ¡Cinco!

Cuando estaba apunto de abrirla sentí los brazos de Diego sosteniéndome, intentó alejarme de ella pero solo ejercí más fuerza y tomé la manija.

- ¡Sueltame! - grité desesperado.

- ¡Cinco no! ¡Ella no quería esto! - gritó Allison al lado de mi deteniendo mis brazos.

- ¡Me importa una mierda! ¡Quiero estar con ella!

- ¡No!

- ¡Cinco!

- ¡NO PUEDO DEJARLA SOLA! - grité -. ¡YA LO HICE UNA VEZ Y LA PERDÍ!

- ¡PERO LA RECUPERASTE! - exclamó Diego y me empujó hacia atrás.

- ¡PORQUE ESTUVE AHÍ PARA SALVARLA! - vociferé furioso, mis ojos a este punto ya húmedos.

Entonces un fuerte estruendo se escuchó y la academia tembló. Todos nos quedamos quietos de la impresión y guardamos silencio. Mi corazón palpitó rápidamente de miedo y mi garganta se cerró.

- Lo hizo - Klaus rompió el silencio.

Miré aterrado la entrada y sin que nadie pudiera evitarlo, salí de esa maldita bóveda.

Corrí tan rápido como pude como si mi vida dependiera de ello, y si lo hacia.

Corrí hasta llegar a esa habitación donde la había visto por última vez, todo estaba hecho pedazos había humo en todos lados y mi vista captó a alguien en el piso cerca de la pared, Dalia.

Apreté la mandíbula del coraje y mi sangre hirvió.

Ignoré mis pensamientos y decidí buscar a TN, mis ojos recorrieron cada parte de la habitación con desesperación hasta que pude visualizarla entre todo el humo, corrí hasta ella y me arrodillé contra el duro suelo y los escombros.

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