VII- Ella es libre.

288 26 11
                                    

Han pasado semanas desde la última vez que le ví, ni siquiera me ha llamado pero ahí sigo de tonta pegada al móvil, no se por qué razón.

Las cosas en la mansión han estado un poco tensas, el plazo para pagar lo que le deben a los rusos, se está agotando. Lucia cada vez que puede me lo echa en cara, o mejor dicho a diario me culpa de que su hijo no haya ido más por la casa.

Gracias a Dios Moisés no me ha llamado más, se que tan solo es cuestión de tiempo que pida su pago.

»¿Estoy lista?»

Obviamente no, quién está listo para eso. Después de lo que me hizo quedé con asco de mi misma. Su lengua recorriendo mis pechos, sus manos metiéndose en mis bragas, aún tengo pesadillas con eso.

Axel... el ha hecho que mis días en esa horrible mansión sean mejores, a veces le miro y me pregunto si sabe que no es hijo del señor Eloys. Él se ha encargado de que no esté pensando tanto en Bastian, pero no mentiré, me muero por saber dónde está.

La semana pasada me llamaron para hacer una exposición en una galería de arte. Grandes artistas asistirán, eso me tiene súper nerviosa, será dentro de dos días.

La fotografías que presentaré las tomé en África, esta vez me fui un poco más a lo que está sucediendo en el mundo actual. Miles de niños sin hogar, sin prendas para vestir o peor aún, sin nada para alimentarse.

Cuando estaba por allá conocí a una exploradora, Alessia, fue un gran apoyo durante mi estancia en aquel lugar. Cuando mis padres me llamaron para que regresara, ella se encontraba conmigo. No hemos vuelto a mantener contacto, me encantaría volver a verle.

Ahí estaba yo, acostada en mi cama, mirando el techo, pensando en los cambios a los que he sido sometida.

La noche hace tiempo se había apoderado del día, ni siquiera bajé a cenar, tampoco es que a nadie de aquí le importe.

Mi madre sigue en la mansión, si hemos cruzado dos palabras en estas semanas, creo que sería demasiado. No entiendo bajo que pretexto sigue aquí o por qué el señor Eloys se lo permite. Anoche la vi saliendo de su oficina, más misterios por resolver.

Un extraño sonido hizo que mi cuerpo se exaltara. Otra vez algo volvió a sonar, parece ser que están golpeado el cristal de las ventanas. Me levanté para ver qué demonios pasaba aunque una teoría ya recorría mi cabeza.

Al colocarme frente a las ventanas, visualicé a Axel lanzando pequeñas piedrecitas, esto ha sido algo que ha estado haciendo estos días para que salga de la habitación.

Sonreí al verle, tan sexy, vestía una chaqueta que le quedaba perfecta.

Axel oculta cosas.

Mi subconsciente lleva así días pero he decidido ignorarlo, si he estado pasando tiempo con Axel en parte es para sacarle información, cuanto antes pueda irme de esta casa, mucho mejor.

El pulcher hizo un gesto con su mano indicándome que bajara. Yo asentí y también le señalé para que esperara.

Fui a ponerme una ropa más cómoda, cogí mis vaqueros y una chaqueta de cuero, la compré hace unos días.

Al coger mi móvil me percaté de que solo falta una hora para mi cumpleaños, un cumpleaños sin un padre, un cumpleaños casada, un cumpleaños viviendo en mentiras.

No quiero que lleguen las doce, no quiero que llegue, significará que tendré un año más de vida y ahora mismo faltan piezas en mi interior.

Axel debe haberme preparado algo y por eso tanto misterio, este año es diferente, no quiero celebrarlo. Se me hizo mal decirle que no así que bajé con cautela hacia donde estaba el.

SELLA (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora